El fraude de la carta de las firmas falsas de 17.000 médicos inexistentes para sabotear a Robert F. Kennedy Jr.
Cómo Bill Gates financia una campaña fabricando una mentira
Desde el principio esto ha sido una farsa monumental: los supuestos 17.000 médicos que firmaron contra la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, no son médicos; son, según evidencias reveladas, periodistas financiados por Bill Gates. Pero aquí estamos hablando de una carta fraudulenta y de las corruptas tácticas de cloaca de un sistema global dominado por las grandes farmacéuticas y sus secuaces, donde se manipula la verdad para silenciar a quienes desafían su hegemonía. Este artículo expone el fraude, y te invita a ser parte de la resistencia intelectual contra este coloso corrupto.
Al final de este Artículo, sabrás cómo una oscura red de financiación, liderada por Gates, produce campañas de noticias falsas además de utilizar astutamente organizaciones que sirven de fachada, para mantener sus manos limpias mientras envenena el debate público. El hecho de que Robert F. Kennedy Jr. represente una amenaza real para esta red, explica la desesperación y virulencia hacia él.
La supuesta carta, respaldada por la organización Committee to Protect Health Care, resulta ser una estructura vacía, diseñado para impactar emocionalmente al público y al Senado. El periodista Alex Jones y otros investigadores demostraron que cualquiera podía "firmar" la carta sin necesidad de demostrar credenciales médicas. De hecho, Jones lo hizo él mismo, bajo nombres ficticios como "Dr. Fake" y "Dr. B.S." y mágicamente se convirtió en médico. ¿Cómo pudo una iniciativa tan débil y laxa llegar a la atención del Senado?
La respuesta radica en el poder detrás del telón: el oscuro mundo de las redes de financiamiento político lideradas por figuras como Gates. La carta fue promovida y financiada por Arabella Advisors, un consorcio que maneja miles de millones de dólares sin transparencia alguna. A través de fundaciones como Hopewell y 1630 Fund, se destina dinero a campañas que simulan apoyo popular (astroturfing), mientras ocultan las verdaderas intenciones de sus patrocinadores: proteger los intereses de Big Pharma.
El motivo detrás del ataque a Kennedy
Robert F. Kennedy Jr. ha sido un crítico implacable de las vacunas experimentales contra el Covid y de la corrupción en las agencias reguladoras. Su libro The Real Anthony Fauci: Bill Gates, Big Pharma, and the Global War on Democracy and Public Health (El verdadero Anthony Fauci. Bill Gates, las grandes farmacéuticas y la guerra global contra la democracia y la salud pública) detalla cómo Fauci, Gates y otros actores clave orquestaron una colosal transferencia de riqueza y poder mediante la manipulación de pandemias y el desarrollo de tecnologías médicas dudosas. Kennedy ha señalado directamente a Gates como el principal arquitecto de esta red de influencia, exponiendo su papel en la financiación de vacunas defectuosas y silenciando las voces disidentes.
La nominación de RFK Jr. como Secretario de Salud representa una amenaza directa a este statu quo. Kennedy podría abrir investigaciones sobre fraude en ensayos clínicos, falta de notificación de efectos adversos de las vacunas y corrupción en la facturación hospitalaria. En un escenario en el que las compañías farmacéuticas gozan de inmunidad legal frente a demandas judiciales, Kennedy podría devolver el poder a las víctimas y exigir responsabilidades a los responsables. Esto explica el furioso ataque de figuras como Gates y Soros, que buscan, a toda costa, impedirle que asuma el cargo.
La red de mentiras: el modelo Arabella
La carta falsa no es un hecho aislado. Arabella Advisors, el conglomerado detrás de esta campaña, utiliza un modelo probado de manipulación mediática. Bajo la apariencia de ser una organización filantrópica, maneja flujos masivos de dinero para financiar campañas políticas y mediáticas que moldean la narrativa pública. A través de técnicas como el astroturfing, una estrategia de manipulación de la opinión pública que consiste en simular un apoyo espontáneo y masivo a una idea, marca o persona, ocultando al verdadero remitente del mensaje. Estas tácticas buscan proyectar una falsa sensación de apoyo popular y naturalidad en torno a un tema específico. El objetivo es lograr viralizar y multiplicar la visibilidad de un mensaje, generando un impacto significativo en la sociedad, en este caso principalmente a nivel político. La difusión de la carta se implementó a través de redes sociales, foros y plataformas en línea, aprovechando la facilidad de difusión que ofrecen las tecnologías actuales y posteriormente los medios de comunicación lo reflejan, es decir, simulan el apoyo popular a causas que benefician a su patrocinador, ocultando sus verdaderas intenciones. Esta red ha sido vinculada a campañas de desinformación anteriores en temas como el cambio climático y las vacunas, todas con el mismo modus operandi: crear miedo, desacreditar a los oponentes y consolidar su agenda. El astroturfing es considerado una práctica poco ética. Debería tener consecuencias negativas para la reputación de quienes lo han utilizado, ya que han sido descubiertos y ahora sabemos que han estado utilizando técnicas de manipulación que aprovechan el poder de las redes sociales y los medios digitales para crear una falsa percepción de apoyo popular, ocultando sus verdaderas intenciones y origen.
El fraude de las firmas de “17.000 médicos” que no eran médicos es solo la punta del iceberg. Lo que realmente está en juego aquí es el control del discurso público y el destino de la salud global. Pero la ciudadanía ya no está dormida. La desconfianza hacia las instituciones que defienden un Ministerio de la Verdad, una verdad única (la suya), con lacayos y esbirros a su servicio conocidos como fact checkers, ha crecido, y figuras como Robert F. Kennedy Jr. canalizan esa indignación en resistencia organizada. Ahora los ciudadanos exigimos transparencia, investigaciones y convertirnos en actores activos en la defensa de la verdad.
La red de influencia de Gates y sus aliados se tambalea ante el escrutinio de una ciudadanía cada vez más informada. Como bien señala Alex Jones, “el gigante dormido ya no está dormido, está despierto” (ver el video traducido al español por mi equipo en este artículo).
Como médico, quiero expresar mi apoyo incondicional a la nominación de Robert Francis Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. En cualquier caso representa un cambio de paradigma necesario en el liderazgo de la salud, que encarna el coraje moral e intelectual para enfrentar un sistema corrompido por intereses privados y políticos.
Mi apoyo al liderazgo de Kennedy es firme porque su llegada al cargo puede abrir las puertas a una era de verdadera rendición de cuentas. Bajo su liderazgo, exigir responsabilidades legales a hospitales, proveedores de vacunas y otras instituciones que han ignorado, minimizado o incluso ocultado los efectos adversos de sus intervenciones durante la era del Covid es una posibilidad muy real. Estas prácticas, a menudo protegidas por un marco legal diseñado para beneficiar a las grandes farmacéuticas, han dejado un reguero de víctimas indefensas que merecen justicia.
Kennedy también podría tomar medidas enérgicas contra el fraude sistémico que se ha infiltrado en áreas clave de la salud pública, desde la manipulación de ensayos clínicos hasta la facturación hospitalaria engañosa. Estos actos que erosionan la confianza en el sistema de salud también socavan el principio fundamental de “PRIMUM NON NOCERE” (“primero no hacer daño”). Además, Kennedy podría garantizar que las lesiones relacionadas con las vacunas se informen de manera precisa y transparente, algo que ha sido sistemáticamente obstruido por quienes priorizan las ganancias sobre la seguridad pública.
No apoyo a Kennedy como una cuestión de liderazgo; mi apoyo es un acto de esperanza para un sistema de salud más ético, transparente y centrado en las personas. Como médico, sé que su presencia en el Departamento de Salud provocará un cambio significativo en las políticas e inspirará a otros profesionales de la salud a denunciar las injusticias que se han normalizado durante demasiado tiempo. En sus manos, el sistema de salud puede dejar de ser un vehículo para los intereses corporativos y convertirse en un espacio de verdadera protección y cuidado para todos.
Comparte esta información, exija respuestas y sea parte de la resistencia contra el poder corrupto de las grandes farmacéuticas. La verdad está de nuestro lado, pero solo prevalecerá si la defendemos juntos.
Exhortamos a todas las personas de buena voluntad a apoyar difundiendo este contenido en defensa de los derechos fundamentales y la transparencia en la gestión sanitaria.
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Esta información es INESTIMABLE ya que CORROBORA lo que muchísimos ciudadanos de TODO EL MUNDO hemos ido constatando en el día a día. En efecto: pensaron en ADORMECER al REBAÑO, pero FUIMOS DESPERTANDO LAS OVEJAS. Las personas que NO NOS NUTRIMOS DE LA TELEVISIÓN ÚBLICA ni de la PRENSA BASTARDA y que frecuentamos espacios de divulgación como éste y algunos otros que, gracias, a Dios existen, ya NO PODEMOS MIRAR HACIA OTRO LADO porque las EVIDENCIAS del FRAUDE y de la IMPOSTURA son ABSOLUTAS, CATEGÓRICAS e IRREFUTABLES. Debemos, cada cual desde su ENTORNO, EXPONER a estos SÁTRAPAS que han confundido y travestido a la VERDAD con el ABYECTO ROPAJE de la PSEUDO CIENCIA. El COMENTARIO con un vecino, la DIFUSIÓN de este artículo con nuestros contactos habituales y la RESISTENCIA PERSEVERANTE contra estos CONSPIRADORES debe ser NUESTRO ESTANDARTE IRRENUNCIABLE. Desde Mendoza, Argentina: GRACIAS, admirada Doctora Natalia, por su GESTA.
Gracias por la información y por su lucha incansable en busca de la verdad.
¿De las supuestas 17.000 firmas, cuántas son médicos de verdad y cuántas fake?, ¿Se ha cotejado este dato?
Saludos.