Dr.Sergio Dani pierde su licencia de práctica debido a tres certificados de Corona el nuevo crimen médico: ejercer con conciencia
Tres certificados. Ninguna víctima. Un médico vetado. Así funciona la salud pública cuando la obedece la ideología y no la ética.
En el cantón de Zúrich, Suiza, el Dr. Sergio Dani, médico general, ha sido despojado de su licencia profesional. No por cometer un delito, ni por negligencia, ni por causar daño alguno. El motivo: emitir tres certificados médicos de exención durante la era covid (1).
¿Qué hizo exactamente?
Emitir certificados de exención:
Uno de los certificados eximía de la vacunación contra el COVID-19 a un paciente con una afección cardíaca diagnosticada.
Otro eximía del uso obligatorio de mascarilla a un paciente asmático.
El tercero, también relacionado con el uso de mascarillas, respondía a condiciones clínicas concretas.
Tres decisiones médicas individuales, razonadas, basadas en el juicio clínico profesional. No hubo fraude, ni daño, ni mala praxis.
Negligencia? No.
¿Falsedad? Tampoco.
¿Motivaciones políticas? Ninguna.
Solo criterio clínico aplicado a casos individuales. Medicina personalizada. La única que respeta la salud real de las personas.
Pero ese juicio profesional, ético y fundamentado, fue suficiente para que la Dirección de Salud de Zúrich decidiera expulsarlo de la práctica médica. Hoy, Sergio Dani ya no puede ejercer como médico.
Sin embargo, para la Dirección de Salud del cantón de Zúrich, esto fue suficiente para retirarle la licencia para el libre ejercicio de la profesión médica. Hoy, el Dr. Dani solo puede trabajar como ayudante.
Códigos éticos ignorados
¿Una sanción técnica? No. Ideológica.
La decisión en realidad no se basa en una infracción médica concreta, sino en una disidencia: la de ejercer con criterio propio, aplicando la libertad de tratamiento (Therapiefreiheit) y la libertad de método (Methodenfreiheit), dos derechos expresamente garantizados en el Código de Deontología Médica suizo.
En Suiza, el Código de Deontología Médica de la FMH (Standesordnung, 2024) establece en su Artículo 3.1:
“El médico goza de libertad en el tratamiento y en el método, siempre que actúe conforme a los principios reconocidos de la medicina y en interés del paciente” (2).
Además, el Artículo 1.3 establece:
"El médico ejerce su actividad de manera autónoma, en conciencia y bajo su propia responsabilidad. Respeta la dignidad de los pacientes"(2).
"El médico es libre en la elección del tratamiento y del método, en la medida en que respete los principios reconocidos de la medicina y actúe en interés del paciente".
El Dr. Dani actuó precisamente bajo esa premisa: en interés de pacientes con vulnerabilidades específicas. Fue guiado por el principio ético fundamental de la medicina: primum non nocere —"lo primero, no hacer daño" (3).
Esta sanción no solo afecta al Dr. Dani, sino que también socava principios fundamentales consagrados en códigos deontológicos nacionales e internacionales.
En España, el Código de Deontología Médica (2022) establece:
Artículo 6.5: "El médico tiene el deber y el derecho de ejercer su profesión con autonomía profesional e independencia clínica. Tiene la libertad de explicar su opinión profesional respecto a la atención y el tratamiento de sus pacientes sin influencia de partes o personas externas".
Artículo 20.2: "El médico tiene que disponer de libertad de prescripción, respetando la evidencia científica, las indicaciones autorizadas y la eficiencia".
Artículo 35.1: "La objeción de ciencia tiene una protección deontológica al amparo del derecho a la libertad de método y prescripción, siendo diferente de la objeción de conciencia". (4)
A nivel internacional, la Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial (AMM) afirma:
"La salud y el bienestar del paciente serán mi primera consideración". (5) https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-helsinki-de-la-amm-principios-eticos-para-las-investigaciones-medicas-en-seres-humanos/
Asimismo, la Declaración de Helsinki establece:
"El deber del médico es promover y salvaguardar la salud, el bienestar y los derechos de los pacientes". (6)
Asimismo, la Declaración de Helsinki establece:
"El deber del médico es promover y salvaguardar la salud, el bienestar y los derechos de los pacientes". (6)
En ninguna parte se indica que el médico deba anteponer los protocolos generales a la situación concreta del paciente cuando estos entran en conflicto.
En este caso, el médico no quebrantó ningún principio ético. Lo que hizo fue mantenerse fiel a ellos, incluso cuando la presión institucional invitaba a lo contrario.
El problema: una medicina sin juicio
El caso de Sergio Dani nos muestra cómo, en nombre de una salud pública estandarizada, se está promoviendo una medicina sin rostro, sin conciencia, sin matices. Se castiga la personalización, se criminaliza el criterio.
En palabras de Ivan Illich, la medicina moderna corre el riesgo de transformarse en una herramienta de control social, más que en un arte del cuidado:
“La medicina ha dejado de estar al servicio de las personas para estar al servicio de los sistemas.” (Medical Nemesis, Illich, 1975).
En su obra Medical Nemesis (1975), Ivan Illich lanzó una crítica profunda y visionaria sobre el papel de la medicina moderna, argumentando que esta ha dejado de ser un arte del cuidado para convertirse en una herramienta de control social. Según Illich, “la medicina ha dejado de estar al servicio de las personas para estar al servicio de los sistemas”. Esta afirmación no solo cuestiona la eficacia del modelo biomédico dominante, sino que también pone en el centro del debate la pérdida de autonomía individual frente a un sistema médico que, en su afán por gestionar la vida, termina patologizando lo cotidiano (7)(8)(9)
La medicalización como control social
Illich introdujo el concepto de iatrogenia, refiriéndose a los daños causados por la propia medicina. Estos daños se manifiestan en tres niveles: clínico, social y cultural.
En el ámbito social, Illich describió cómo la medicina redefine comportamientos y experiencias humanas normales como enfermedades. Según él, “el proceso de medicalización consiste en reconstruir eventos naturales o comportamientos desviados como trastornos bajo la jurisdicción de la profesión médica”1. Esto no solo genera dependencia hacia los profesionales de la salud, sino que también elimina las capacidades innatas de las personas para enfrentar el sufrimiento y la enfermedad.
Por último, en el nivel cultural, Illich argumentó que la medicina moderna desplaza las tradiciones y saberes locales en favor de un modelo técnico y burocrático. En sus palabras: “La verdadera salud no necesita interferencia burocrática; las personas sanas viven en hogares saludables con dietas adecuadas y en entornos propicios para nacer, crecer, trabajar, sanar y morir” (7)
El monopolio radical de la medicina
Illich también habló del concepto de “monopolio radical”, refiriéndose al dominio absoluto que las instituciones médicas ejercen sobre aspectos fundamentales de nuestras vidas. Illich llamó a esta dependencia una “danza terminal” alrededor del paciente moribundo, donde la muerte se convierte en un evento medicalizado y deshumanizado. Como él mismo advirtió: “La medicina moderna es una negación de la salud; no está organizada para servir a los seres humanos, sino solo a sí misma como institución”(7)
¿Qué mensaje envía esto a otros médicos?
Cuando un profesional es sancionado por ejercer con criterio, el mensaje es claro: no pienses, no cuestiones, no decidas.
El problema no fue la ciencia del Dr. Dani, sino que no obedeció el dogma pandémico sin condiciones. Se atrevió a no obedecer ciegamente a los protocolos impuestos. No fue negligente, fue independiente. Y eso hoy es sancionable.
El problema de fondo no fue la medicina del Dr. Dani, es algo mucho más grave que la pérdida de su licencia. Es tan grave que sienta el precedente; el Estado puede intervenir directamente en la conciencia médica, suplantando el juicio profesional por una obediencia sin matices.
Hoy, un médico es castigado por priorizar la salud concreta de su paciente. Mañana, cualquier profesional que disienta podría ser el siguiente. La medicina se convierte así en una extensión del aparato ideológico del Estado, y el médico en un simple ejecutor de órdenes.
La sanción impuesta al Dr. Dani contradice estos principios, castigando la independencia clínica y la medicina personalizada.
Lo que se castiga aquí no es una violación del deber médico, sino la osadía de ejercer la medicina con independencia.
El caso del Dr. Sergio Dani es emblemático de una tendencia preocupante: la supresión de la autonomía médica en favor de protocolos rígidos que no consideran las particularidades individuales de los pacientes.
Es imperativo que la comunidad médica y la sociedad en general reflexionen sobre las implicaciones de tales sanciones. La autonomía profesional y la independencia clínica no son solo derechos de los médicos, sino garantías para los pacientes de recibir una atención basada en juicios clínicos sólidos y personalizados. Al penalizar a profesionales como el Dr. Dani, se envía un mensaje desalentador a quienes buscamos ejercer la medicina con integridad y compromiso hacia el bienestar individual de nuestros pacientes.
Sergio Dani atendió tres casos clínicos, emitió tres certificados, no causó daño a nadie. Pero fue sancionado como si hubiera cometido un crimen.
No por sus actos, sino por su libertad.
Este no es solo un caso aislado en Suiza. Es un síntoma global. La medicina está dejando de ser un arte del cuidado para convertirse en una extensión del control ideológico.
Y el médico, en un funcionario técnico, sin conciencia, sin margen de decisión.
El mensaje es claro:
La nueva caza de brujas no lleva antorchas, sino mascarillas, sellos oficiales y censura institucional.
Para solicitar consulta con la Dra. Natalia Prego en (Barcelona; Madrid; Vilagarcía; Pontevedra) o Telemática, escribir al WhatsApp personal: +34 692948272
REFERENCIAS
(1)“Hausarzt verliert seine Praxisbewilligung wegen dreier Corona-Atteste” (Médico de familia pierde su licencia de práctica debido a tres certificados de Corona). https://www.tagesanzeiger.ch/hausarzt-verliert-seine-praxisbewilligung-wegen-corona-attesten-589250103218
(2) FMH (2024). Standesordnung – Código de Deontología Médica de la Federación de Médicos Suizos. Artículos 1.3 y 3.1. Recuperado de: https://www.fmh.ch/files/pdf30/standesordnung---fr---2024-04.pdf
(3) Hipócrates (ca. siglo V a.C.). Corpus Hippocraticum.
(4) Código de Deontología Médica de España https://www.cgcom.es/sites/main/files/minisite/static/828cd1f8-2109-4fe3-acba-1a778abd89b7/codigo_deontologia/
(5) Declaración de Ginebra https://www.wma.net/wp-content/uploads/2017/02/WMA_DECLARACION-DE-GINEBRA_A4_ESP.pdf
(6) Declaración de Helsinki https://www.wma.net/wp-content/uploads/2017/02/WMA_DECLARACION-DE-GINEBRA_A4_ESP.pdf
(7) Illich, I. (1975). Medical Nemesis: The Expropriation of Health. Pantheon Books. https://archive.org/details/medicalnemesisex00illirich/page/6/mode/2up
(8)La vida medicalizada ¿Por qué tanta gente ve las vacunas y otras intervenciones médicas como herramientas de control social en lugar de beneficios para la salud?
https://aeon.co/essays/what-explains-the-enduring-grip-of-medical-skepticism
(9)van Dijk W, Meinders MJ, Tanke MAC, Westert GP, Jeurissen PPT. Medicalization Defined in Empirical Contexts - A Scoping Review. Int J Health Policy Manag. 2020 Aug 1;9(8):327-334. doi: 10.15171/ijhpm.2019.101. PMID: 32613806; PMCID: PMC7500387. https://www.ijhpm.com/article_3726.html
Esta REPUDIABLE decisión de EXPULSAR a un médico responsable por parte del Estado y de sus propios colegas, que ACATAN esta ABERRANTE decisión, es parte del SÍNDROME DE PROCUSTO, esa tendencia ENFERMIZA a RECHAZAR a quienes NO SE AJUSTAN a los cánones IMPUESTOS y a DESACREDITARLOS, DESPRESTIGIARLOS, CALUMNIARLOS y SEGREGARLOS como enemigos de la "verdad". Es también, una ABYECTA modalidad MILITAR, que consiste en ALINEAR a todos bajo el mismo mando antes de ATACAR y MASACRAR. Gracias, Doctora Natalia, por visibilizar y difundir esta noticia que, seguramente, debe estar replicada en muchos países en los que naturalizó el TERRORISMO SANITARIO durante los aciagos años del quinquenio 2020/2024. Desde Mendoza, Argentina: un gran saludo y ¡a no bajar los brazos frente a los PERVERSOS!