La Verdad en el Banquillo: El Dr. Roland Victor y su absolución tras 4 años de persecución que desnuda y deja en muy mal lugar a quienes censuran en ciencia y medicina.
Vacunas, censura y libertad: el veredicto que fractura la narrativa global.
Dra. Natalia Prego Cancelo [Suscríbete aquí para recibir artículos como este](https://nataliaprego.substack.com/subscribe)
El triunfo silencioso de un médico invisible: cuando la ética vence al aparato sanitario y mediático.
El Tribunal Supremo de Malasia ha absuelto al Dr. Roland Victor, poniendo fin a cuatro años de persecución, y encendiendo una llama de esperanza para todos los que creemos ante nuestras peticiones de debate médico, y ante la petición del consentimiento informado no debemos ser encarcelados. Una sentencia histórica ha validado la pregunta legítima sobre los protocolos ARNm que en plena era covid en 2021, planteaba públicamente el Dr. Roland Victor.
La justicia ha transformado ahora al justiciable transmutándolo de acusado a icono global de resistencia científica y demostrando que la ciencia, lejos de callarse, debe liberarse del silencio de opiniones críticas. En un golpe certero a la censura sanitaria, Malasia ha reconocido el derecho inalienable a discutir los efectos adversos de las vacunas covid, marcando un hito en la jurisprudencia sobre libertad de expresión médica. Médicos por la Verdad en todo el mundo celebramos esta gesta y la victoria de quien ha convertido su lucha personal en un triunfo colectivo, recordándonos que el acceso público a información completa sobre riesgos y no solo beneficios es la mejor medicina contra el autoritarismo sanitario.
La herejía de pensar en voz alta
En una era donde la verdad parece en muchos casos estar en disconformidad con las cosas y conceptos que de ella quieren las narrativas dominantes que se forme forma en nuestras mentes, por tanto, escasa y en estos duros tiempos en los que la censura se disfraza de virtud, el caso del Dr. Roland Victor es un faro de integridad en medio de tal tormenta. Este médico malasio, fundador de The KL Sky Clinic, ha sido absuelto por el Tribunal de Sesiones de Sepang tras enfrentar cargos por compartir en facebook un video en 2021, que cuestionaba la seguridad de las “vacunas” el covid. En el vídeo denunciado con la calma del que no necesita escándalos para ser veraz, el doctor explicaba las funciones del sistema inmunológico y los mecanismos de acción de las vacunas de ARNm, sus posibles efectos, y la necesidad de que la población conociera toda la información antes de vacunar. Lo que debería haber sido celebrado como buena praxis en cualquier otra era, fue rápidamente denunciado como "ofensivo".Un médico por la verdad desconocido para las multitudes, pero fiel a la esencia misma del juramento hipocrático, decidió hablar. No gritó. No manipuló. No mintió. Simplemente habló. Lo suficiente para que el poder se sintiera amenazado. Lo suficiente para que el aparato se activara con su maquinaria inquisitorial. Su pecado era ejercer la medicina con conciencia, no con consignas. El Ministerio Público lo acusó bajo el artículo 233(1)(a) de la Ley de Comunicaciones y Multimedia de Malasia de 1998, alegaba que su contenido era ofensivo y destinado a “molestar” a otros (1).
El aparato sanitario y mediático, amparado en la supuesta protección del bien público, actuó como un sistema coordinado para censurar, ridiculizar, y penalizar cualquier voz médica que expresara una duda razonable, una objeción científica o una visión alternativa. No actuó como un organismo saludable que admite debate, sino como una máquina rígida que castiga la disidencia.
Molestar. Ese fue el verbo. No "desinformar", no "poner en peligro", ni siquiera "engañar". Molestar. Como si la verdad fuera tolerable solo mientras no perturbe el decorado.
Durante cuatro años, el Dr. Roland Victor pasó de sala en sala, no del hospital, sino del tribunal. Mientras por su adhesión a las campañas de vacunación sin preguntas, otros acumulaban cargos públicos, él acumulaba citaciones, declaraciones y pruebas. No se defendía con eslóganes, sino con evidencia. No con afectos, sino con documentos científicos. Sus testigos no fueron agitadores, sino espcialistas. Su causa no era la de un rebelde sin causa, sino la de un médico con columna vertebral.
Y es ahí donde esta historia se vuelve intolerable para los burócratas de bata blanca; porque pone en jaque su relato único. Porque les recuerda que la medicina no es una catequesis, sino una práctica crítica. Porque desarma la fábula del consenso absoluto y devuelve la dignidad a quienes nos atrevamos a pensar.
EL Dr.Rolan Victor No era un médico; era un acusado, que ha tenido que soportar el peso de un proceso legal que buscaba silenciar su voz crítica.. Perseguido por pronunciar palabras que rozaban lo prohibido: “efectos adversos”, “consentimiento informado”, “riesgo-beneficio”, “transparencia”. En el mundo que surgió con la declaración de pandemia por parte de la OMS, estas no eran ideas médicas. Eran herejías. Y como todo hereje, fue llevado al cadalso jurídico para dar ejemplo. Pero lo que pretendía ser una ejecución pública se ha convertido, gracias a su entereza y a un Tribunal Supremo que no se dejó contaminar por la moral de laboratorio, en una absolución histórica.
La sentencia que devolvió el oxígeno a la ciencia
El alto Tribunal reconoció lo evidente: que sus declaraciones no eran difamatorias ni engañosas, que sus palabras no fueron ofensivas, que el video no contenía falsedades. En la sentencia del tribunal se imprimió un puñetazo contra el dogma: “Lo que se dijo en el video no es engañoso, sino una advertencia”. Una advertencia al público para que interpretara la propaganda de las farmacéuticas con precaución. El juez Ahmad Fuad Othman concluyó que "tampoco existía ninguna prueba, ni de la acusación ni de los testigos de la defensa, ni a través del interrogatorio, etc., que afirmara que lo que dijo el Dr. Roland fuera falso o calumnioso”. La fiscalía no logró probar sus acusaciones más allá de toda duda razonable, destacando la importancia de permitir el debate abierto sobre temas de salud pública, especialmente durante emergencias sanitarias. (2)
Lo que estaba en juego no era la libertad de un solo hombre, sino la posibilidad de seguir llamando ciencia a la ciencia, y no propaganda. El veredicto sienta un precedente. No sólo en Malasia, sino en un mundo cada vez más tentado por el totalitarismo sanitario, que pretende reducir la medicina a un acto de obediencia automática.
El Dr. Roland Victor no es un agitador, sino un médico comprometido con el bienestar de los pacientes y la transparencia en la información médica. Este caso pone de manifiesto la forma torticera en la que se está disfrazando la lucha contra la desinformación reprimiendo voces legítimas que buscamos cuestionar en ciencia narrativas oficiales. En un mundo donde la censura se presenta como protección, la obediencia se viste de virtud y el silencio se confunde con consenso, la absolución del Dr. Roland Victor es la máxima manifestación formal de que la libertad de expresión es esencial para el progreso científico y la salud pública.
Censura con bata: el experimento global
Lo de Roland Victor no ha sido un caso aislado. Fue parte de una arquitectura global. En decenas de países, desde España, Canadá, Argentina, Alemania, médicos críticos fuimos despedidos, difamados, denunciados. No por cometer errores, sino por no obedecer. Por recordar que el consentimiento informado no es un formalismo, sino el corazón ético de la medicina. Por decir que los efectos adversos existen, y que ocultarlos no los hace desaparecer, sólo los convierte en traición.
La censura, vestida de “protección contra la desinformación”, quieren convertirla en una herramienta quirúrgica para extirpar cualquier duda. Y las dudas, por definición, son el oxígeno de la ciencia. En su ausencia, lo que queda no es salud pública, sino doctrina.
Apoyado por su socio, el Dr. Shashi, y por unos pocos colegas Médicos por la verdad que no vendieron su conciencia, resistió el linchamiento silencioso. La comunidad internacional, esa que suele correr a premiar a quienes recitan la ortodoxia, guardó silencio. No ha habido homenajes. No ha habido titulares.
Y sin embargo, lo que hizo fue revolucionario: recordarnos que la medicina sin verdad es solo teatro. Que el acto de callar, cuando se sabe, es complicidad. Y que los médicos, cuando se convierten en repetidores de guiones estatales, dejan de ser médicos y se convierten en burócratas del cuerpo.
Este episodio también pone de relieve la importancia del consentimiento informado y el derecho del público a acceder a información completa y veraz. La ciencia no avanza en el silencio, sino en el debate y la confrontación de ideas. Silenciar a profesionales médicos por expresar nuestras preocupaciones fundamentadas socava la confianza en las instituciones y en el propio proceso científico.
Un precedente para el futuro
Lo que queda tras esta sentencia es mucho más que un acto jurídico, como tantos otros. Es un mensaje; para los médicos que aún nos atrevemos a dudar; para los pacientes que siguen exigiendo entender; Para los gobiernos que creen que salud y censura pueden caminar de la mano. El Dr. Roland Victor ha demostrado que no todo está perdido, que la integridad aún puede ganar batallas, incluso en los tribunales de un mundo adormecido.
La victoria legal del Dr. Victor reivindica su integridad, estableciendo un precedente significativo para otros profesionales de la salud que enfrentamos presiones similares. Es una llamada a defender la libertad de expresión en el ámbito médico y a garantizar que las políticas de salud se basen en evidencia y no en dogmas.
Al final, el juicio contra Roland Victor ha sido también una radiografía moral. Ha puesto en evidencia quiénes estamos del lado de la vida —con sus complejidades, sus riesgos, sus verdades incómodas— y quiénes se refugiaron en la comodidad de los dogmas sanitarios. No hay neutralidad posible cuando se trata de la verdad. Hay ética o hay simulacro.
Y la ética del Dr. Victor, ajena al oportunismo, no se enseña en universidades: se forja en la soledad de quien elige no traicionarse. Su victoria judicial es también una victoria del espíritu de Médicos por la Verdad en todo el mundo. No del que repite lo que le mandan, sino del que escucha, investiga, y luego habla, aunque moleste.
En última instancia, el caso del Dr. Roland Victor nos recuerda que la verdadera ética médica reside en la valentía de cuestionar, en la responsabilidad de informar y en el compromiso inquebrantable con la verdad, incluso cuando esta desafíe las corrientes dominantes.
El médico vuelve a su clínica, no a su jaula
Hoy, el Dr. Roland Victor vuelve a ejercer. Su clínica vuelve a abrir con el mismo nombre, pero con otra vibración. The Sky Clinic, que antes era solo un centro médico, es ahora símbolo de resistencia ética. Y mientras el mundo sigue debatiendo quién puede hablar y sobre qué, él nos recuerda que la medicina, para ser tal, debe tener un pulso: el de la Verdad.
Elegir el “pensamiento” es mucho más que aceptar la información que nos llega; es tener la valentía de profundizar en ella, de poner en duda lo establecido y de arriesgarse a ser incómodo para aquellos que prefieren una especie de pseudo paz cediendo a las presiones externas.
En un mundo que se pretendía enamorado de un “pseudo consenso” impuesto a base de censura, él eligió “el pensamiento”, la valentía de pensar por sí mismo; opta por hacer preguntas incómodas y por cuestionar las certezas absolutas impuestas desde arriba. En lugar de sumarse a la corriente que pedía obediencia ciega, él prioriza la reflexión, el análisis profundo y la búsqueda de la Verdad, sin importar las consecuencias.
Y eso, en los tiempos que corren, es la mayor forma de “Amor por la humanidad”-
Médicos por la Verdad
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REFERENCIAS

1. Court Acquits Founder of The KL Sky Clinic Over Alleged Offensive Video_the_video_Sepang. https://www.sohu.com/a/881261595_122342248
2. Médico liberado tras publicación de video ofensivo sobre vacuna contra la Covid-19. https://www.thestar.com.my/news/nation/2025/04/07/doctor-freed-on-charge-of-making-offensive-video-about-covid-19-vaccine.
3. Vídeo:
4. El Dr. Roland de KL Sky fue absuelto tras una histórica batalla legal sobre la libertad médica. https://malayadailytoday.com/dr-roland-of-kl-sky-clinic-acquitted-after-landmark-legal-battle-over-medical-freedom/
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