Cambio radical en las políticas de vacunación: El Departamento de Salud de Florida desaconseja la vacuna covid para todas las edades en 2024-2025
Algunos de los posibles efectos adversos de las "vacunas" de ARNm contra el covid podrían incluir riesgos de alteración genética en los gametos, afectando a futuras generaciones.
En la inmensa maquinaria de los discursos sobre salud, a principios de septiembre un panel oficial de Japón ha vinculado 201 enfermedades graves a las vacunas de ARNm, no es una teoría conspirativa, es una advertencia. Como dije en mi canal de X, 201 enfermedades no son un efecto colateral aceptable.
Ahora se alza la resistencia de un Estado disidente, Florida, que pone en tela de juicio las supuestas bondades absolutas de un sistema alimentado por los motores de la industria farmacéutica, siempre avariciosa y astuta, nunca ingenua ni benevolente. El pronunciamiento del Departamento de Salud de Florida sobre el covid no recomendando la llamada “vacuna” covid en ninguna franja de edad es una bocanada de aire fresco, una gota de claridad en el lodazal de manipulaciones en las que se ha convertido el debate sobre la salud pública.
El Departamento de Salud de Florida (Florida Department Health) entre cuyos programas está el de promoción de salud Pública mediante los programas de prevención, educación y servicios comunitarios asi como la atención primaria, salud personal, prevención de enfermedades advierte en su comunicado de lo siguiente: Las organizaciones sanitarias y los pacientes deben ser conscientes de las preocupaciones actuales sobre la seguridad y eficacia de la vacuna de ARNm contra la covid:
• Las vacunas de ARNm contra la covid plantean un riesgo de miocarditis clínica y subclínica y otras enfermedades cardiovasculares entre personas por lo demás sanas.
• La vacuna de ARNm contra la covid puede estar asociada con un mayor riesgo de síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS).
• La vacuna de ARNm contra la covid puede estar asociada con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes, incluido el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis reumatoide y la psoriasis.
• Durante la pandemia, estudios en varias regiones geográficas encontraron que las vacunas de ARNm contra el covid se asocian con una eficacia negativa después de cuatro a seis meses. A medida que la eficacia disminuyó, los estudios demostraron que las personas vacunadas contra la covid desarrollaron un mayor riesgo de infección.
• Los niveles elevados de ARNm y proteína de pico de la vacuna covid persisten en algunas personas durante un período de tiempo indefinido, lo que puede representar riesgos para la salud.
• La posible integración del ADN de las vacunas de ARNm contra la covid plantea un riesgo único y elevado para la salud humana y la integridad del genoma humano, incluido el riesgo de que el ADN integrado en los gametos de los espermatozoides o en los óvulos pueda transmitirse a la descendencia de los receptores de la vacuna de ARNm, contra el covid.
• Se desconoce el riesgo de posibles efectos adversos con cada dosis adicional de la vacuna de ARNm contra la covid.
La colosal industria farmacéutica, vigila las redes sociales, colegios de médicos, los lobbies, los gobiernos y pretende que sus intereses son los intereses de todos. Pero, ¿qué hay detrás de sus fórmulas mágicas y anuncios multicolores? Nos presentan un cóctel de promesas brillantes, mientras detrás de esa fachada, su voracidad corporativa sigue su curso, insaciable, devorando con guante blanco las esperanzas de un mundo al que trata como enfermo.
Los variaciones de criterio, las recetas quasimilagrosas que prometen se modifican al compás de cada fluctuación bursátil, y la entrega fervorosa de su presunta verdad a una tecnocracia biomédica que predica dogmas como si fueran leyes naturales, hacen que cualquier intento de pensar críticamente sea etiquetado de conspiranoia, demonizada o tachada de herejía. El estado de Florida, cuando menos, se resiste a esta corriente. El Departamento de Salud de Florida está estableciendo con su declaración al contraindicar la “vacuna” covid que el estado no puede ser un rehén de los caprichos de las empresas que erigen sus templos de marketing en los corazones vulnerables de las sociedades.
En esta narrativa simplista, en la que las «vacunas» se nos presentan como salvadoras seguras y eficaces, se diluye un debate más profundo, que toca las fibras mismas de la ética y la bioética. Se ha instalado una nueva idolatría: el imperativo de la inmunización universal, sin permitirnos siquiera considerar los inevitables interrogantes que se esconden en sus sombras. Se trata de cuestionar con lucidez, la motivación última de quienes se lucran con la medicina. Porque, al fin y al cabo, la salud en este siglo se ha convertido en un bien de mercado, y no hay mercado que no responda a las leyes del capital.
El Estado de Florida se atreve, en este contexto, a recordar algo esencial: que la vacunación, elevada a la categoría de mantra, debe ser un ejercicio de libertad individual, no un acto de sumisión colectiva. Por supuesto, en un mundo en el que la libertad parece haber sido redefinida por algoritmos y estadísticas, esta afirmación, para cualquier manipulador de opiniones, e incluso para la Inteligencia Artificial moldeada por el sesgo de sus creadores, no es más que un acto de subversión.
¿Cómo no reír, aunque sea con una mueca amarga, ante esta pirueta en la que las mismas corporaciones que han sido responsables de las peores crisis de opioides de la historia moderna, declaradas culpables con las mayores multas conocidas en el sector sanitario por engañar al público o sobornar a médicos, se erigen ahora en redentoras? Tal vez deberíamos pedirles que nos proporcionen, además de sus supuestas vacunas, un antídoto mágico para curar el cinismo que han inducido en gran parte de la sociedad con sus erráticos movimientos entre la ética y el beneficio.
El discurso del Departamento de Salud de Florida no se conforma con nauseabundas fórmulas propagandísticas repetidas hasta el hartazgo. Nos insta a tener presente que el bienestar humano no puede calcularse exclusivamente en términos de riesgo estadístico o de sometimiento a una supuesta autoridad científica incuestionable. La ciencia, para no caer en la tentación de convertirse en un dogma más, debe estar siempre dispuesta a ser cuestionada, revisada y, cuando sea necesario, corregida. Pero hoy se está adoctrinando a la sociedad para que los individuos que la forman crean que cualquier cuestionamiento es un ataque a la fe de los tiempos postcovídicos: la ciencia como religión.
Aquí es donde entra en juego la verdadera cuestión moral, el verdadero quid de la bioética: ¿de quién es tu cuerpo? ¿Te pertenece, como último bastión de libertad, o es sólo un campo más en el vasto mapa de explotación del complejo farmacéutico? En un sentido trágico, desde la era Covid, la salud se ha convertido en un campo de batalla donde se dirimen los conflictos entre el individuo y el Estado, entre los mercados y la autonomía personal.
Y es que, si revisamos la historia, incluso la reciente no tardamos en encontrar ejemplos en los que la medicina, aliada con intereses más oscuros, se erigió en una herramienta de control. Desde experimentos médicos realizados en nombre del progreso como los experimentos nazis; pruebas para la supervivencia militar, como experimentos de altitud y congelación, pruebas de fármacos y tratamientos para enfermedades, y experimentos raciales e ideológicos, como los realizados por Josef Mengele en Auschwitz. Los e experimentos de Tuskegee, en Alabama, EE.UU., donde desde 1932 hasta 1972, el Servicio de Salud Pública de EE.UU. llevó a cabo un estudio sobre la sífilis en hombres afroamericanos sin informarles de su diagnóstico ni ofrecerles tratamiento, incluso después de que la penicilina se convirtiera en el tratamiento estándar. Los experimentos en Guatemala donde en la década de 1940, el gobierno de EE.UU. realizó experimentos en Guatemala, infectando a prisioneros y pacientes psiquiátricos con sífilis para estudiar la enfermedad y sus tratamientos. Hasta las campañas de esterilización forzosa, donde sobran ejemplos como Perú con su programa nacional de salud reproductiva y planificación familiar; Implementado bajo el gobierno del recientemente fallecido Alberto Fujimori entre 1990 y 2000, este programa resultó en la esterilización de aproximadamente 300,000 mujeres, principalmente indígenas. China con su política de control de la natalidad y política del hijo único. el gobierno implementó políticas de control de población que incluyeron la esterilización forzosa, especialmente en minorías étnicas como los uigures. Suecia con la Ley de Esterilización de 1934, permitió la esterilización de personas consideradas "mentalmente deficientes" o "socialmente inadecuadas". Unas 63,000 personas fueron esterilizadas entre 1934 y 1976. hemos aprendido –a un costo alto– que la salud pública es un terreno fértil para la manipulación y el poder. El sistema, como siempre, nos habla de bienestar, mientras teje redes invisibles de control que condicionan hasta nuestra más íntima relación con el cuerpo.
Florida, con su última actualización de las directrices sobre las «vacunas covid», advierte de que la salud no puede ser secuestrada por intereses económicos disfrazados de salvación. Las nuevas políticas covid del estado no son, como algunos pretenden, una simple rebelión política, sino una advertencia que nos invita a reexaminar quién tiene derecho a decidir sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestra libertad. En un mundo en el que la geopolítica de la salud, la «biopolítica» y el capitalismo se confunden, están transformando al individuo hasta reducirlo a un número en un balance de beneficios.
Por supuesto, no es la primera vez que se libra esta batalla. En la antigüedad, los médicos eran vistos casi como sacerdotes, y la medicina, una ciencia esotérica. La Inquisición censuró a los médicos; el Dr. Miguel Servet por su exposición del proceso de circulación menor que recoge la naturaleza continua y cíclica del movimiento de la sangre a través del corazón y los pulmones, donde se produce el intercambio de gases vitales para la oxigenación de la sangre. Sin embargo, la Inquisición católica le declaró hereje y, aunque en un principio consiguió escapar, fue arrestado en Ginebra. Miguel Servet fue juzgado y condenado a muerte en la hoguera en 1553, un acontecimiento que generó gran controversia y debate sobre la libertad de pensamiento y expresión. Otro ejemplo notable es la traducción de Andrés Laguna del "De Materia Medica" de Dioscórides, que fue objeto de expurgación. En esta obra, se eliminaron referencias a las virtudes protectoras atribuidas a ciertas plantas y sustancias, como el hígado de animales, que se consideraban supersticiosas. La obra "De Materia Medica" de Dioscórides fue un texto fundamental en el estudio de la farmacopea y las plantas medicinales durante siglos. En el siglo XX, el "Dioscórides" continuó siendo un referente importante en la enseñanza de la farmacia en la asignatura de fitoterapia.
Hoy, este antiguo sacerdocio ha mutado en corporaciones de batas blancas que operan bajo el nombre de «expertos», cuyas decisiones raramente pueden ser cuestionadas sin que se produzca la nueva inquisición; los medios de comunicación financiados por los fondos que son también los propietarios de la mayoría de las acciones de las mismas empresas farmacéuticas, tienen como misión; ridiculizar a cualquiera que cuestione o someterlo a la censura social. ¿Qué diferencia hay entre este paradigma y los dogmas religiosos que supuestamente la sociedad debería haber superado?
Al final, lo que el Estado de Florida pone sobre la mesa es algo más que una revisión de las políticas sanitarias. Es una crítica a un sistema que ha olvidado que el ser humano no es un engranaje más de la maquinaria de producción farmacéutica. Es una advertencia de que la verdadera salud, la que no se mide en dosis y estadísticas, es la que empieza por el reconocimiento de nuestra autonomía y dignidad.
El estado de Florida está desafiando los dictados de la industria, invitándonos a una reflexión más profunda, a una revisión de nuestras creencias sobre lo que significa estar sano en un mundo enfermo. Y mientras la máquina de la Gran Pharma sigue girando, es bueno que de vez en cuando, aunque solo sea por un breve momento, algunos de nosotros nos atrevamos a apagar el ruido.
https://www.floridahealth.gov/newsroom/2024/09/20210912-UpdatedGuidanceCOVID-19.html
Médicos por la Verdad teléfono de asistencia 365 días al año, de 10 a 22 horas (horario de Madrid): +34 680 58 30 89.
Llamadas desde fuera de España a través del mismo número por WhatsApp: +34 680 58 30 89.
Desgraciadamente, en España no hay "Floridas"; todas las comunidades autónomas se preparan para promocionar durante este otoño los mismos productos que han hecho tantos estragos en la salud de un indeterminado número de personas durante los últimos tres años (ya que no hay seguimiento, ni publicidad, ni estudio de los datos por parte del Ministerio de Insanidad; solamente les interesa contar las dosis...). Al contrario, ahora mismo promocionan en los medios públicos y privados la "vacunación" contra el VRS a los bebés y han introducido en el calendario de vacunación infantil la terapia génica Covid. Nadie desde las autoridades sanitarias cuestiona la terapia génica, es inaudito.