Robert Francis Kennedy ya es nuevo secretario de salud de Estados Unidos
El voto sobre RFK Jr.: ha sido una prueba de fuego para el Congreso y su relación con Big Pharma
En el Senado de EE. UU. el 13 de febrero de 2025, se produjo la votación clave sobre la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Tras el debate sobre su candidatura y la confirmación de Tulsi Gabbdae como jefa de la comunidad de inteligencia, los legisladores han decidido dar el si a Kennedy, una de las figuras más críticas de la industria farmacéutica, léase su obra titulada: The Real Anthony Fauci: Bill Gates, Big Pharma, and the Global War on Democracy and Public Health. (El verdadero Anthony Fauci: Bill Gates, las grandes farmacéuticas y la guerra global contra la democracia y la salud pública), acabará liderando la política sanitaria del país. Se mire por donde se mire, detrás de la oposición a su nombramiento desde que empezó el debate en el comité de finanzas del senado se ha escondido un conflicto de intereses que muy pocos están dispuestos a señalar: la influencia del dinero de las grandes farmacéuticas en los votos de los senadores.
El conflicto de intereses: millones en juego
La financiación de campañas políticas por parte de la industria farmacéutica y las aseguradoras de salud ha sido una constante en la política estadounidense, y la votación sobre RFK Jr. no es una excepción. Según datos de OpenSecrets, anteriormente conocida como Center for Responsive Politics, que se dedica a investigar y rastrear el impacto del dinero en la política de Estados Unidos y su trabajo incluye el análisis de contribuciones de campaña, gastos de grupos de presión (lobbies) y la influencia del dinero en las elecciones y políticas públicas. Su sitio web, OpenSecrets.org, es una herramienta clave para acceder a datos detallados sobre financiamiento político y transparencia gubernamental; senadores que supervisan la política sanitaria han recibido sumas millonarias de estas industrias, lo que pone en tela de juicio la imparcialidad de sus decisiones.
Uno de los casos más sonados es el del senador Ron Wyden, demócrata por Oregón y miembro de mayor rango del Comité de Finanzas del Senado. Entre 2019 y 2024, Wyden ha recibido 749.316 dólares de profesionales de la salud, 652.004 dólares de aseguradoras, 539.242 dólares de servicios de salud y HMO, y 502.063 dólares de la industria farmacéutica. Su relación con donantes como Blue Cross/Blue Shield y Centene Corporation plantea serias dudas sobre su capacidad para evaluar de forma independiente a un candidato como Kennedy, que ha prometido reformar la regulación de las empresas farmacéuticas. La senadora Elizabeth Warren, conocida por su retórica crítica a las grandes corporaciones, también ha recibido grandes sumas de dinero de la industria que pretende combatir. Entre 2019 y 2024, su campaña se ha beneficiado de 498.074 dólares de profesionales de la salud, 126.056 dólares de la industria farmacéutica y 109.065 dólares de hospitales y residencias de ancianos. Su preocupación por el impacto de las demandas de Kennedy contra los fabricantes de vacunas parece estar más alineada con la protección de estos intereses que con la defensa de los consumidores.
El giro inesperado de Bill Cassidy
Uno de los puntos más llamativos del proceso fue el cambio de postura del senador republicano Bill Cassidy. Inicialmente escéptico, Cassidy ha recibido 1.623.298 dólares de profesionales sanitarios y 996.737 de la industria farmacéutica en los últimos cinco años. Sin embargo, tras largas conversaciones con Kennedy, acabó inclinándose a favor de su nominación, desafiando la narrativa impuesta por el establishment de la industria.
El cambio de Cassidy sugiere que la presión ejercida por el movimiento "Make America Health Again" (MAHA) y la transparencia en los conflictos de interés han empezado a pasar factura a algunos legisladores, aunque la mayoría sigue atrapada en la red de financiación de las grandes corporaciones.
Los números no mienten
El análisis de OpenSecrets revela que la influencia de las grandes farmacéuticas no distingue entre partidos. Bernie Sanders, un independiente que ha construido su carrera política como opositor al poder corporativo, recibió 115.690 dólares de la industria farmacéutica y 159.233 dólares de la industria de alimentos y bebidas. Durante su campaña presidencial de 2020, se convirtió en uno de los principales receptores de donaciones individuales de la industria farmacéutica, con 1.417.633 dólares.
Otros senadores clave en la decisión de Kennedy han recibido sumas similares:
Patty Murray (Demócrata-Washington): $776,760 de la industria farmacéutica.
Susan Collins (Republicana-Maine): $675,461 de profesionales de la salud y $315,798 de la industria farmacéutica.
Lisa Murkowski (Republicana-Alaska): $421,580 de profesionales de la salud y $147,727 de la industria farmacéutica.
Tim Kaine (Demócrata-Virginia): $579,094 de profesionales de la salud y $452,276 de la industria farmacéutica.
Mark Warner (Demócrata-Virginia): $379,886 de profesionales de la salud y $306,632 de la industria farmacéutica.
Catherine Cortez Masto (Demócrata-Nevada): $1,646,670 de profesionales de la salud y $630,475 de la industria farmacéutica.
La senadora Marsha Blackburn (Republicana-Tennessee), quien ha sido una de las principales beneficiarias de la industria farmacéutica entre 2023 y 2024, rompió con la tendencia de su grupo y anunció su apoyo a Kennedy, argumentando que era momento de poner la salud pública por encima de los intereses privados.
Más allá de las donaciones: las inversiones de los legisladores
El conflicto de intereses no se limita a las donaciones de campaña. Varios senadores poseen inversiones significativas en compañías que podrían verse afectadas por la política de Kennedy al frente del HHS. Por ejemplo:
· Ron Wyden y su esposa tienen entre $50,000 y $100,000 en acciones de Restaurant Brands International Inc. y hasta $15,000 en Pfizer.
· Susan Collins y su esposo poseen entre $15,000 y $50,000 en acciones de compañías como Johnson & Johnson, Merck & Co. y Thermo Fisher Scientific.
· Mark Warner ha invertido entre $1 y $5 millones en Health Velocity Capital I, LP, un fondo de cobertura enfocado en tecnología sanitaria.
Estas inversiones han planteado serias dudas sobre la capacidad de los senadores de regular de manera imparcial las industrias en las que tienen intereses personales.
El momento decisivo
La nominación de RFK Jr. representa un punto de inflexión en la política de salud de Estados Unidos. Su trayectoria como abogado ambientalista y crítico de las grandes compañías farmacéuticas lo convierte en una amenaza para los intereses que durante décadas han financiado a los legisladores que decidirán su destino hoy. El Senado ha votado en el mejor interés del pueblo estadounidense no cede a la presión del dinero corporativo.
¿Un Senado al servicio de la ciudadanía o de los intereses corporativos?
La votación sobre RFK Jr. no ha sido solo una cuestión de procedimiento. Ha sido una prueba de fuego para el Senado y su credibilidad ante el pueblo estadounidense son factores decisivos para el éxito de la campaña. La influencia de las grandes farmacéuticas sobre los legisladores no es ningún secreto, pero esta nominación ha puesto de manifiesto hasta qué punto la maquinaria de donaciones y cabildeo sigue dictando la agenda política.
La gran pregunta es: ¿hasta dónde llegará esta presión? Para muchos senadores, rechazar a Kennedy no era solo una cuestión ideológica, sino una cuestión de supervivencia política. Las industrias farmacéuticas y de seguros médicos financian campañas, y ejercen una presión constante a través de grupos de presión y relaciones personales dentro del Congreso. ¿Cuántos de estos legisladores están dispuestos a enfrentarse a la industria que ha sido su mecenas durante años?
La reacción del pueblo y la narrativa mediática
La opinión pública ha seguido de cerca esta votación y el apoyo a Kennedy ha crecido en sectores que tradicionalmente desconfiaban del sistema de salud actual. Sin embargo, el discurso de los medios de comunicación ha tratado de minimizar la importancia del conflicto de intereses, centrándose en las controversias pasadas de Kennedy en lugar de analizar las implicaciones reales de su nominación. Los medios de comunicación tradicionales, que dependen en gran medida de la publicidad farmacéutica, han enmarcado la oposición a Kennedy como una cuestión de “seguridad sanitaria” y “responsabilidad científica”, cuando en realidad la cuestión subyacente es el control de la industria sobre las políticas públicas.
¿Qué sigue después de la votación?
La confirmación de Kennedy ha sido un desafío directo a las estructuras de poder que han regido la atención sanitaria estadounidense durante décadas. Así como también la de todos los países socios, aliados o satélites que sigue a pies juntillas lo que haga Estados Unidos de América.. Sus promesas de transparencia, regulación estricta de la industria farmacéutica y una revisión de las políticas de vacunación podrían llevar a una reconfiguración histórica del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
En el vídeo la Dra. Tenpenny lanza más fuego del de verdad sobre las Vacunas.
"Si un niño recibe todas las vacunas del calendario completo de vacunación, ingerirá casi 13.000 microgramos de aluminio... 600 microgramos de mercurio y más de 200 sustancias químicas diferentes".
Cómo responderán ahora los votantes ante un Senado que, cada vez, parecía trabajar más para sus lobbies financiadores que para el pueblo.
En cualquier escenario, lo que está en juego no es a partir de ahora la posibilidad de un cambio real en la política sanitaria estadounidense. La votación de hoy marca que el Congreso está listo para desafiar el statu quo en el tablero de ajedrez de las grandes farmacéuticas.
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Para mi es el ultimo cartucho de esperanza. Si gana RFK Jr me alegraré mucho, pero tb estaré atento a lo que realmente hace. Ojalá hoy sea un gran día. Saludos!
Ojalá Natalia. Mis dudas tienen que ver con su elogio de la operación Warpspeed de Trump en una de sus respuestas en el senado. Lo sigo desde hce tiempo en CHD y me parece alguien en quien poner esperanza. La pongo y al mismo tiempo la he puesto tantas veces en otros que ahora solo estoy en el ver para creer. Que sea un lobo, incluso un león para resolver tantas situciones que conocemos desde hace tantos años. Bayh Dole act, y la ley que exime de responsabilidad desde 1986 son dos de los temas a los que estaré atento...y todo esto con el empuje de la IA y la digitalización de la identidad y el dinero. Espero los siguientes capitulos mientras planto mi huerta y alimento mis gallinas. Un abrazo y gracias por tu canal de substack.