Crisis en la OMS, las negociaciones en la cuerda floja: ¿Fracaso inminente en el Acuerdo Tratado de Pandemias?
Los grupos de trabajo continúan trabajando en el acuerdo sobre pandemias hasta el día antes de la Asamblea Mundial de la Salud.
En medio de tensas conversaciones, los delegados del órgano intergubernamental de negociación (INB) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se enfrentan a una crisis inminente a medida que se acerca la fecha límite para alcanzar un acuerdo sobre la pandemia.
A pesar de los frenéticos esfuerzos, parece improbable que se alcance un consenso antes de la Septuagésima Séptima Asamblea Mundial de la Salud (AMS); persisten las tensiones y los retos en las negociaciones del acuerdo propuesto sobre la pandemia, dado el plazo establecido para las mismas. El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyessus, instó a los Estados miembros a no bloquear el consenso y avanzar en las negociaciones. Sin embargo, tras más de dos años de discusiones, todo sigue igual, con áreas críticas aún sin resolver. Además, la complejidad de las negociaciones se ve agravada por la inclusión de cuestiones comerciales.
Continúan las divisiones y la falta de transparencia. Los negociadores se han visto desbordados por la complejidad y la falta de acuerdo en varios puntos críticos del acuerdo. Se espera que los debates en los grupos de trabajo sobre artículos controvertidos continúen esta semana. A pesar de las dificultades persistentes, los Estados miembros están decididos a finalizar el acuerdo antes de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS).
Sin embargo, la copresidenta Precious Matsoso descartó la posibilidad de prolongar las conversaciones, alegando que los Estados miembros necesitan volver a sus países. Esta decisión dejó las negociaciones en el aire, pero los Estados miembros decidieron la semana pasada continuar hasta el último segundo para culminar con la presentación del acuerdo a la AMS para su ratificación, en su reunión prevista para el 27 de mayo.
Durante la emergencia sanitaria Covid, declarada por la OMS, la Organización Mundial de la Salud se ha enfrentado a importantes críticas por su gestión de la crisis y las decisiones tomadas durante este periodo. Muchos países han expresado su preocupación por lo que perciben como un abuso de poder por parte de la OMS, especialmente en cuanto a la imposición de políticas y recomendaciones que pueden haber limitado las libertades individuales y los derechos humanos.
La percepción de abusos de poder por parte de la OMS ha alimentado la desconfianza y la falta de cooperación por parte de algunos países miembros. Esto se refleja en una disminución de las expectativas y los esfuerzos de los países por cumplir las exigencias e intenciones de la OMS en relación con el acuerdo sobre pandemias y otras iniciativas.
Los votantes de muchos países han expresado a sus representantes su descontento por la actuación de la OMS durante la pandemia. Este descontento ha llevado a un mayor escrutinio de las políticas y acciones de la OMS, así como a exigencias de transparencia y rendición de cuentas.
Como consecuencia de estas preocupaciones y críticas, han aumentado los obstáculos para avanzar en las negociaciones sobre el acuerdo relativo a la pandemia y otras iniciativas. Los países se muestran más reacios a comprometerse con las propuestas de la OMS y a renunciar a su soberanía en asuntos relacionados con la salud pública y los derechos individuales.
Un futuro incierto y opciones pendientes
El mandato del INB es informar a la Asamblea Mundial de la Salud sobre el resultado del proceso, ya sea alcanzando acuerdos definitivos o proporcionando una actualización sobre el estado de las negociaciones. Si las conversaciones no llegan a buen puerto en las próximas dos semanas, se barajarán varias opciones, como prorrogar la AMS hasta junio o celebrar una sesión extraordinaria en noviembre o diciembre. Sin embargo, la opción menos popular sería aplazar el plazo hasta la próxima Asamblea Mundial de la Salud.
Dos escenarios a debate.
Ante este panorama mostrado por los representantes del órgano intergubernamental de negociación, los expertos barajan dos posibles escenarios para el futuro del acuerdo sobre la pandemia. El primero contempla la prórroga de la INB durante seis meses, con la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) a finales de año para estudiar el acuerdo. La segunda opción propone ampliar el plazo un año entero, con la presentación del acuerdo a la AMS en 2025.
Posponer el plazo hasta la próxima AMS conlleva una serie de implicaciones importantes y retos potenciales.
Retraso en la finalización del Tratado: Posponer la fecha límite significaría que el acuerdo sobre pandemias no se finalizaría durante la actual AMS.
Incertidumbre y falta de acción inmediata: El retraso en la finalización del acuerdo crea incertidumbre sobre el curso de las negociaciones y debilita la capacidad de los Estados miembros para tomar medidas inmediatas.
Impacto en la cooperación internacional: La falta de un acuerdo completo antes de la próxima AMS afecta a la cooperación internacional y conlleva mayores probabilidades de falta de consensos.
Riesgo de pérdida de impulso.
La dinámica en torno a la negociación de un acuerdo sobre pandemias ha experimentado un cambio significativo desde su propuesta inicial en 2021, durante el punto álgido de la crisis covid.
1. Pérdida de impulso y urgencia: Durante el momento álgido de la pandemia, el miedo y la urgencia inducidos por la OMS provocaron una efusiva disposición de los países miembros a invertir recursos y esfuerzos en la lucha contra la enfermedad. En ese momento, con el miedo como mochila oscureciendo el camino, la necesidad de un marco regulatorio internacional se presentó como necesaria y urgente, lo que generó un fuerte impulso para avanzar en las negociaciones.
2. Cambios en la percepción y las prioridades: Sin embargo, con el paso del tiempo y el descenso de los casos de Covid en muchas partes del mundo, la percepción y las prioridades de los países miembros han cambiado. Muchos ya no sienten la misma urgencia o necesidad de comprometer recursos financieros y compartir propiedad intelectual que en plena crisis.
3. Cansancio y desgaste: La prolongada duración de la emergencia covid ha provocado un cansancio generalizado y un deterioro de la voluntad política de abordar la crisis de forma global y coordinada. Además, el impacto económico de las medidas Covid ha generado presiones internas en muchos países, limitando su disposición a comprometer recursos adicionales para un acuerdo internacional.
4. Retos en la cooperación internacional: Estos cambios de percepción y prioridades dificultan la cooperación internacional en la negociación de un acuerdo sobre la pandemia. La falta de consenso y compromiso entre los países miembros ha sido la tónica.
Áreas de desacuerdo.
Las negociaciones se han estancado en varios temas espinosos, como "Una sola salud" (One Health), acceso a patógenos y reparto de beneficios, PABS y financiación. A pesar de ligeros avances en algunos artículos, los puntos críticos siguen careciendo de consenso.
Desmontando el discurso oficial sobre las negociaciones del Acuerdo de Pandemia
El comunicado de prensa emitido por la OMS el 10 de mayo, tras las negociaciones sobre la propuesta de acuerdo sobre pandemias, celebradas en la sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, pinta un panorama de progreso constante y compromiso unánime por parte de los gobiernos mundiales. Sin embargo, una mirada más crítica revela que la realidad es mucho más compleja y desafiante de lo que sugiere esta narrativa oficial.
El anuncio destaca la determinación y el compromiso inquebrantable de los Estados miembros de la OMS para crear un acuerdo generacional que proteja al mundo de futuras pandemias, pero ¿hasta qué punto son ciertas estas afirmaciones? Ha habido esfuerzos considerables por parte de algunos países, pero no se puede ignorar el hecho de que las negociaciones se han estancado en numerosas ocasiones debido a divergencias significativas sobre cuestiones clave.
La declaración hace hincapié en los progresos realizados durante la última ronda de discusiones, pero no menciona las áreas en las que persisten las divisiones y los desacuerdos. Cuestiones cruciales como el acceso a los agentes patógenos y el reparto de beneficios, la financiación necesaria para la preparación y respuesta ante una pandemia y la coordinación mundial siguen siendo puntos de fricción que van en contra de los importantes avances que la declaración quiere mostrar.
Hay que reconocer que las negociaciones han sido difíciles y complejas, pero la retórica optimista del comunicado no refleja la realidad de las tensiones y diferencias entre los Estados miembros.
En primer lugar, la falta de transparencia en las negociaciones es una preocupación fundamental. A lo largo del proceso, ha habido un notable secretismo en torno a los debates y las decisiones tomadas por los Estados miembros. Esto ha llevado a preguntarse quién participa realmente en las conversaciones, qué intereses están representados y cómo se toman las decisiones. Sin una transparencia adecuada, es difícil para la sociedad civil y otros actores externos evaluar el proceso de negociación.
Además, la falta de participación equitativa es otra de las principales críticas. A pesar de los llamamientos a una representación más amplia y diversa en las negociaciones, se ha producido una importante concentración de poder y toma de decisiones en manos de un grupo selecto.
Además, la declaración hace referencia al compromiso global expresado por los Jefes de Estado y de Gobierno en 2021, pero no menciona las críticas y preocupaciones planteadas por diversos actores sobre la falta de transparencia y participación equitativa en el proceso de negociación.
El llamamiento del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyessus a los Estados miembros para que prosigan las negociaciones sobre el acuerdo relativo a la pandemia refleja la urgencia y la complejidad de la situación actual. Sin embargo, este llamamiento pasa por alto una serie de preocupaciones y retos importantes a los que se enfrenta el proceso de negociación.
Primero: la falta de avances significativos tras más de dos años de intensas negociaciones. A pesar de lo que Tedros denomina esfuerzos de buena fe de todas las partes implicadas, la falta de consenso sobre varios artículos críticos pone de manifiesto las divisiones e intereses en juego. Esto plantea muchas dudas sobre la eficacia y viabilidad del proceso de negociación en su forma actual.
Además, la opacidad que rodea los debates y las decisiones tomadas por el Órgano Intergubernamental de Negociación (INB) es preocupante. La falta de transparencia dificulta la evaluación independiente del progreso y la imparcialidad del proceso. Sin una mayor apertura y responsabilidad, persiste el riesgo de que las decisiones tomadas no reflejen adecuadamente todas las necesidades y preocupaciones de miles de especialistas médicos y científicos de todo el mundo.
Además, la complejidad de las negociaciones, especialmente en relación con las cuestiones comerciales, pone de relieve la naturaleza polifacética y desafiante del acuerdo propuesto sobre la pandemia. La inclusión de intereses comerciales ha complicado aún más los debates y dificultado un consenso recíprocamente aceptable.
Aunque el comunicado de prensa dibuja un panorama optimista de continuos avances en las negociaciones del acuerdo sobre la pandemia, una evaluación más crítica revela un panorama más matizado y complejo. Es esencial mantener un enfoque objetivo y crítico a la hora de analizar estos avances, y reconocer los verdaderos obstáculos.
Influencia del Norte Global y dificultades en la negociación
La influencia de los países del Norte Global ha sido palpable en las negociaciones, especialmente en áreas como los derechos de propiedad intelectual y la transferencia de tecnología. Los intereses comerciales y políticos no han permitido avanzar, dejando en suspenso decisiones incompatibles con las normas, por ejemplo en cuanto a la flexibilidad que busca la OMS en materia de derechos de propiedad intelectual, por lo que han creído conveniente la inclusión de una "cláusula de paz" para los países en desarrollo.
Perspectivas de futuro.
A medida que se agota el tiempo y persisten las divergencias, el camino hacia un acuerdo sobre la pandemia parece cada vez más difícil. Con múltiples obstáculos que superar y una apretada agenda de reuniones, no se vislumbra la posibilidad de alcanzar un consenso antes de la fecha límite.
Crisis en las negociaciones sobre la pandemia: los Estados miembros de la OMS incumplen el plazo
Los delegados del Órgano Intergubernamental de Negociación (INB) han decidido continuar las conversaciones hasta la víspera de la 77ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS), cuyo inicio está previsto para el 27 de mayo.
En una sesión informativa celebrada en la sede de Ginebra el viernes 10 de mayo por la tarde, los copresidentes Roland Driece y Precious Matsoso destacaron que, a pesar de los obstáculos, las negociaciones han registrado avances en las dos últimas semanas. Sin embargo, como ya he dicho, persisten importantes retos en áreas clave como "Una sola salud"(one health), acceso de patógenos y distribución de beneficios (PABS), así como cuestiones de propiedad intelectual y recursos humanos.
Los estados del norte global están discutiendo con los estados del sur global sobre quién debe pagar a quién y cuánto por la transferencia de patentes y por hacer que las secuencias genéticas de nuevos patógenos estén disponibles ( Artículo 11 y Art. 12 Tratado, PABS).
Retos persistentes.
La OMS lamenta que no se haya podido alcanzar un acuerdo completo, y valora que se hayan logrado avances importantes en ámbitos como la equidad, el reparto de beneficios y la transferencia de tecnología. Sin embargo, persisten los retos.
El texto actual del acuerdo es fundamental para las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional, que se ultimarán la próxima semana, a pesar del claro incumplimiento del art. 55.2 del propio Reglamento Sanitario Internacional, que establece que “el texto de las enmiendas propuestas será transmitido por el Director General a todos los Estados Partes al menos cuatro meses antes de la reunión de la Asamblea de la Salud en la que se propondrá su consideración”.
De acuerdo con el procedimiento establecido, el plazo legal para la presentación de las enmiendas finalizó el 27 de enero de 2024, por lo que presentarlas ante la Asamblea Mundial de la Salud el día 27 de mayo de 2024, para que sean consideradas en un plazo inferior a los 4 meses, viola el proceso establecido y debe ser considerado ilegal y falto de toda legitimidad.
Todas las opciones presentan desafíos: el retraso en la finalización del tratado, la violación del procedimiento establecido para presentar enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional y la incertidumbre de países sobre la cooperación internacional.
La oposición de varios países y entidades a la Agenda de Preparación para Pandemias de la OMS ha puesto de relieve las tensiones y los desacuerdos que persisten en el ámbito internacional en medio de la pandemia en curso. Once naciones, han informado a la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2023 su desacuerdo con esta agenda: Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Nicaragua, Rusia, Siria, Venezuela y Zimbabue. Además, países como los Países Bajos, Eslovaquia e Italia están tomando medidas concretas para expresar su oposición, desde retrasar votaciones, hasta negarse a firmar borradores y tratados.
El parlamento del Reino promovió una iniciativa: “No firmar ningún Tratado sobre Pandemia de la OMS a menos que sea aprobado mediante referéndum público, que recibió más de 150 mil firmas peticiones.