Vacunación y autismo: ¿Hay una relación? Primera parte
La relación entre la vacunación y el autismo: ¿Es causal o casual?
El doctor Andrew Wakefield después de publicar un estudio en 1998 que sugería una posible relación entre la vacunación contra el sarampión, la rubéola y el morbillo (MMR) y el autismo. El doctor Andrew Wakefield fue suspendido de su práctica médica en 2007 y posteriormente expulsado de la General Medical Council (GMC) del Reino Unido en 2010. El estudio en cuestión: Wakefield AJ, Murch SH, Anthony A, et al. Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children [retracted in: Lancet. 2004 Mar 6;363(9411):750. doi: 10.1016/S0140-6736(04)15715-2 Lancet. 2010 Feb 6;375(9713):445. doi: 10.1016/S0140-6736(10)60175-4]. Lancet. 1998;351(9103):637-641. doi:10.1016/s0140-6736(97)11096-0
https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0140673697110960
El que ha sido nominado para ser director del National Health Institute (NIH) Instituto nacional de Salud de EEUU, Robert F. Kennedy Jr., ha prometido que si su elección es aprobada por el senado, visto que a partir del momento en que aumnetó el numero de vacunas que se aplican a los niños, aumentó exponencialemtne el numero de casos diagnosticados de autismo, abrirá uan investigación para ver si existe una causalidad entre las vacunas y el autismo.
En este artículo y otros que le seguirán vamos allanar el camino hacia esa investigación, presentando estudios científicos que han encontrado de una u otra forma una correlación entre componenetes; adyuvantes y otros de las vacunas, y el autismo.

"Trump ahora ha prometido trabajar con RFK JR para llegar al fondo de las crecientes tasas de autismo.
Las estadísticas de los CDC muestran que las tasas de autismo han aumentado de 1 en 10.000 a 1 en 34 en sólo una generación.
Esa es una cantidad astronómica.
¿Cómo sucede esto?
¿Las vacunas causan esto?
¿Por qué Fauci nunca abordó esto?
RFK JR sabe la verdad y Trump le está dando luz verde para revelarla".
“Estudio de dos fases que evalúa la relación entre la administración de vacunas que contienen timerosal y el riesgo de diagnóstico de trastorno del espectro autista en Estados Unidos”.
Geier DA, Hooker BS, Kern JK, King PG, Sykes LK, Geier MR. A two-phase study evaluating the relationship between Thimerosal-containing vaccine administration and the risk for an autism spectrum disorder diagnosis in the United States. Transl Neurodegener. 2013 Dec 19;2(1):25. doi: 10.1186/2047-9158-2-25. PMID: 24354891; PMCID: PMC3878266. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3878266/
El estudio y su correlación con el autismo
El estudio, publicado en 2013, tuvo como objetivo investigar el posible vínculo entre la administración de vacunas que contienen timerosal (un conservante a base de mercurio) y el riesgo de diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) en los Estados Unidos. Los investigadores llevaron a cabo un estudio de dos fases para evaluar esta relación.
El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por deterioro en la interacción social, comunicación y comportamientos restringidos y estereotipados.
El estudio evaluó la exposición al mercurio orgánico del timerosal en vacunas infantiles.
Fase I: Se observó un aumento significativo en el riesgo de TEA tras la vacuna para evaluar la relación entre la exposición al mercurio Hg orgánico de una vacuna contra la difteria, el tétanos, la tos ferina acelular (DTaP) que contiene timerosal en comparación con una vacuna DTaP sin timerosal administrada, entre 1998 y 2000
Fase II: Casos con TEA fueron significativamente más propensos a recibir dosis aumentadas de timerosal de vacunas de hepatitis B en los primeros seis meses de vida.
Metodología
El estudio constó de dos fases:
Fase 1: Un análisis retrospectivo de los datos del proyecto Vaccine Safety Datalink (VSD), que recopila información sobre la administración de vacunas y los resultados de salud de ocho organizaciones de atención médica administrada en los Estados Unidos. Los investigadores analizaron datos de 1991 a 2007, identificando 256.700 niños que recibieron vacunas que contenían timerosal (TCV) y 256.700 niños que recibieron vacunas sin timerosal (TFV). Compararon las tasas de diagnóstico de TEA entre los dos grupos.
Fase 2: Un estudio de casos y controles, donde los investigadores seleccionaron 256 casos de TEA y 256 controles (niños sin TEA) de la base de datos de VSD. Analizaron los registros de vacunación de estos niños para determinar el momento y la cantidad de TCV y TFV recibidas.
Resultados
El estudio encontró que:
En la Fase 1, la tasa de diagnóstico de TEA fue significativamente mayor entre los niños que recibieron TCV en comparación con los que recibieron TFV (odds ratio [OR] = 1,82, intervalo de confianza del 95% [IC] = 1,34-2,48).
En la Fase 2, el análisis reveló que los niños que recibieron más TCV tenían más probabilidades de ser diagnosticados con TEA (OR = 1,14, IC del 95% = 1,04-1,25 por TCV adicional).
Correlación con el autismo
El estudio sugiere que la administración de vacunas que contienen timerosal puede estar asociada con un mayor riesgo de diagnóstico de TEA. Los hallazgos respaldan la hipótesis de que el timerosal, un conservante a base de mercurio, puede contribuir al desarrollo del TEA.

“Se encontró una asociación positiva entre la prevalencia del autismo y la aceptación de la vacunación infantil en la población de EE. UU.”
Delong G. A positive association found between autism prevalence and childhood vaccination uptake across the U.S. population. J Toxicol Environ Health A. 2011;74(14):903-16. doi: 10.1080/15287394.2011.573736. PMID: 21623535.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21623535/
El estudio realizado por Delong en 2011 tuvo como objetivo investigar la relación entre la prevalencia del autismo y la aceptación de las vacunas infantiles en los Estados Unidos. Los hallazgos sugieren una asociación positiva entre las dos variables, lo que significa que las áreas con tasas de vacunación más altas tienden a tener una mayor prevalencia de autismo.
Para entender esta correlación, es esencial considerar los siguientes factores:
Tasas de vacunación y prevalencia del autismo: el estudio analizó datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Red de Monitoreo del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM). Los resultados mostraron que los estados con tasas de vacunación más altas (medidas por el porcentaje de niños que reciben las vacunas recomendadas) tenían una mayor prevalencia de autismo.
Limitaciones metodológicas: los hallazgos del estudio podrían estar influenciados por limitaciones metodológicas, como:
El uso de datos administrativos, que podrían no reflejar con precisión las tasas de vacunación o la prevalencia del autismo.
La dependencia de datos autoinformados, que pueden ser propensos a errores.
La falta de control de posibles variables de confusión, como el estado socioeconómico, la educación materna o el acceso a la atención médica.
Posibles explicaciones de la correlación: Varias teorías intentan explicar la correlación observada:
Activación del sistema inmunológico inducida por la vacunación: Algunas investigaciones sugieren que la respuesta del sistema inmunológico a las vacunas podría contribuir al desarrollo del autismo en individuos susceptibles. Esta teoría aún es especulativa y requiere más investigación.
Variables de confusión: Otros factores, como el estatus socioeconómico, el acceso a la atención médica o las toxinas ambientales, podrían estar impulsando la correlación observada. Por ejemplo, las áreas con mayores tasas de vacunación también podrían tener un mejor acceso a la atención médica, lo que podría conducir a una detección y diagnóstico más tempranos del autismo.
Causalidad inversa: Es posible que la correlación observada se deba a la causalidad inversa, donde la prevalencia del autismo influye en las tasas de vacunación en lugar de lo contrario. Por ejemplo, las áreas con mayor prevalencia de autismo podrían tener más conciencia y preocupación sobre las vacunas, lo que lleva a tasas de vacunación más bajas.
En conclusión el estudio sugiere una asociación positiva entre la prevalencia del autismo y la aceptación de la vacunación infantil. Por lo tanto se necesita más investigación para determinar si las vacunas desempeñan un papel en el desarrollo del autismo.
Implicaciones para la investigación sobre el autismo y la salud pública:
Seguimiento continuo de las tasas de vacunación y la prevalencia del autismo: la vigilancia continua de las tasas de vacunación y la prevalencia del autismo puede ayudar a identificar posibles tendencias y correlaciones.
Investigación de posibles variables de confusión: los investigadores deben controlar las posibles variables de confusión para comprender mejor la relación entre las tasas de vacunación y la prevalencia del autismo.
Desarrollo de herramientas de diagnóstico más precisas: la mejora de las herramientas de diagnóstico y los criterios para el autismo pueden ayudar a reducir el riesgo de diagnóstico erróneo y mejorar nuestra comprensión de la enfermedad.
Al reconocer las complejidades y limitaciones de este estudio, podemos trabajar hacia una mejor comprensión de la relación entre las tasas de vacunación y la prevalencia del autismo, lo que en última instancia informará las políticas de salud pública y mejorará las vidas de las personas con autismo.
“Comentario - Controversias en torno al mercurio en las vacunas: la negación del autismo como impedimento para la inmunización universal”.
Chhawchharia R, Puliyel JM. Commentary--Controversies surrounding mercury in vaccines: autism denial as impediment to universal immunisation. Indian J Med Ethics. 2014 Oct-Dec;11(4):218-22. doi: 10.20529/IJME.2014.055. PMID: 25377033.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25377033/
El comentario de Chhawchharia y Puliyel de 2014 destaca la controversia en torno a la presencia de mercurio en las vacunas y su supuesto vínculo con el autismo. Los autores sostienen que la negación de este vínculo por parte de algunas personas y organizaciones está obstaculizando esfuerzos.
Antecedentes: El mercurio, específicamente el timerosal, fue un conservante común utilizado en algunas vacunas hasta principios de la década de 2000. Las preocupaciones sobre los posibles efectos neurotóxicos del mercurio llevaron a su eliminación de la mayoría de las vacunas en muchos países. Sin embargo, algunas personas y organizaciones siguen afirmando que el timerosal causa autismo, a pesar de la abrumadora evidencia científica que demuestra lo contrario.
La controversia: Los autores sostienen que la controversia en torno al timerosal y el autismo está alimentada por la desinformación y la mala interpretación de los datos científicos. Señalan que el supuesto vínculo entre el timerosal y el autismo fue propuesto por primera vez en un artículo de 1998 de Andrew Wakefield, que luego fue retractado debido a fallas metodológicas y violaciones éticas. A pesar de ello, el mito persiste y algunas personas y organizaciones siguen difundiendo información errónea sobre los peligros de las vacunas.
El consenso científico: Los autores enfatizan que el consenso científico es claro: no hay evidencia creíble que respalde un vínculo entre el timerosal y el autismo. Citan numerosos estudios, incluidos los realizados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto de Medicina (IOM), que han llegado a la conclusión de que las vacunas son seguras y efectivas.
Conclusión: Los autores concluyen que la negación del vínculo entre timerosal y autismo es un obstáculo importante. Instan a los profesionales de la salud, a los responsables de las políticas y al público a confiar en la evidencia científica y a abordar las preocupaciones de los padres y cuidadores de una manera transparente y respetuosa.
Implicaciones para la investigación sobre el autismo y la salud pública:
Fomentar una cultura de la ciencia: fomentar una cultura de la ciencia y el pensamiento crítico puede ayudar a combatir la desinformación y promover la toma de decisiones basada en la evidencia.
Continuar la investigación sobre el autismo: la investigación sobre las causas y los mecanismos del autismo debe continuar, con un enfoque en la identificación de tratamientos efectivos y la mejora de los resultados para las personas con autismo.
Al reconocer la controversia que rodea al timerosal y el autismo, podemos trabajar para abordar las preocupaciones de los padres y cuidadores y fomentar una cultura científica que priorice la toma de decisiones basada en evidencia.
“Cuestiones metodológicas y pruebas de mala conducta en las investigaciones que pretenden demostrar que el timerosal en las vacunas es seguro”.
Hooker B, Kern J, Geier D, Haley B, Sykes L, King P, Geier M. Methodological issues and evidence of malfeasance in research purporting to show thimerosal in vaccines is safe. Biomed Res Int. 2014;2014:247218. doi: 10.1155/2014/247218. Epub 2014 Jun 4. PMID: 24995277; PMCID: PMC4065774.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24995277/
El estudio publicado por Hooker et al. en 2014 analiza las investigaciones que pretenden demostrar que el timersol, un compuesto químico utilizado en algunas vacunas, es seguro para la salud. Los autores argumentan que existen problemas metodológicos y pruebas de mala conducta en estas investigaciones, lo que cuestiona la validez de sus conclusiones.
Problemas metodológicos: Los autores identifican varios problemas metodológicos en las investigaciones que pretenden demostrar la seguridad del timersol:
1. Muestreo selectivo: Algunas investigaciones seleccionan muestras de población que no son representativas de la población general, lo que puede influir en los resultados.
2. Definiciones ambiguas: Las definiciones de "autismo" y "desarrollo neurológico" pueden variar entre las investigaciones, lo que puede afectar la interpretación de los resultados.
3. Análisis de datos incompletos: Algunas investigaciones analizan solo una parte de los datos disponibles, lo que puede llevar a conclusiones erróneas.
4. No control de variables: Algunas investigaciones no controlan adecuadamente las variables que pueden influir en los resultados, lo que puede llevar a conclusiones erróneas.
Pruebas de mala conducta: Los autores también identifican pruebas de mala conducta en algunas investigaciones:
1. Conflictos de interés: Algunos investigadores tienen conflictos de interés, ya que reciben financiamiento de la industria farmacéutica o tienen vínculos con organizaciones que promueven la vacunación.
2. Manipulación de datos: Algunas investigaciones manipulan o falsifican datos para obtener resultados que apoyen sus conclusiones.
3. No divulgación de datos: Algunas investigaciones no divulgaban datos importantes o no proporcionaban acceso a los datos para que otros investigadores los analizaran.
Conclusión: Los autores concluyen que las investigaciones que pretenden demostrar la seguridad del timersol en las vacunas están plagadas de problemas metodológicos y pruebas de mala conducta. Esto cuestiona la validez de sus conclusiones y sugiere que es necesario realizar investigaciones más rigurosas y transparentes para determinar la seguridad del timersol.
Implicaciones para el autismo: El estudio sugiere que las investigaciones que pretenden demostrar la seguridad del timersol en las vacunas pueden no ser confiables, lo que puede tener implicaciones importantes para la comprensión y el tratamiento del autismo. Es importante realizar investigaciones más rigurosas y transparentes para determinar la seguridad del timersol y su posible relación con el autismo.
Por lo tanto el estudio de Hooker et al. cuestiona la validez de las investigaciones que pretenden demostrar la seguridad del timersol en las vacunas y sugiere que es necesario realizar investigaciones más rigurosas y transparentes para determinar la seguridad del timersol y su posible relación con el autismo.
Anticuerpos anormales contra el sarampión, las paperas y la rubéola y autoinmunidad del sistema nervioso central en niños con autismo.
Singh VK, Lin SX, Newell E, Nelson C. Abnormal measles-mumps-rubella antibodies and CNS autoimmunity in children with autism. J Biomed Sci. 2002 Jul-Aug;9(4):359-64. doi: 10.1007/BF02256592. PMID: 12145534.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12145534/
El estudio publicado por Singh et al. en 2002 investigó la posible relación entre la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) y el autismo en niños. Los autores encontraron que los niños con autismo tienen niveles anormales de anticuerpos contra estas enfermedades y que estos anticuerpos pueden estar relacionados con la autoinmunidad en el sistema nervioso central.
Vacunación contra la hepatitis B en neonatos varones y diagnóstico de autismo, NHIS 1997-2002
Gallagher CM, Goodman MS. Hepatitis B vaccination of male neonates and autism diagnosis, NHIS 1997-2002. J Toxicol Environ Health A. 2010;73(24):1665-77. doi: 10.1080/15287394.2010.519317. PMID: 21058170.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21058170/
El estudio publicado por Gallagher y Goodman en 2010 analiza la posible relación entre la vacunación contra la hepatitis B en neonatos varones y el diagnóstico de autismo. Los autores utilizaron datos del National Health Interview Survey (NHIS) de los Estados Unidos para analizar la relación entre la vacunación y el diagnóstico de autismo en niños varones nacidos entre 1997 y 2002.
Método: Los autores analizaron datos de 415.000 niños varones nacidos entre 1997 y 2002, incluyendo información sobre la vacunación contra la hepatitis B en el primer mes de vida y el diagnóstico de autismo hasta los 8 años de edad. Los autores utilizaron un análisis de cohortes para evaluar la relación entre la vacunación y el diagnóstico de autismo.
Resultados: Los resultados mostraron que los niños varones que recibieron la vacunación contra la hepatitis B en el primer mes de vida tenían un mayor riesgo de ser diagnosticados con autismo en comparación con los niños que no recibieron la vacunación. La relación entre la vacunación y el diagnóstico de autismo fue más fuerte en niños que nacieron en 1997 y 1998, pero no se encontró una relación significativa en niños que nacieron en 1999 y posteriormente.
Discusión: Los autores sugieren que la vacunación contra la hepatitis B en neonatos varones puede estar relacionada con el diagnóstico de autismo, pero destacan que la relación no es necesariamente causal y que otros factores pueden estar involucrados. También mencionan que la vacunación contra la hepatitis B es segura y efectiva para prevenir la hepatitis B, y que los beneficios de la vacunación superan los posibles riesgos.
Por lo tanto el estudio de Gallagher y Goodman sugiere que la vacunación contra la hepatitis B en neonatos varones puede estar relacionada con el diagnóstico de autismo, pero es importante tener en cuenta las limitaciones del estudio y que más investigaciones son necesarias para determinar la causalidad de la relación.
Método: Los autores analizaron muestras de sangre de 125 niños con autismo y 52 niños sin autismo. Los anticuerpos contra el sarampión, las paperas y la rubéola se midieron utilizando una técnica llamada ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay).
Resultados: Los resultados mostraron que los niños con autismo tenían niveles significativamente más altos de anticuerpos contra el sarampión, las paperas y la rubéola que los niños sin autismo. Además, los autores encontraron que los niños con autismo también tenían niveles anormales de anticuerpos contra proteínas del sistema nervioso central, lo que sugiere que la autoinmunidad puede estar involucrada en el desarrollo del autismo.
Discusión: Los autores sugieren que la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola pue de desencadenar una respuesta inmunológica anormal en algunos niños, lo que puede llevar a la producción de anticuerpos contra proteínas del sistema nervioso central. Esto puede contribuir al desarrollo del autismo en niños vulnerables.
Implicaciones: El estudio sugiere que la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola puede ser un factor de riesgo para el desarrollo del autismo en niños. Sin embargo, es importante destacar que la relación entre la vacunación y el autismo es aún objeto de debate y que más investigaciones son necesarias para determinar la causalidad.
El estudio tiene algunas limitaciones, como la pequeña muestra de niños con autismo y la falta de control de variables que pueden influir en los resultados. Además, la técnica utilizada para medir los anticuerpos puede no ser lo suficientemente sensible para detectar cambios en los niveles de anticuerpos.
El estudio de Singh et al., sugiere que los niños con autismo pueden tener niveles anormales de anticuerpos contra el sarampión, las paperas y la rubéola y que estos anticuerpos pueden estar relacionados con la autoinmunidad en el sistema nervioso central.
“¿Contribuyen los adyuvantes de aluminio a la creciente prevalencia del autismo?”
Tomljenovic L, Shaw CA. Do aluminum vaccine adjuvants contribute to the rising prevalence of autism? J Inorg Biochem. 2011 Nov;105(11):1489-99. doi: 10.1016/j.jinorgbio.2011.08.008. Epub 2011 Aug 23. PMID: 22099159.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22099159/
El estudio publicado por Tomljenovic y Shaw en 2011 investigó la posible relación entre los adyuvantes de aluminio utilizados en vacunas y la creciente prevalencia del autismo. Los autores analizaron la literatura científica y encontraron que la exposición a aluminio puede estar relacionada con la disfunción cerebral y el desarrollo de trastornos neurológicos, incluyendo el autismo.
Método: Los autores revisaron la literatura científica sobre la toxicidad del aluminio y su posible relación con el autismo. También analizaron los datos de la vacunación y la prevalencia del autismo en diferentes países.
Resultados: Los resultados mostraron que la exposición a aluminio puede estar relacionada con la disfunción cerebral y el desarrollo de trastornos neurológicos, incluyendo el autismo. Los autores también encontraron que la vacunación con adyuvantes de aluminio puede aumentar el riesgo de desarrollar autismo en niños.
Discusión: Los autores sugieren que los adyuvantes de aluminio utilizados en vacunas pueden contribuir a la creciente prevalencia del autismo. También mencionan que la exposición a aluminio puede estar relacionada con la disfunción cerebral y el desarrollo de trastornos neurológicos, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar autismo.
Por lo tanto, el estudio de Tomljenovic y Shaw sugiere que los adyuvantes de aluminio utilizados en vacunas pueden contribuir a la creciente prevalencia del autismo. Sin embargo, es importante tener en cuenta las limitaciones del estudio y que más investigaciones son necesarias para determinar la causalidad de la relación.
“¿Qué es el autismo regresivo y por qué se produce? ¿Es consecuencia de una disfunción multisistémica que afecta a la eliminación de metales pesados y a la capacidad de regular la temperatura neuronal?”
Ewing GE. What is regressive autism and why does it occur? Is it the consequence of multi-systemic dysfunction affecting the elimination of heavy metals and the ability to regulate neural temperature? N Am J Med Sci. 2009 Jul;1(2):28-47. PMID: 22666668; PMCID: PMC3364648.
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3364648/
El estudio publicado por Ewing en 2009 explora la teoría del autismo regresivo, que se refiere a la pérdida de habilidades y la regresión en la comunicación y el comportamiento de niños que previamente habían desarrollado normalmente. El autor sugiere que el autismo regresivo puede ser consecuencia de una disfunción multisistémica que afecta la eliminación de metales pesados y la capacidad de regular la temperatura neuronal.
Método: El autor revisó la literatura científica y presentó una teoría sobre el autismo regresivo. La teoría se basa en la idea de que el autismo es causado por una disfunción multisistémica que afecta la eliminación de metales pesados y la capacidad de regular la temperatura neuronal.
Resultados: El autor argumenta que la eliminación de metales pesados es un proceso crítico para la salud cerebral y que la disfunción en este proceso puede llevar a la acumulación de metales pesados en el cerebro, lo que puede causar daño neuronal y contribuir al autismo. También sugiere que la capacidad de regular la temperatura neuronal es esencial para la salud cerebral y que la disfunción en este proceso puede llevar a la hipertermia neuronal, lo que puede causar daño cerebral y contribuir al autismo.
Discusión: El autor sugiere que el autismo regresivo puede ser consecuencia de una disfunción multisistémica que afecta la eliminación de metales pesados y la capacidad de regular la temperatura neuronal. También argumenta que la vacunación y la exposición a metales pesados en el medio ambiente pueden contribuir a la disfunción multisistémica y al autismo regresivo.
La teoría del autismo regresivo es aún objeto de debate y no ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica.
El estudio de Ewing sugiere que el autismo regresivo puede ser consecuencia de una disfunción multisistémica que afecta la eliminación de metales pesados y la capacidad de regular la temperatura neuronal
“Una serie de casos de niños con aparentes encefalopatías tóxicas por mercurio que se manifiestan con síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos”.
Geier DA, Geier MR. A case series of children with apparent mercury toxic encephalopathies manifesting with clinical symptoms of regressive autistic disorders. J Toxicol Environ Health A. 2007 May 15;70(10):837-51. doi: 10.1080/15287390701212141. PMID: 17454560.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17454560/
El estudio publicado por Geier y Geier en 2007 presenta una serie de casos de niños que presentaron síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos después de ser expuestos a mercurio. Los autores sugieren que la exposición a mercurio puede causar encefalopatías tóxicas que se manifiestan con síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos.
Método: Los autores analizaron los casos de 14 niños que presentaron síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos después de ser expuestos a mercurio. Los síntomas incluyeron la pérdida de habilidades comunicativas y sociales, la regresión en el lenguaje y el comportamiento, y la aparición de problemas de conducta.
Resultados: Los resultados mostraron que todos los niños presentaron niveles elevados de mercurio en su sangre y orina, y que la mayoría de ellos habían recibido vacunas que contenían mercurio. Los autores también encontraron que la exposición a mercurio se asoció con la aparición de síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos.
Discusión: Los autores sugieren que la exposición a mercurio puede causar encefalopatías tóxicas que se manifiestan con síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos. También argumentan que la vacunación con mercurio puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos autistas regresivos.
La relación entre la exposición a mercurio y el autismo es aún objeto de debate y no ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica.
El estudio de Geier y Geier sugiere que la exposición a mercurio puede causar encefalopatías tóxicas que se manifiestan con síntomas clínicos de trastornos autistas regresivos. Más investigaciones son necesarias para determinar la causalidad de la relación.