¿Qué sabemos sobre el hecho de comer insectos? Entomofagia, la ingeniería social de la distopía alimentaria
Control global de la producción de alimentos, desafíos y contradicciones: Análisis de las propuestas de comer insectos
Desde hace algún tiempo, la propaganda sobre el consumo de insectos ha aumentado exponencialmente debido a agendas políticas sobre la sostenibilidad del planeta.
El Foro Económico Mundial (FEM) en inglés World Economic Forum (WEF), está adquiriendo notoriedad por sus audaces propuestas que instan a los gobiernos a imponer restricciones para hacer frente a diversos retos mundiales, argumentando los beneficios de reducir las emisiones de CO₂.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha publicado informes que destacan los beneficios nutricionales y medioambientales de los insectos, y está promoviendo estrategias de comunicación.
La Comisión EAT-Lancet, dedicada a transformar el sistema alimentario mundial, que también promueve el consumo de insectos como parte de sus objetivos para 2050. Está formada por representantes de varios países, expertos, agencias de la ONU, universidades y empresas como Google y Nestlé.
El Banco Mundial también se ha sumado a las filas de los planificadores alimentarios con su plan contra el cambio climático, que pretende "transformar la agricultura y otros sistemas clave para abordar el cambio climático" y promueve el consumo masivo de insectos.
Entre otras medidas, estos grupos proponen para salvar el planeta el consumo de insectos en la dieta humana como alternativa sostenible a las fuentes tradicionales de proteínas. Esta propuesta forma parte de un intento más amplio de promover prácticas alimentarias que reduzcan el impacto ambiental.
Todas las sugerencias las presentan bajo la premisa de la sostenibilidad y la preservación ambiental, merecen un análisis riguroso desde una perspectiva científica, ética y de salud pública.
Entre las recomendaciones de estos grupos, destaco la del consumo de insectos como fuente principal de alimento. Para en este Substack centrarme en abordar el consumo de insectos y las lagunas de conocimiento existentes, en las implicaciones de salud y seguridad de esta propuesta, específicamente en relación con la toxicidad potencial y las deficiencias nutricionales asociadas con el consumo de ciertos insectos.
La imposición de los insectos como fuente de alimento
En Holanda, agricultores y ganaderos luchan por proteger sus propiedades de las garras del “ecototalitarismo”, que sigue las directrices de organizaciones internacionales.
Las Naciones Unidas han propuesto planes para una "agricultura sostenible" como parte de su Agenda 2030, que incluye demonizar la agricultura moderna, reducir el consumo de carne, promover sustitutos de la carne cultivada en laboratorio y normalizar el consumo de insectos.
En una especie de totalitarismo, los cambios propuestos no se basan en pruebas científicas sólidas. Los gobiernos y las organizaciones internacionales promueven el consumo de insectos como una opción dietética sostenible. Esto se hace a través de diversos medios, como programas de televisión, redes sociales, noticias alarmistas y festivales patrocinados.
El FEM sugiere que el consumo de insectos es una alternativa sostenible a las fuentes de alimentación tradicionales. Sin embargo, la imposición de consumir insectos no es culturalmente aceptable. Esta propuesta se enfrenta a barreras culturales, carece de pruebas sólidas y de una base científica que respalde su aplicación a gran escala y demuestre que el consumo masivo de insectos es más sostenible que otras fuentes de alimentos.
¿La presión a favor de dietas basadas en insectos y otras proteínas alternativas obedece más a los intereses de oligarcas, organizaciones y personas poderosas que a la investigación basada en pruebas?
El impulso para transformar los alimentos no es altruista, sino más bien una búsqueda de control.
La Comisión EAT-Lancet reconoce que la entomofagia, o consumo de insectos, se propone como una técnica innovadora para la nutrición humana. También afirma que la falta de datos sobre los efectos medioambientales de la entomofagia como alimento se consideran opciones potenciales, pero subraya que aún no se han aplicado a gran escala y requieren más investigación para comprender plenamente sus impactos.
El consumo de insectos y la Plataforma Internacional de Insectos para la Alimentación Humana y Animal
La Plataforma Internacional de Insectos para la Alimentación Humana y Animal es un grupo de presión empresarial de amplia base con 83 miembros de 23 países. La organización promueve el uso de insectos para consumo humano y como fuente de nutrientes de alta calidad. Su objetivo es aumentar la variedad y cantidad de insectos que se consumen en Europa y en todo el mundo, el fanatismo por el clima y su impacto en el sector agrícola europeo.
Barreras culturales
El consumo de insectos no es culturalmente aceptable en muchas sociedades. Un artículo de Food and Foodways explora cómo las percepciones culturales y el asco afectan a la aceptación de los insectos como alimento, siendo su consumo visto con sentimientos de repugnancia. El asco desempeña un papel importante en el rechazo de los alimentos por parte de la gente.
Muchas de las propuestas del FEM carecen de una base científica sólida y de calidad, lo que suscita preocupación por sus posibles repercusiones negativas en la salud y el bienestar de las personas. No hay pruebas concluyentes de que el consumo de insectos a gran escala sea más sostenible que otras fuentes de alimentos. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica que, aunque los insectos son una rica fuente de proteínas, la cría y el procesamiento de insectos para el consumo humano aún se enfrentan a importantes desafíos en términos de sostenibilidad y seguridad alimentaria (FAO, 2013). Las medidas propuestas sin una base científica sólida y sin consenso democrático pueden dar lugar a políticas perjudiciales para la salud humana o el medio ambiente, lo que pone de relieve la necesidad de evaluar críticamente sus implicaciones.
Alcaloides y toxicidad en los insectos
Uno de los principales problemas de la propuesta de estas organizaciones supranacionales es la presencia de alcaloides en algunos insectos. Los alcaloides son compuestos orgánicos que, a partir de ciertas dosis, pueden ser tóxicos para los consumidores. Estos compuestos son conocidos por sus potentes efectos sobre el sistema nervioso y pueden causar diversos síntomas adversos, desde náuseas y vómitos hasta convulsiones y, en casos extremos, la muerte.
La FME no aborda adecuadamente los riesgos asociados a la ingestión de insectos que contienen alcaloides. La variabilidad de los niveles de estos compuestos entre las distintas especies de insectos y dentro de la misma especie en función de su dieta y entorno hace que el control y la regulación de la seguridad alimentaria sean extremadamente complejos. La falta de estudios exhaustivos sobre los efectos a largo plazo del consumo de estos insectos en la salud humana pone de manifiesto la necesidad de actuar con cautela antes de promover su inclusión masiva en la dieta.
Deficiencia de tiamina por consumo de Anaphe venata
Un ejemplo preocupante es la ingestión de ciertos insectos que contienen tiaminasa, una enzima que descompone la tiamina (vitamina B1). Las pupas del gusano de seda africano (Anaphe venata) son uno de esos insectos que contienen tiaminasa. El consumo de estos insectos puede causar una deficiencia de tiamina, que es esencial para el metabolismo de los hidratos de carbono y el funcionamiento del sistema nervioso.
La carencia de tiamina puede tener graves consecuencias para la salud. La falta de esta vitamina puede provocar afecciones como el beriberi y el síndrome de Wernicke-Korsakoff, que afectan gravemente al sistema nervioso y pueden poner en peligro la vida si no se tratan. El riesgo de estas deficiencias es especialmente alto en poblaciones que dependen en gran medida de los insectos como fuente de alimento, lo que podría dar lugar a problemas de salud pública a gran escala si la propuesta de estas organizaciones se aplica sin las debidas precauciones.
La promoción del consumo de insectos por parte de la FEM parece no considerar adecuadamente la falta de investigación y regulación sobre la seguridad alimentaria de los insectos. La mayor parte de la investigación sobre el consumo de insectos se ha centrado en su potencial nutricional y sostenibilidad medioambiental, mientras que los estudios sobre sus posibles efectos tóxicos y deficiencias nutricionales son limitados.
No todos los insectos son seguros para el consumo humano. Hay dos categorías principales de insectos tóxicos: los fanerotóxicos y los criptotóxicos, cada uno con diferentes mecanismos de toxicidad y riesgos para la salud:
- Los insectos fanerotóxicos son aquellos que tienen órganos especializados que sintetizan y almacenan toxinas. Estas toxinas, como alcaloides, glucósidos cianogénicos, tolueno y cantaridina, se encuentran generalmente en glándulas que pueden segregarlas como defensa contra los depredadores. La mayoría de estas toxinas se inactivan en el tracto gastrointestinal, lo que reduce el riesgo de toxicidad sistémica. Sin embargo, pueden causar daños locales al pasar por la boca y el esófago. Las toxinas producidas por los insectos fanerotóxicos pueden causar irritación y daños mecánicos en los tejidos de la boca y el esófago. Estos efectos pueden incluir inflamación, úlceras y, en casos graves, necrosis de los tejidos afectados. Aunque el riesgo de toxicidad sistémica es bajo debido a la inactivación de las toxinas en el sistema digestivo, la exposición local puede ser dolorosa y peligrosa.
- Los insectos criptotóxicos contienen sustancias tóxicas que no son neutralizadas por el sistema digestivo humano, lo que los hace peligrosos cuando se ingieren. Estos insectos pueden contener diversos compuestos tóxicos que tienen efectos perjudiciales para la salud humana.
Los principales riesgos asociados al consumo de insectos se deben a la presencia de sustancias antinutritivas como la quitina, los taninos, los fitatos y los oxalatos, que pueden dificultar la absorción de nutrientes. Además, algunos insectos pueden contener alcaloides y otras toxinas que pueden ser peligrosas en dosis elevadas. También existe el riesgo de contaminación microbiana y parasitaria.
La cantaridina en los cántaridos
La cantaridina es un compuesto químico de tipo tóxico presente en los ovarios y huevos de la cantarida (Lytta vesicatoria), un insecto de la familia de los Coleópteros de color verde metálico dorado.
A la cantarida, también conocida como "mosca española", se le atribuyeron en el pasado propiedades medicinales y afrodisíacas gracias a su capacidad para sintetizar cantaridina, pero sabemos que es una sustancia venenosa. A lo largo de la historia se ha utilizado en la medicina popular y en la literatura; se le atribuyen casos de envenenamiento como el de Fernando el Católico. Su presencia en la Península Ibérica ha sido objeto de estudio.
A pesar de los supuestos beneficios que se le atribuyen, la cantaridina es muy tóxica y puede provocar graves efectos secundarios que, al ingerirse, pueden causar una grave irritación de las vías urinarias, provocando síntomas como:
- Efectos tóxicos en el tracto urinario: Si se ingiere, la cantaridina puede causar irritación e inflamación del sistema urinario, inflamación y daños en el tracto urinario, desde los riñones hasta la vejiga. e incluso la cantaridina provoca retención urinaria, causando fuertes dolores al orinar.
- Hematuria: la presencia de sangre en la orina es un signo de daños importantes en las vías urinarias.
- Irritación y formación de ampollas en la piel: La cantaridina es un potente irritante que, al entrar en contacto con la piel, provoca la aparición de vesículas y ampollas dolorosas. Esto se debe a que la cantaridina activa enzimas que rompen los enlaces entre las células de la epidermis.
- Problemas gastrointestinales: La ingestión de cantaridina también puede provocar náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, debido a la irritación de la mucosa del tracto digestivo.
- Efectos cardiovasculares: En dosis elevadas, la cantaridina puede tener efectos inotrópicos (aumento de la fuerza de contracción) sobre el corazón, lo que podría provocar problemas cardíacos.
- Toxicidad sistémica: En casos de intoxicación grave, la cantaridina puede causar daños en múltiples órganos, como el hígado y los riñones, e incluso la muerte.
Por lo tanto, debe evitarse el consumo de Lytta vesicatoria o sus derivados, ya que la cantaridina que contiene es una sustancia tóxica que puede producir efectos adversos graves. Su uso histórico en medicina y como afrodisíaco se ha abandonado debido a los riesgos que conlleva.
Glucósidos cianogénicos en las mariposas
Algunas especies de mariposas contienen glucósidos cianogénicos que pueden liberar cianuro al ser ingeridos.
Los glucósidos cianogénicos son compuestos orgánicos que liberan ácido cianhídrico (HCN) o cianuro cuando se hidrolizan. Estos compuestos están presentes en diversas plantas y en algunos insectos que se alimentan de ellas, como ciertas mariposas.
Al ingerir mariposas que contienen glucósidos cianogénicos, el cianuro se absorbe fácilmente en el tracto gastrointestinal y se distribuye rápidamente a todos los órganos.
En dosis elevadas, la ingestión de cianuro puede inhibir enzimas vitales y causar graves efectos tóxicos. Al ingerir mariposas que contienen estos glucósidos cianogénicos, el cianuro es fácilmente absorbido por el tracto gastrointestinal y rápidamente distribuido por todo el organismo.
El cianuro es un potente inhibidor de la citocromo c oxidasa, que es la enzima terminal de la cadena de transporte de electrones en la mitocondria. Al inhibir esta enzima, se interrumpe la producción de energía celular (ATP). La inhibición de la citocromo c oxidasa por el cianuro puede causar graves efectos tóxicos, ya que se trata de una enzima vital en la cadena de transporte de electrones en la mitocondria, lo que puede provocar:
- Inhibición de enzimas vitales.
- Asfixia celular: La inhibición de la respiración celular provoca una falta de producción de ATP, esencial para la energía celular.
- Muerte celular: La acumulación de cianuro puede provocar la muerte celular, afectando especialmente a tejidos con gran demanda energética como el cerebro y el corazón.
- Daños en múltiples órganos como el cerebro, el corazón, el hígado y los riñones.
- En casos graves, puede incluso provocar la muerte por insuficiencia respiratoria y fallo multiorgánico.
Tolueno en escarabajos Cerambícidos
El tolueno es un agente tóxico que puede encontrarse en algunos escarabajos cerambícidos pertenecientes al género *Syllitus* dentro de la familia Cerambycidae. La ingestión de cerambícidos que contienen tolueno puede afectar negativamente y causar daños en órganos vitales como el cerebro, el hígado y los riñones.
Neurotoxicidad: El tolueno puede dañar el sistema nervioso central, provocando síntomas como confusión, mareos y pérdida de coordinación.
Hepatotoxicidad: La exposición al tolueno puede causar daño hepático, llevando a insuficiencia hepática en casos severos.
Nefrotoxicidad: Los riñones pueden sufrir daño por la exposición prolongada al tolueno, resultando en insuficiencia renal.
Alcaloides Necrotóxicos en Hormigas
Algunas especies de hormigas contienen alcaloides necrotóxicos que pueden resultar peligrosos si se ingieren.
Las hormigas de fuego (género Solenopsis), especialmente Solenopsis invicta y Solenopsis richteri.
Las hormigas de fuego contienen alcaloides de piperidina, como las solenopsinas, que son tóxicos y pueden causar necrosis tisular. Consumir estas hormigas puede ser peligroso para la salud debido a los efectos tóxicos de estos compuestos
Estas especies producen una variedad de alcaloides de piperidina en su veneno, conocidos colectivamente como solenopsinas, que son responsables de sus efectos tóxicos y pueden causar necrosis tisular, y son necrotóxicas.
Consumir estas hormigas puede ser peligroso para la salud debido a los efectos tóxicos de estos compuestos.
Los alcaloides son compuestos orgánicos que pueden resultar tóxicos para los consumidores a partir de determinadas dosis.
La presencia de estos alcaloides necrotóxicos en las hormigas representa un riesgo para la salud si se consumen.
Como ocurre con cualquier fuente de alimento, existe el riesgo de contaminación bacteriana o parasitaria
Muchos insectos tienen altos niveles de algunos antinutrientes como los oxalatos, por cada 100 gramos contienen 6,0 g de oxalatos. Los taninos y los oxalatos de los vegetales e insectos, podrían contribuir a las propiedades antinutricionales debido a su presencia en grandes cantidades.
Los antinutrientes son compuestos que, cuando se consumen en grandes cantidades y durante un largo período de tiempo, reducen la biodisponibilidad y utilización de los nutrientes en el cuerpo humano.
Los antinutrientes pueden actuar de varias formas para reducir la biodisponibilidad de los nutrientes mediante:
Quelación directa: Compuestos como el ácido fítico y los oxalatos se unen a minerales y proteínas, haciéndolos menos accesibles para la absorción.
Unión a enzimas digestivas: Algunos antinutrientes se unen a enzimas como las proteasas, lo que interfiere con la digestión de los nutrientes.
Formación de complejos no digeribles: Los antinutrientes pueden formar complejos con los nutrientes que no pueden ser digeridos y absorbidos adecuadamente.
Interferencia con la utilización de nutrientes: Incluso si los nutrientes son absorbidos, los antinutrientes pueden dificultar su utilización apropiada por el cuerpo.
Principales antinutrientes presentes en los insectos
Ácido fítico: Puede reducir la absorción de minerales como el hierro, zinc y calcio.
Oxalatos: Pueden interferir con la absorción de calcio, aumentando el riesgo de cálculos renales.
Taninos: Pueden formar complejos insolubles con proteínas y minerales, reduciendo su biodisponibilidad.
Tabla de Extractos de Insectos y sus Compuestos Antinutrientes
Interpretación de los Símbolos
± (Más/Menos): Este símbolo indica el rango de variabilidad o el margen de error de la medida. Por ejemplo, "9.2 ± 1.5" significa que la cantidad de oxalatos es 9.2 gramos por 100 gramos de muestra, con una posible variación de más o menos 1.5 gramos.
<0 (Menor que cero): Indica que la cantidad del compuesto es menor que el límite de detección del método utilizado.
Impacto de los oxalatos en la absorción de micronutrientes y la salud humana
Los oxalatos tienen un efecto significativo en la absorción y utilización de micronutrientes esenciales, en particular el calcio y el magnesio, en el cuerpo humano.
Quelación del calcio y el magnesio
Los oxalatos solubles tienen la capacidad de quelar (ligar) el calcio y el magnesio en el sistema digestivo. Este proceso implica la formación de complejos insolubles entre los oxalatos y estos minerales, lo que impide su absorción a través de la pared intestinal. La quelación del calcio y el magnesio provoca una disminución de la biodisponibilidad de estos minerales esenciales.
- El calcio es crucial para la formación y el mantenimiento de huesos y dientes. Además, desempeña un papel vital en la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y la regulación de la actividad enzimática y hormonal. El calcio es crucial para la formación y el metabolismo de los huesos, constituyendo principalmente la hidroxiapatita cálcica de huesos y dientes. El metabolismo del calcio está regulado por hormonas como la parathormona (PTH) y la vitamina D, que controlan la absorción intestinal y la resorción ósea. Además de la estructura ósea, el calcio es esencial para la contracción muscular, la transmisión nerviosa y la secreción hormonal.
- Una ingesta insuficiente de calcio puede provocar enfermedades como la osteoporosis, en la que los huesos se vuelven frágiles y propensos a las fracturas. También puede afectar negativamente a la función neuromuscular y cardiovascular.
- El magnesio es esencial para numerosos procesos biológicos, como la síntesis de proteínas, la función muscular y nerviosa, la regulación de la glucosa en sangre y la producción de energía.
- La carencia de magnesio puede causar debilidad muscular, calambres, fatiga y problemas neurológicos.
Formación de Cálculos Renales
Si los oxalatos solubles se absorben en el tracto gastrointestinal, son transportados a los riñones para su excreción. Aquí, los oxalatos pueden combinarse con el calcio presente en la orina para formar cristales de oxalato de calcio, que pueden agregarse y formar cálculos renales (nefrolitiasis).
Los cálculos de oxalato de calcio son uno de los tipos más comunes de cálculos renales. Estos cristales pueden causar dolor intenso, obstrucción del tracto urinario, infecciones y daño renal.
La alta ingesta de insectos ricos en oxalatos, junto con una baja ingesta de líquidos y una dieta deficiente en calcio, aumenta el riesgo de formación de cálculos renales.
Los oxalatos insolubles no se absorben en el sistema digestivo y se excretan directamente en las heces. Estos compuestos no participan en procesos metabólicos en el cuerpo, por lo que su impacto se limita a su capacidad de reducir la disponibilidad de calcio y magnesio en la dieta.
La reducción de oxalato en la dieta puede ser adecuada si los cálculos contienen oxalato o si hay hiperoxaluria diagnosticada. Las recomendaciones dietéticas para reducir el oxalato en la orina deben incluir la reducción del oxalato en la dieta y el consumo simultáneo de alimentos ricos en calcio o suplementos para reducir la absorción de oxalato.
Niveles admisibles de oxalatos
Los niveles admisibles de oxalatos en el cuerpo humano se establecen para minimizar los riesgos asociados a su consumo. Hasta 250 mg de oxalatos por cada 100 gramos de alimento se considera un límite seguro para la mayoría de las personas, pero la tolerancia puede variar en función de factores individuales como la predisposición genética a la formación de cálculos renales y la ingesta de líquidos.
Falta de legitimidad democrática y de pruebas científicas
La FEM no es una organización elegida por la población, lo que plantea serias dudas sobre la legitimidad de las medidas que promueven y la representatividad de los intereses que defienden. Además, muchas de sus propuestas carecen de una base científica sólida, lo que hace temer posibles efectos negativos sobre la salud y el bienestar de las personas.
La falta de legitimidad democrática de la FEM plantea la cuestión de a quién benefician realmente sus propuestas. Sin una representación adecuada, es difícil garantizar que las políticas promovidas reflejen los intereses y preocupaciones de la sociedad en su conjunto.
La falta de pruebas científicas sólidas detrás de algunas propuestas del FEM agrava la desconfianza en sus recomendaciones. Un análisis crítico de sus sugerencias muestra que, en muchos casos, las políticas propuestas podrían ser perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente si no se basan en investigaciones rigurosas y verificables.
A pesar de la continua propaganda a favor del consumo de insectos por parte de las agendas globales del FEM, la información disponible es limitada y no permite hacer afirmaciones concluyentes generalizadas como las que se están haciendo. La realidad es que es necesaria una investigación científica más rigurosa en este campo para poder dar recomendaciones precisas.
Antes de cualquier aplicación a gran escala, se requiere una investigación científica rigurosa para evaluar los riesgos del consumo de insectos. Esto significa realizar estudios detallados sobre la toxicidad de los alcaloides y otros tóxicos que pueden estar presentes en las distintas especies de insectos, la variabilidad de estos compuestos en función del entorno y los posibles efectos adversos, además de las interacciones y los componentes que pueden causar deficiencias nutricionales.
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