El gobierno de EE.UU. establece un pacto de "prevención de pandemias" ante posibles fracasos de la reforma de la OMS
Una medida inesperada
La Casa Blanca ha anunciado la finalización de la "Estrategia de Seguridad Sanitaria Global 2024" de Estados Unidos, incluso en medio de incertidumbres en torno a la reforma de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La estrategia, presentada la semana pasada, busca preparar al país para una posible pandemia global, independientemente del resultado de las negociaciones de las eniendas al Reglamento Sanatorio Internacional RSI y el Acuerdo de Pandemias de la OMS en curso.
El comunicado de prensa emitido por la Casa Blanca destaca tres puntos principales de la estrategia.
En primer lugar, destaca el fortalecimiento de las asociaciones bilaterales para mejorar las capacidades de seguridad sanitaria global. Estados Unidos está trabajando con 50 países y entidades regionales en esta iniciativa, mientras que el Departamento de Estado se compromete a promover avances similares en otros 50 países.
En segundo lugar, Estados Unidos está firmemente comprometido a concluir un acuerdo contra la pandemia y cambiar las regulaciones sanitarias internacionales para mayo de 2024. El país liderará la financiación y el liderazgo para lograr la seguridad sanitaria, con la Oficina de Diplomacia y Seguridad en Salud Global liderando los esfuerzos del Fondo para la Pandemia del Departamento de Estado .
En tercer lugar, la estrategia busca vincular programas complementarios con la seguridad sanitaria para maximizar el impacto. Esto incluye importantes inversiones en capacidad de laboratorio, fuerza laboral, “One Health”, comunicación de riesgos y gestión de riesgos, entre otros.
El documento de estrategia, que abarca más de 60 páginas, establece claramente las acciones que Estados Unidos tomará durante los próximos cinco años para garantizar la seguridad sanitaria mundial. Estas acciones se basan en los objetivos establecidos en la Estrategia Nacional de Biodefensa y el Plan de Implementación 2022 de la administración, así como en la legislación bipartidista Ley de Seguridad Sanitaria Global y Prevención, Preparación y Respuesta a Pandemias Internacionales de 2022.
El Gobierno de Estados Unidos involucra a USAID y aspectos militares.
La Estrategia de Seguridad Sanitaria Global de Estados Unidos 2024 no solo se basa en asociaciones bilaterales y acuerdos internacionales, sino que también involucra activamente a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
USAID desempeña un papel fundamental en este plan al brindar apoyo financiero y técnico para fortalecer la capacidad de respuesta a la pandemia en países de ingresos bajos y medios. Su participación se extiende a áreas como la vigilancia, la capacidad de los laboratorios, la capacitación de la fuerza laboral y la comunicación de riesgos, así como al fortalecimiento de la colaboración internacional a través del enfoque integral de salud pública.
Además, el documento de estrategia también destaca la implicación del Departamento de Defensa de Estados Unidos, concretamente de su departamento de Biodefensa. Esta inclusión resalta la importancia de prepararse no solo para eventos pandémicos naturales, sino también para posibles amenazas biológicas causadas por errores humanos, acciones intencionales o incluso ataques deliberados.
El concepto de "seguridad sanitaria" ha adquirido una importancia sin precedentes en el ámbito político desde la llegada de la pandemia de COVID-19. Anteriormente, la política sanitaria se centraba principalmente en promover la salud pública, prevenir enfermedades y mejorar los sistemas de atención sanitaria. Sin embargo, con la declaración de la emergencia sanitaria internacional por Covid, en todo el mundo, ha surgido una nueva perspectiva que ha situado la salud como una cuestión de seguridad nacional y global.
La transición de una política de salud a una política de seguridad sanitaria implica un cambio de enfoque hacia la percepción de la salud como una cuestión de seguridad tanto para los individuos como para las naciones en su conjunto. Esto implica que los estados han pasado a considerar las amenazas a la salud como riesgos para la estabilidad económica, social y política de un país, lo que lleva a la implementación de medidas más amplias y a menudo más intervencionistas para abordar estas amenazas.
La política de seguridad sanitaria no se limita a la prevención y el tratamiento de enfermedades, como ha sido hasta la llegada de la era Covid. Ahora también abarca la protección de recursos sanitarios críticos, la promoción de la investigación y el desarrollo de vacunas y tratamientos, y la preparación para emergencias de salud pública. Además, este enfoque suele involucrar a múltiples sectores, incluido el ejército, debido a la supuesta necesidad de una respuesta coordinada en situaciones de crisis.
La inclusión de un componente militar en la política de seguridad sanitaria implica recursos sanitarios críticos en caso de amenazas biológicas o pandémicas. Esto, como estamos viendo, puede resultar en la movilización de activos militares para apoyar operaciones de respuesta, protección de instalaciones médicas y coordinación de esfuerzos con otras agencias gubernamentales y organizaciones internacionales.
El uso de tácticas militares en la gestión de crisis sanitarias, como las que hemos presenciado durante la era Covid, ha generado todo tipo de preguntas legítimas por parte de la sociedad civil sobre el potencial del surgimiento de totalitarismo o autoritarismo en el ámbito de la salud pública. Esta preocupación surge de varios factores:
Restricciones a las libertades civiles: durante la era de la Covid, muchos gobiernos implementaron medidas de emergencia que restringieron las libertades civiles, como confinamientos obligatorios, cierres de negocios y la imposición de toques de queda. Estas medidas se justificaron como necesarias para contener la propagación.
Vigilancia y control: La gestión del Covid ha implicado un aumento de la vigilancia y control por parte de las autoridades en términos de rastreo de contactos; en materia de seguimiento del cumplimiento de las medidas sanitarias. Esto crea muchos problemas de privacidad y posibles abusos de poder por parte del Estado para monitorear y controlar a la población.
Militarización de la respuesta: La participación de las fuerzas armadas en la gestión de la era Covid, ya sea en términos de apoyo logístico, seguridad o cumplimiento, ha llevado a una mayor presencia militar en la vida cotidiana de los ciudadanos. Esto está generando temores sobre el crecimiento del poder militar en los asuntos civiles y el potencial de uso indebido de la fuerza.
Centralización del poder: En muchos casos, la gestión del Covid ha implicado una centralización del poder en manos del ejecutivo, con una disminución de los controles y contrapesos institucionales. Esto ha resultado en una falta de transparencia y rendición de cuentas en la toma de decisiones de salud pública.
En conjunto, estos factores están alimentando la preocupación sobre el surgimiento de un Estado de vigilancia y control excesivo, así como el potencial de abuso de poder por parte de las autoridades en el contexto de las crisis sanitarias. Es crucial garantizar que se proteja la libertad para que estas medidas no se implementen de manera desproporcionada, como desproporcionadas fueron las medidas en la era Covid. Debemos exigir transparencia y respeto a los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos.
La presencia militar en la estrategia determina la necesidad de Estados Unidos de tener su propio concepto de una respuesta integral y multifacética a las amenazas a la salud global, vinculando la seguridad sanitaria con la seguridad nacional. Esto implica la coordinación entre agencias civiles y militares para abordar las capacidades de disuasión y al mismo tiempo defenderse contra posibles actos de bioterrorismo o sabotaje.
Esta medida estadounidense refleja un enfoque para abordar las amenazas biológicas y pandémicas, independientemente del éxito de la reforma de la OMS. Con una inversión financiera de 30 mil millones de dólares, es más que significativo que pretenda un liderazgo claro; el país busca asegurar su influencia futura tanto para su población como para la del mundo en general.
La Estrategia Global de Seguridad Sanitaria 2024, presentada por la Casa Blanca, ha obtenido apoyo internacional, con países de todo el mundo unidos en la lucha contra las amenazas biológicas y pandémicas.
El plan estratégico liderado por Estados Unidos llamado a la seguridad sanitaria global ha logrado alinear a un total de 70 países, así como entidades regionales, para prevenir y responder a las pandemias a nivel global, con la colaboración internacional en tiempos de crisis.
El hecho de que 70 países estén involucrados en este plan estratégico indica que se trata de un esfuerzo significativo que va más allá de las fronteras nacionales y tiene el potencial de influir en el nuevo orden mundial. Esta iniciativa no sólo busca abordar las amenazas pandémicas actuales, sino que también sienta un precedente de cooperación en la agenda global de salud pública.
Este plan estratégico, sin necesidad de leer entre líneas, puede interpretarse como una respuesta temprana a los desafíos que plantea la agenda 2030 que exige el desarrollo sostenible, cuyo alcance y ambición van más allá de cualquier marco temporal específico. que busca influir en la capacidad de respuesta a emergencias de salud pública de las poblaciones de todo el mundo en el futuro previsible.
El Embajador Dr. John Nkengasong, Coordinador Global de VIH de EE.UU. y Funcionario Principal para la Oficina de Seguridad y Diplomacia de la Salud Global (GHSD), quien lidera la Oficina del Departamento para la Seguridad y Diplomacia de la Salud Global, participó en el evento en la Casa Blanca donde se lanzó oficialmente la Estrategia de Seguridad Sanitaria Global (GHSS) de EE.UU. 2024. El Embajador Nkengasong habló en el evento junto al Asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, la Coordinadora de Seguridad Sanitaria Global de EE.UU., Dra. Stephanie Psaki, la Secretaria Adjunta de Asuntos Globales del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., Loyce Pace, el Administrador Adjunto de USAID para la Salud Global, Dr. Atul Gawande, la Directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., Dra. Mandy Cohen, y el Mayor General (retirado) Paul Friedrichs, Director de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta ante Pandemias de la Casa Blanca.
https://www.state.gov/release-of-2024-u-s-global-health-security-strategy/
Release of 2024 U.S. Global Health Security Strategy - United States Department of State
https://www.state.gov/united-states-global-health-security-partnerships/
https://www.whitehouse.gov/briefing-room/presidential-actions/2022/10/18/national-security-memorandum-on-countering-biological-threats-enhancing-pandemic-preparedness-and-achieving-global-health-security/