Brasil, cierra X: la censura y el impacto de X en la Libertad de Expresión
Libertades en juego: Cómo un juez ejerce contra 20 millones de brasileños, la censura política prohibida por el artículo 220 de la constitución brasileña.
Cómo un juez pretende que las tecnológicas redefinan la libertad de expresión por la fuerza.
Un Juez brasileño desafía la Constitución al censurar la libre expresión en X de 20 millones de brasileños al ordenar la suspensión de X.
El caso afrenta el artículo 220 de la constitución brasileña que prohíbe la censura por motivos políticos mediante el control judicial de las redes sociales.
La Constitución brasileña de 1988 garantiza el derecho a la libertad de expresión en varios artículos, prohibiendo la censura y protegiendo la manifestación del pensamiento en cualquier medio. La Ley de Acceso a la Información (N.º 12.527/2011) como el Marco Civil de Internet (N.º 12.965/2014) están vigentes en Brasil y son legislaciones relevantes que afectan la libertad de expresión en línea. La 12.965/2014 garantiza explícitamente la libertad de expresión, comunicación y manifestación del pensamiento en internet.
Se han establecido multas de alrededor de 8,000 dólares para quienes intenten acceder a X usando VPN para eludir el bloqueo.
·Pero empecemos desde el principio, porque de todos estos aspectos éticos y jurídicos que afectan a cuestiones geopolíticas se desarrollan más adelanté en este Substack.
En este inquietante regreso a tiempos inquisitoriales, totalitarios, de abuso de derechos, de fraude, de autoritarismo en su máxima expresión, el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal de Brasil, ha emprendido una cruzada contra la libertad de expresión, suspendiendo la plataforma X (antes Twitter) por no acatar sus órdenes judiciales. Esta medida llega tras la negativa de Elon Musk a censurar cuentas vinculadas a unos pocos partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro. Moraes argumenta que la red social fomenta el discurso extremista, mientras que Musk le acusa de dictatorial. Esta maniobra se une a la reciente detención en Francia de Pável Dúrov, fundador de Telegram, y sigue una preocupante tendencia de represión contra las voces disidentes en todo el mundo.
La historia comenzó en España con el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que intentó cerrar Telegram alegando la necesidad de controlar la red. Poco después, el CEO de Telegram, Pavel Durov, fue detenido por negarse a cumplir órdenes que violaban la privacidad de sus usuarios. Ahora, en Brasil, Moraes va un paso más allá, suspendiendo X y mostrando una creciente intolerancia hacia cualquier plataforma que se niegue a acallar las voces incómodas para los gobernantes.
Este patrón represivo, que se extiende desde Europa a América Latina, expone una peligrosa convergencia entre los intereses políticos y la supuesta necesidad de regular la expresión en línea. Moraes justifica su actuación con el pretexto de proteger la democracia, pero en su afán por silenciar a los críticos parece olvidar que la verdadera democracia se fortalece con la diversidad de opiniones, no con su supresión. Este enfoque recuerda a un pasado no tan lejano, durante la era Covid, en la que las voces críticas eran tachadas de peligrosas y sofocadas en nombre de un bien mayor.
El caso Moraes en Brasil refleja la hipocresía de una élite judicial que se proclama defensora de la justicia mientras actúa de forma autocrática. Musk, conocido por su postura en defensa de la libertad de expresión (principal razón por la que compró Twitter), se ha convertido en un blanco fácil para quienes buscan mantener un férreo control sobre el discurso público. Sin embargo, no es la primera vez que plataformas como X se enfrentan a la censura; países con regímenes autoritarios ya han bloqueado la red social en el pasado, desde Rusia hasta China.
En un mundo donde la tecnología debería ser una herramienta para democratizar la información, las patatas calientes que son las acciones de los jueces en Brasil, Francia marcan un retroceso alarmante. La creciente tendencia a la censura bajo el pretexto de proteger la democracia es, en realidad, un golpe a los principios fundamentales de la libertad. En lugar de permitir que las ideas fluyan y se debatan en la moderna plaza pública que son las redes sociales, estos jueces prefieren apagar las luces del debate, sumiendo a sus naciones en una peligrosa oscuridad de pensamiento único.
Lo que estamos presenciando no es solo una batalla legal entre poderosos actores internacionales, sino una lucha más profunda entre la libertad de expresión y la tentación autoritaria. No se trata de un simple conflicto de intereses, sino de un choque de valores fundamentales. La historia nos ha enseñado que la censura, bajo cualquier disfraz, es el primer paso hacia la tiranía. Sin embargo, en medio de estas sombras, es fundamental que sigamos defendiendo el derecho a hablar y a escuchar, incluso cuando lo que se dice no resulta cómodo para quienes detentan el poder.
Derrotar al complejo industrial de la censura es esencial para preservar la libre circulación de ideas, el debate y el progreso. La libertad de expresión es la piedra angular de una sociedad vibrante y democrática.
Quienes abrazan la censura no solo despojan a los individuos de su voz, sino que también ahogan el avance del conocimiento. No debemos permitir que quienes detentan el poder instrumentalicen el miedo o la desinformación para justificar el cierre del diálogo público. La historia nos enseña que donde prevalece el silencio, florece la ignorancia y se perpetúa la injusticia.
La verdadera democracia exige la confrontación de ideas, incluso de aquellas que resultan incómodas o impopulares. El progreso humano ha sido impulsado por quienes se atrevieron a desafiar el statu quo, no por quienes lo protegieron con muros de censura. Por tanto, es imperativo resistirse a cualquier intento de sofocar la expresión, entendiendo que el debate abierto y sin trabas es la clave de una sociedad más justa, consciente y avanzada.
La suspensión de la red social X en Brasil, ordenada por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, no es un simple acto judicial; es un reflejo de las profundas contradicciones y tensiones que subyacen en el corazón de la democracia moderna. Esta medida, que ha suscitado un intenso debate sobre la libertad de expresión y el poder del Estado, es, de hecho, la culminación de una serie de acciones judiciales que han erosionado lentamente los cimientos de la libertad en el espacio digital.
El trasfondo de esta decisión no es un incidente aislado, sino que forma parte de un patrón cada vez más evidente en el que el poder judicial ha empezado a actuar como un censor moderno, dictando lo que puede y no puede decirse en las plataformas de comunicación de masas. Desde la era Covid, en la que la censura se justificaba bajo el pretexto de la seguridad pública, hasta las nuevas «patatas calientes»; los intentos de silenciar a los opositores políticos, el complejo industrial de la censura se ha ido consolidando con una rapidez y eficacia alarmantes.
El caso Moraes en Brasil, en particular, es un estudio de cómo el poder se disfraza de legalidad para imponer un control absoluto sobre la narrativa pública. La suspensión de X se basó, en última instancia, en el incumplimiento de una orden para nombrar un nuevo representante legal en Brasil, pero en el fondo, es un castigo dirigido a Elon Musk por su negativa a censurar cuentas vinculadas a los seguidores de Jair Bolsonaro. Esta justificación, que se presenta como una defensa de la democracia, es en realidad un acto de represalia contra una plataforma que se resiste a ser domesticada por el poder estatal.
Musk, con su habitual desdén por la censura previa en forma de autoridad, ha respondido con críticas feroces, llamando a Moraes dictador y criminal. En un momento de legítima indignación, Musk ha dejado claro que no cederá ante lo que considera una flagrante violación de la libertad de expresión. Este enfrentamiento se ha convertido en una confrontación épica entre el Estado brasileño y una de las figuras más poderosas de la tecnología mundial.
El problema, sin embargo, va mucho más allá de una simple disputa entre un magnate y un juez. La suspensión de X en Brasil sienta un peligroso precedente para la libertad de expresión en todo el mundo. Si un Estado democrático puede cerrar una plataforma mundial por razones que, en última instancia, son políticas, ¿qué nos impide pensar que otros seguirán el mismo camino? La historia está llena de ejemplos de cómo la censura, una vez desatada, es difícil de contener.
Las repercusiones de esta decisión son profundas y polifacéticas. En Brasil, donde X tiene aproximadamente 20 millones de usuarios, la suspensión ha cortado una de las principales fuentes de información y debate público. Pero el impacto no se queda ahí; la reputación de Musk y de sus otras empresas, desde Tesla a SpaceX, también podría verse afectada por esta creciente tensión con las autoridades brasileñas. Los mercados, siempre sensibles a las controversias políticas, podrían reaccionar negativamente ante la percepción de que Musk está en guerra abierta con un gobierno soberano.
Además, esta situación pone de relieve un problema fundamental de nuestro tiempo: la lucha por el control de la palabra en la era digital. Las redes sociales, que inicialmente prometían democratizar la información, se han convertido en campos de batalla donde chocan violentamente intereses políticos, económicos y sociales. La pregunta que debemos hacernos es si vamos a permitir que el Estado, en su afán por protegerse, destruya el último bastión de libertad de expresión que nos queda.
No debemos olvidar que la libertad de expresión no es sólo un derecho individual, sino un pilar esencial de la democracia. Sin ella, no puede haber debate público informado, ni control efectivo del poder. La censura, ya sea impuesta por un juez en Brasil o por cualquier otra figura de autoridad, es siempre el primer paso hacia la tiranía. Es una advertencia de que el poder, cuando se deja sin control, siempre tratará de silenciar a sus críticos.
El caso de la suspensión de X en Brasil es, por tanto, una llamada urgente a la acción. Debemos resistir cualquier intento de censura, por noble o justificado que parezca. La historia nos ha enseñado que el precio de la libertad es la vigilancia eterna, y que la batalla por la libre circulación de las ideas es una batalla que debemos librar constantemente, en cada generación y en cada rincón del mundo. La libertad de expresión no es un don que nos conceda el Estado; es un derecho inalienable e irrenunciable que debemos defender, una y otra vez, frente a quienes desean controlarlo todo, incluidas nuestras palabras, ideas y pensamientos.
Desde tiempos inmemoriales, quienes detentan el poder han tratado de controlar el flujo de información, silenciar las voces discrepantes y moldear la narrativa pública para consolidar su dominio. Sin embargo, la historia también está repleta de ejemplos de individuos y movimientos que se han resistido a este control, defendiendo el derecho inalienable a la libertad de expresión.
Uno de los primeros ejemplos de esta lucha se remonta a la Antigua Grecia, con el juicio y ejecución de Sócrates en el año 399 a.C.. Acusado de corromper a la juventud e introducir nuevas divinidades, Sócrates fue condenado a muerte por envenenamiento. Su crimen, en realidad, fue desafiar las normas establecidas y fomentar el pensamiento crítico entre sus seguidores. Su muerte se convirtió en un símbolo de la represión intelectual y en un recordatorio de los peligros de la censura.
Avanzando en el tiempo, encontramos otro ejemplo en la Quema de las Vanidades de Florencia, dirigida por el fraile dominico Girolamo Savonarola en 1497. Durante este acto, libros, obras de arte y otros objetos considerados inmorales fueron destruidos en una hoguera pública. Este acto de censura, impulsado por el fervor religioso, pretendía erradicar cualquier forma de expresión que contradijera la moral impuesta por Savonarola. Sin embargo, lejos de purificar la sociedad, este acontecimiento demostró cómo la censura puede utilizarse para imponer una visión autoritaria y monolítica de la realidad.
La historia nos ha legado figuras cuyas luchas y pensamientos son faros en la defensa de la libertad de expresión. Entre ellas, John Milton, un poeta y pensador inglés del siglo XVII, destaca por su obra *Areopagitica*, un apasionado discurso en defensa de la libertad de prensa. Publicado en 1644, “Areopagitica: A speech of Mr. John Milton for the liberty of unlicensed printing to the Parliament of England “ (Areopagítica: Un discurso del Sr. John Milton al Parlamento de Inglaterra sobre la libertad de impresión sin censura) no fue solo una respuesta a la censura previa que la Iglesia y el Estado imponían en Inglaterra, sino un manifiesto que abogaba por la libre circulación de ideas como condición esencial para el progreso humano. Milton argumentó que prohibir la publicación de libros antes de su impresión era un acto que no solo impedía la divulgación de la verdad, sino que también sofocaba el debate necesario para la evolución del conocimiento y la sociedad.
Voltaire, el emblemático filósofo francés del siglo XVIII, es otro ejemplo de resistencia a la censura. Conocido por sus mordaces críticas a la clase dirigente y su inquebrantable defensa de la libertad de pensamiento, Voltaire fue uno de los pilares del movimiento ilustrado. Su famosa frase «No estoy de acuerdo con lo que decís, pero defenderé hasta la muerte vuestro derecho a decirlo» resume su compromiso con la libertad de expresión. En una Europa dominada por la censura y la intolerancia religiosa, Voltaire se erigió en paladín del diálogo y la crítica, denunciando las injusticias cometidas en nombre de la religión y el Estado.
Thomas Jefferson, uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, también dejó una huella indeleble en la lucha por la libertad de prensa. Jefferson creía firmemente que una prensa libre era vital para la salud de una democracia y para mantener al gobierno bajo control. En sus palabras: «Si tuviera que decidir si deberíamos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo». Esta visión fue decisiva para la inclusión de la libertad de expresión en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, garantizando la protección del derecho a criticar al gobierno y a expresar opiniones discrepantes en la naciente nación.
Estas figuras históricas no sólo defendieron la libertad de expresión en sus respectivos contextos, sino que sentaron las bases para que las generaciones futuras continúen esta lucha. Su legado nos recuerda que la batalla contra la censura y por la libre circulación de las ideas es una batalla que debe librarse constantemente, pues siempre habrá fuerzas que intenten sofocar las voces que desafían al poder y al statu quo..
En tiempos más recientes la historia de la Masacre de My Lai, uno de los episodios más oscuros de la Guerra de Vietnam, es también la historia de la lucha incansable por la verdad en un ambiente saturado de censura y autocensura. Lo que ocurrió el 16 de marzo de 1968 en un pequeño pueblo vietnamita no sólo fue una atrocidad inimaginable, sino un brutal recordatorio de cómo el poder puede, y a menudo lo hace, tratar de ocultar sus crímenes bajo un manto de silencio.
En el pueblo de My Lai, soldados de la Compañía Charlie, perteneciente al 1er Batallón del 20º Regimiento de Infantería, desataron el infierno sobre una población indefensa. Lo que comenzó como una operación militar terminó en una carnicería inhumana, donde hombres, mujeres, ancianos y niños fueron asesinados sin piedad. A pesar de la magnitud del horror, el incidente permaneció oculto durante más de un año, una clara indicación de la extensión y la eficacia del encubrimiento.
Fue Seymour Hersh, un periodista independiente, quien rompió el silencio en noviembre de 1969. Armado con el testimonio de los soldados que participaron en la masacre, especialmente el del teniente William Calley, Hersh construyó un relato desgarrador que revelaba no sólo los hechos de My Lai, sino también el esfuerzo deliberado por mantenerlos ocultos. Su investigación fue un desafío directo a la narrativa oficial de la guerra, que intentaba presentarse como una lucha justa y moral.
Sin embargo, el camino hacia la publicación de su informe fue arduo y plagado de obstáculos. Grandes publicaciones estadounidenses como Life y Look rechazaron el artículo de Hersh, citando razones como la saturación de información sobre la guerra. Esta negativa a publicar un informe de tal magnitud sugiere un acto de autocensura, tal vez como siempre motivado por la presión gubernamental o el miedo a las repercusiones sociales y políticas.
Ante la resistencia de los grandes medios de comunicación, Hersh recurrió a una pequeña agencia de noticias, Dispatch News Service, dirigida por David Obst. Esta agencia, con recursos limitados pero un firme compromiso con la verdad, distribuyó la historia a aproximadamente 50 periódicos por una módica tarifa de 100 dólares. A pesar de las dificultades, 36 de estos periódicos, incluidos algunos tan prestigiosos como The Times de Londres, The San Francisco Chronicle, The Boston Globe y The Saint Louis Post Dispatch, decidieron publicar la historia. Fue un acto de valentía en un momento en que la censura y la autocensura amenazaban con enterrar la verdad sobre My Lai para siempre.
El 14 de noviembre de 1969, el informe de Hersh finalmente vio la luz del día. Ese mismo día, The New York Times, que había realizado su propia investigación, publicó su versión de los hechos, marcando el comienzo de la cobertura mediática masiva del escándalo. La masacre de My Lai se convirtió en un símbolo de los horrores de la guerra y un catalizador del creciente sentimiento antibélico en los Estados Unidos y en todo el mundo.
La resistencia inicial a publicar la historia, interpretada como una forma de censura, no pudo detener la ola de indignación que siguió a la revelación de Hersh. Sus reportajes no sólo le valieron el Premio Pulitzer en 1970, sino que también demostraron el poder del periodismo independiente para desafiar la narrativa oficial y exponer la verdad, incluso en las circunstancias más adversas.
En una época en la que la censura sigue siendo una herramienta poderosa en manos de los gobiernos, la historia de My Lai nos enseña que la verdad, aunque a veces tarda en llegar, tiene una fuerza imparable que ninguna censura puede contener indefinidamente.
En la batalla contra la censura Otro foco se ha manifestado con fuerza en el ámbito jurídico. Un caso emblemático en la historia de la libertad de prensa es el de los Papeles del Pentágono en Estados Unidos.
Los Papeles del Pentágono: un punto de inflexión para la libertad de prensa en Estados Unidos
El caso de los Papeles del Pentágono de 1971 es uno de los episodios más trascendentales en la historia de la libertad de prensa en Estados Unidos, un momento en el que la prensa y el poder ejecutivo se enfrentaron en una batalla épica sobre el derecho del público a estar informado frente a la supuesta necesidad de mantener secretos de Estado bajo el manto de la seguridad nacional.
La filtración
Los Papeles del Pentágono, un extenso estudio secreto encargado por el Departamento de Defensa, cubrieron más de dos décadas de participación de Estados Unidos en Vietnam, desde 1945 hasta 1967. Estos documentos revelaron que las sucesivas administraciones habían engañado sistemáticamente al público y al Congreso sobre la verdadera naturaleza y las posibilidades de éxito de la guerra. Lejos de ser una intervención humanitaria o defensiva, la participación estadounidense en Vietnam estuvo marcada por decisiones políticas cínicas y una escalada del conflicto basada en falsedades y desinformación.
El hombre que descubrió esta realidad fue Daniel Ellsberg, un analista militar que había trabajado en el estudio. Motivado por su creciente oposición a la guerra y su indignación por las mentiras del gobierno, Ellsberg decidió filtrar una copia de estos documentos al New York Times, con la esperanza de que el escrutinio público obligara a los líderes a rendir cuentas.
Publicación y censura: la lucha por la verdad
El 13 de junio de 1971, el New York Times comenzó a publicar una serie de artículos basados en los Papeles del Pentágono. La reacción del gobierno fue inmediata. La administración de Richard Nixon, alegando que la publicación comprometía la seguridad nacional, solicitó una orden judicial para detener la publicación de los documentos. Esta acción marcó el comienzo de una confrontación histórica entre el gobierno y la prensa.
Un tribunal federal emitió una orden de restricción temporal contra el New York Times, prohibiendo la publicación de más artículos basados en los documentos filtrados. Sin embargo, el intento de censura del gobierno solo sirvió para galvanizar a otros medios de comunicación. El Washington Post y otros periódicos importantes obtuvieron copias de los Papeles del Pentágono y comenzaron a publicar su propia serie, desafiando las amenazas legales del gobierno y ampliando el alcance de la divulgación.
La batalla judicial: un juicio decisivo
El caso llegó rápidamente al Tribunal Supremo de los Estados Unidos, en lo que se convertiría en un juicio decisivo sobre la libertad de prensa. El gobierno argumentó que la publicación de los documentos comprometía la seguridad nacional en un momento crítico de la Guerra Fría y la guerra de Vietnam. Sin embargo, los periódicos defendieron su derecho a informar al público sobre las acciones de su gobierno, especialmente cuando esas acciones implicaban engaño y manipulación a gran escala.
El 30 de junio de 1971, en una histórica decisión de 6 a 3, la Corte Suprema falló a favor de los periódicos. El fallo estableció que el gobierno no había justificado la necesidad de una restricción previa a la publicación y que dicha censura era incompatible con los principios fundamentales de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Impacto y legado: un precedente duradero
La decisión del Tribunal Supremo en el caso de los Papeles del Pentágono fue un golpe contundente contra los intentos de censura gubernamental y fortaleció significativamente las protecciones constitucionales contra la censura previa. Esta decisión no sólo fue una victoria para el New York Times y otros medios involucrados, sino que también estableció un estándar alto para que el gobierno justifique cualquier restricción a la libertad de prensa en el futuro.
El caso demostró la importancia de una prensa libre y valiente, dispuesta a enfrentar incluso las amenazas más graves para cumplir con su papel como guardián del gobierno y protector del interés público. La publicación de los Papeles del Pentágono sacó a la luz las mentiras detrás de la Guerra de Vietnam, y envió un mensaje claro de que la verdad no puede ser suprimida por los intereses del poder.
Hoy, la vigilancia constante sobre los poderes establecidos es esencial para la salud de cualquier democracia.
El Caso Martorell y la Censura Previa: Un Precedente en la Jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
El caso de Francisco Martorell y la prohibición de su libro "Impunidad diplomática" en Chile es un hito en la jurisprudencia sobre la censura previa en el ámbito del sistema interamericano de derechos humanos. Este episodio no solo puso a prueba los límites de la libertad de expresión en Chile, sino que también llevó a la CIDH a reafirmar principios fundamentales sobre la censura previa y el derecho a la libre circulación de ideas.
El Origen del Caso: Censura en la Noche del Lanzamiento
El 21 de abril de 1993, la noche anterior al lanzamiento del libro "Impunidad diplomática" en Argentina, un tribunal chileno prohibió su publicación en Chile. El libro, escrito por el periodista Francisco Martorell, abordaba las circunstancias que rodearon la salida de un ex embajador argentino de Chile. La medida fue tomada en respuesta a un recurso de protección presentado por Andrónico Luksic Craig, quien alegaba que el contenido del libro violaba su derecho a la privacidad.
La Corte de Apelaciones de Santiago emitió una orden de no innovar que prohibió temporalmente la circulación del libro en Chile, y esta decisión fue confirmada por la Corte Suprema de Chile el 15 de junio de 1993. Martorell intentó apelar la decisión ante la Corte Suprema, pero su apelación fue rechazada, manteniéndose la prohibición del libro. Además, se presentaron cargos por difamación y calumnias contra Martorell, lo que intensificó aún más la controversia.
La Intervención de la CIDH: Defensa de la Libertad de Expresión
El caso fue llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 23 de diciembre de 1993, donde se denunció que la prohibición del libro constituía una violación del derecho a la libertad de pensamiento y expresión, tal como lo protege el Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Los peticionarios argumentaron que la censura previa del libro no solo era una violación de los derechos de Martorell, sino también una amenaza al derecho del público a estar informado sobre temas de interés público.
El Gobierno chileno defendió la decisión judicial como una medida necesaria para proteger el honor y la dignidad de las personas mencionadas en el libro. Sin embargo, la CIDH consideró que la orden judicial que prohibió la publicación y circulación del libro constituía una forma clara de censura previa, incompatible con las garantías establecidas en la Convención Americana.
En su Informe Nº 11/96, emitido el 3 de mayo de 1996, la Comisión reafirmó que la censura previa está prohibida casi absolutamente en el sistema interamericano, subrayando que cualquier restricción a la libertad de expresión debe ser posterior a la difusión de la información y estar sujeta a responsabilidades ulteriores establecidas por ley. Este fallo tuvo un impacto significativo, al establecer un precedente importante en la jurisprudencia interamericana, reforzando el principio de que las medidas judiciales que impiden la publicación o circulación de información constituyen censura previa y, por lo tanto, violan el derecho a la libertad de expresión.
Legado y Reafirmación de Principios Fundamentales
El caso Martorell no solo marcó un punto de inflexión en la interpretación del derecho a la libertad de expresión en América Latina, sino que también destacó la importancia de la supervisión internacional para proteger los derechos fundamentales en contextos donde los tribunales nacionales pueden fallar en defender plenamente estas libertades. La CIDH, al ampliar su jurisprudencia sobre la censura previa con este caso, reafirmó que la libertad de expresión es un derecho que no puede ser suprimido por intereses particulares, incluso cuando se alega la protección del honor y la dignidad.
Este caso es un recordatorio de que la libertad de expresión, como pilar de la democracia, requiere una protección robusta y constante. La intervención de la CIDH fue crucial para asegurar que las limitaciones impuestas por el Estado chileno no se convirtieran en un precedente para justificar la censura previa en otros contextos. subrayando la necesidad de salvaguardar la libertad de expresión frente a cualquier intento de censura.
Otro ejemplo significativo es el caso de «La última tentación de Cristo», que es el caso de censura que desafió el derecho a la libertad de expresión en Chile.
"La Última Tentación de Cristo" en Chile es un ejemplo paradigmático de la tensión entre el conservadurismo social, el autoritarismo y la defensa de la libertad de expresión. A lo largo de más de una década, este episodio dejó al descubierto las frágiles costuras de la transición chilena a la democracia, y su resolución sentó un precedente crucial en la defensa de los derechos humanos en América Latina.
Contexto y Prohibición Inicial
En 1988, aún bajo la dictadura de Augusto Pinochet, el Consejo de Calificación Cinematográfica de Chile prohibió la exhibición de "La Última Tentación de Cristo", una película dirigida por Martin Scorsese basada en la novela de Nikos Kazantzakis. La prohibición reflejaba la represión cultural y la fuerte influencia de la Iglesia Católica en las decisiones del gobierno, que consideraba la película una blasfemia por su representación controvertida de Jesucristo. Este acto de censura, que impidió que la película fuera vista por el público chileno, fue una manifestación más de la rigidez moral y el autoritarismo que caracterizaron el régimen de Pinochet.
El Conflicto en Democracia: 1996-1997
Con el retorno a la democracia en 1990, muchos esperaban un cambio en las políticas represivas, incluida la censura cultural. Sin embargo, en 1996, cuando el Consejo de Calificación Cinematográfica aprobó la exhibición de la película para mayores de 18 años, un grupo conservador presentó un recurso de protección para impedirlo. Este grupo, respaldado por sectores religiosos y conservadores de la sociedad, argumentaba que la película atentaba contra la moral y las creencias religiosas, y que su proyección podría causar un daño irreparable a los valores cristianos de la nación.
El 20 de enero de 1997, la Corte de Apelaciones de Santiago dejó sin efecto la resolución que permitía la exhibición de la película. Posteriormente, el 17 de junio de 1997, la Corte Suprema de Chile confirmó esta decisión, manteniendo la censura sobre "La Última Tentación de Cristo". Este fallo judicial fue un claro ejemplo de cómo, incluso en un contexto democrático, las presiones de grupos conservadores y la herencia autoritaria pueden prevalecer sobre el derecho a la libre expresión.
Intervención Internacional y Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humano
Frente a la persistencia de la censura, el caso fue llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que en 1999 recomendó a Chile levantar la censura y adecuar su legislación interna conforme a los estándares de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La recomendación subrayaba que la prohibición de la película constituía una forma de censura previa, incompatible con el derecho a la libertad de pensamiento y expresión consagrado en el artículo 13 de la Convención
A pesar de las recomendaciones, Chile no tomó medidas inmediatas para cumplir con lo estipulado. Esto llevó el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que el 5 de febrero de 2001 dictó una sentencia histórica. La Corte declaró que Chile había violado el derecho a la libertad de expresión al mantener la censura sobre "La Última Tentación de Cristo", y ordenó al Estado modificar su ordenamiento jurídico interno para eliminar cualquier forma de censura previa en contenidos cinematográficos.
Cumplimiento de la Sentencia y Su Impacto
Chile cumplió con la sentencia de la Corte Interamericana, modificando su legislación para suprimir la censura previa y permitir la exhibición de la película. Esta modificación legislativa marcó el final de un largo conflicto sobre la libertad de expresión en el país, y sentó un precedente importante para la protección de los derechos humanos en la región. La Corte ordenó el archivo del caso una vez que Chile implementó las recomendaciones, cerrando así un capítulo crucial en la historia de la censura en América Latina
La censura, ya sea ejercida por un régimen autoritario o por un Estado democrático influenciado por presiones conservadoras, debe ser constantemente vigilada y combatida. Este episodio subraya la importancia de los mecanismos internacionales de derechos humanos como salvaguardias esenciales contra la represión y la censura, y refuerza la necesidad de un compromiso continuo con la defensa de la libertad de expresión.
La censura puede tomar muchas formas, pero la historia nos ha enseñado que la verdad y la justicia prevalecen cuando se defienden con firmeza y determinación.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en 2001, determinó que el Artículo 13 no permite la censura previa, salvo cuando se trate de espectáculos públicos y exclusivamente “para la protección moral de niños y adolescentes". En este caso, la prohibición de la película también se aplicaba a los adultos, y, por ende, violaba el Artículo 13. Convención Americana sobre Derechos Humanos, art.13.4 (Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso de “La última tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros vs. Chile), Sentencia del 5 de febrero de 2001).
La prohibición de la censura previa en la Convención Americana sobre Derechos Humanos
La prohibición es absoluta, con una única excepción mencionada en el párrafo 4 del Artículo 13 (relacionada con la protección moral de la infancia y la adolescencia en espectáculos públicos).
Esta prohibición absoluta es exclusiva de la Convención Americana. Ni la Convención Europea de Derechos Humanos ni el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos contienen una prohibición tan categórica.
El hecho de que no se incluyan otras excepciones a esta prohibición indica la gran importancia que los redactores de la Convención dieron a la libertad de expresión.
La Convención protege el derecho a expresar y recibir cualquier tipo de información, pensamientos, opiniones e ideas, sin restricciones previas.
Esta disposición refleja un compromiso especialmente fuerte con la libertad de expresión en el sistema interamericano de derechos humanos.
La posición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto a la censura previa y el conflicto potencial entre los artículos 11 y 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos:
1. La Comisión reconoce que el Artículo 11 de la Convención garantiza el derecho al honor y la dignidad.
2. Sin embargo, rechaza el argumento de que la protección de ese derecho justifique la censura previa.
3. La Comisión enfatiza que los órganos del Estado no pueden interpretar el Artículo 11 de una manera que viole el Artículo 13, el cual prohíbe explícitamente la censura previa.
4. Para resolver cualquier conflicto potencial entre los artículos 11 y 13, la Comisión indica que se debe recurrir al texto del propio Artículo 13.
5. Esta posición refleja la importancia primordial que el sistema interamericano otorga a la prohibición de la censura previa, como se establece en el Artículo 13 de la Convención.
6. La Comisión sugiere que cualquier conflicto entre el derecho al honor y la libertad de expresión debe resolverse a través de otros mecanismos previstos en el Artículo 13, como las responsabilidades ulteriores, en lugar de recurrir a la censura previa.
Uno de los ejemplos más recientes y relevantes en América Latina es la sentencia del Tribunal Constitucional de Costa Rica en relación con la censura previa ejercida por el Colegio de Médicos y Cirujanos del país.
El tribunal Constitucional de Costa Rica emitió una sentencia histórica contra el Colegio de Médicos y Cirujanos por censurar a varios médicos, entre ellos a mí misma, la Dra. Roxana Bruno, la Dra. Chinda Brandolino, el Dr. Patricio Villarroel, la Dra. Karina Acevedo y el Dr. Perdomo, así como a científicos en una conferencia internacional en San José. La censura fue justificada por el Colegio de Médicos de Costa Rica con el pretexto de proteger la salud pública de la desinformación, pero el Tribunal la declaró ilegal y una violación de la libertad de expresión. La sentencia sienta un importante precedente para la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información en el ámbito médico. Destaca la importancia de la pluralidad de opiniones en el progreso científico y rechaza la imposición de consensos pseudocientíficos. Se prohíbe al Colegio de Médicos repetir actos de censura bajo amenaza de severas sanciones legales.
El Tribunal Constitucional de Costa Rica declaró que la negativa a permitir el uso de las instalaciones del Colegio para una conferencia, o la amenaza de sanciones a los médicos que expresaran opiniones críticas sobre las medidas sanitarias durante la era Covid, constituían una violación del derecho a la libertad de expresión. Esta sentencia prohíbe al Colegio de Médicos ejercer la censura previa, y establece penas de prisión para su presidente en caso de incumplimiento, sentando un importante precedente para la libertad de expresión en la región. Esta sentencia es crucial para garantizar un debate abierto y plural en la comunidad médica, no sólo en Costa Rica, sino también a nivel mundial.
En cada uno de estos casos, la censura fue derrotada no sólo por la resistencia de individuos valientes, sino también por el reconocimiento, a nivel judicial, de que la libertad de expresión es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática. Esta lucha continúa hoy, y es crucial que no bajemos la guardia ante las amenazas que se presentan bajo nuevas formas y justificaciones.
En un ámbito más contemporáneo, Eleanor Roosevelt desempeñó un papel clave en la promoción de la libertad de expresión a escala internacional. Como presidenta del comité que redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Roosevelt se aseguró de que el artículo 19 de la Declaración reconociera la libertad de opinión y de expresión como un derecho humano fundamental. Este artículo establece que toda persona tiene derecho a expresar sus ideas sin injerencias y a recibir información por cualquier medio de comunicación. Bajo su liderazgo, la libertad de expresión se consagró como un derecho inalienable, no sólo para los estadounidenses, sino para todos los pueblos del mundo.
Entre quienes han defendido valientemente la libertad de expresión frente a la censura y la opresión, es esencial mencionar a líderes contemporáneos cuya lucha ha dejado una huella indeleble en la sociedad moderna.
El Dr. Martin Luther King Jr., líder emblemático del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, encarna la esencia de la resistencia pacífica y la defensa inquebrantable de la libertad de expresión. A lo largo de las décadas de 1950 y 1960, King utilizó su voz y su elocuencia para desafiar las leyes segregacionistas y las injusticias raciales profundamente arraigadas en la sociedad estadounidense. A través de poderosos discursos como «Tengo un sueño», movilizó a millones de personas y expuso la brutal realidad de la discriminación racial. A pesar de enfrentarse a constantes amenazas, detenciones y violencia, nunca cejó en su empeño de expresar verdades incómodas y defender la igualdad y la justicia. Su asesinato en 1968 fue un último intento de silenciar una voz poderosa, pero su legado sigue inspirando a los movimientos de derechos humanos de todo el mundo.
Otro ejemplo destacado es Nelson Mandela, que luchó contra el apartheid en Sudáfrica y se convirtió en un símbolo mundial de resistencia y reconciliación. Mandela pasó 27 años encarcelado por su oposición al régimen racista sudafricano, pero ni siquiera la cárcel pudo acallar su voz. Entre rejas, siguió siendo una figura inspiradora, y sus escritos y declaraciones clandestinas mantuvieron viva la llama de la resistencia. Tras su liberación, no sólo siguió abogando por la igualdad y la justicia, sino que también promovió la reconciliación y el entendimiento entre comunidades divididas. Mandela demostró que, incluso en las circunstancias más opresivas, la persistencia en expresar la verdad y la justicia puede conducir a cambios transformadores en la sociedad.
En la misma línea, Malala Yousafzai representa la lucha por la libertad de expresión y el derecho a la educación en el siglo XXI. Nacida en el valle pakistaní de Swat, Malala alzó su voz contra la prohibición talibán de la educación de las niñas, escribiendo un blog bajo seudónimo para la BBC cuando sólo tenía 11 años. Su activismo la convirtió en objetivo, y en 2012 sufrió un atentado contra su vida, al recibir un disparo en la cabeza cuando regresaba de la escuela. En lugar de silenciarla, este acto de violencia reforzó su determinación. Malala se recuperó y continuó su campaña a nivel internacional, convirtiéndose en la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz en 2014. Su historia es un poderoso recordatorio de cómo una sola voz, incluso la de una niña, puede desafiar la opresión y catalizar un movimiento global por los derechos humanos.
La situación actual en Afganistán, donde los talibanes han implantado leyes que prohíben la voz y la presencia pública de las mujeres. El ministro de Educación de los talibanes Sheikh Noorullah Munir amplió aún más la prohibición de la educación de las mujeres, la única prohibición de este tipo en el mundo. Ha defendido públicamente las decisiones del gobierno talibán de prohibir la educación secundaria y universitaria para las mujeres, argumentando que estas políticas están alineadas con la interpretación talibán de la ley islámica. Además .dijo:
"Así como la educación de las niñas está prohibida", "también está prohibido cuestionarla". Debemos valorar profundamente la lucha de Malala Yousafzai. Esta nueva ley talibán, que prohíbe no sólo la educación sino también la simple expresión de las mujeres en la esfera pública, es un trágico reflejo del mismo tipo de opresión que casi le costó la vida a Malala en Pakistán. Hoy, Malala sigue siendo una poderosa voz contra estas injusticias, denunciando la represión talibán y pidiendo a la comunidad internacional que no permanezca en silencio.
Malala ha expresado su profunda preocupación por el futuro de Afganistán bajo este régimen, haciendo hincapié en que la prohibición de la educación de las niñas y la exclusión de las mujeres del trabajo y la vida pública no sólo violan los derechos humanos fundamentales, sino que también dañan irreparablemente la economía y la paz del país. Ha instado a las naciones musulmanas y a la comunidad mundial a alzar la voz contra estas atrocidades, argumentando que el Islam, en su esencia, promueve la educación y el conocimiento para todos.
La conexión entre Malala y la situación actual en Afganistán es clara: ambas representan el mismo choque entre la oscuridad del fanatismo y la luz del conocimiento. La causa de Malala no es sólo suya, sino que simboliza la lucha constante de millones de mujeres que se niegan a ser silenciadas. El reciente endurecimiento de las leyes talibanes, que prácticamente borran a las mujeres de la vida pública, nos abre la mente para que toememos consciencia y conciencia de que la lucha por la libertad de expresión y los derechos de la mujer es un desafío mundial permanente, una batalla que no puede abandonarse sin poner en peligro los principios fundamentales de dignidad y humanidad.
Julian Assange fundador de WikiLeaks, es otro activista disdente al que la censura ha tratado de silenciar salió de prisión como parte de un acuerdo con el gobierno estadounidense. Tras su puesta en libertad, regresó a Australia, su país de origen, sin la amenaza de pasar más tiempo en prisión, tras haber cumplido ya más de cinco años encarcelado en el Reino Unido.
La resolución de su caso marca el final de una prolongada batalla legal que comenzó en 2010, cuando WikiLeaks publicó documentos clasificados que exponían crímenes de guerra y prácticas diplomáticas controvertidas de Estados Unidos. Durante más de una década, Assange vivió entre la embajada ecuatoriana en Londres y la prisión de Belmarsh, enfrentándose al temor constante de ser extraditado a Estados Unidos, donde las extremas condiciones carcelarias podrían haber puesto en peligro su vida. Este desenlace subraya la complejidad de los casos que involucran la libertad de expresión, los derechos de los whistleblowers, y el conflicto entre la transparencia y la seguridad nacional. A pesar de haber sido liberado, el caso de Assange sigue siendo un punto de referencia crítico en la discusión sobre los límites del periodismo y la responsabilidad del estado de proteger la información clasificada.
En este contexto, la lucha de Assange se entrelaza con otras batallas por la libertad de expresión en todo el mundo, como la de Malala Yousafzai contra la opresión talibán en Afganistán, que ha llevado a la prohibición casi total de la voz y la participación de las mujeres en la sociedad. Ambos casos ejemplifican cómo los regímenes autoritarios, ya sean estatales o extremistas, tratan de silenciar a quienes desafían su poder y sacan a la luz sus abusos. La comunidad internacional debemos permanecer vigilantes y unidos para defender a quienes nos atrevemos a decir la verdad, enfrentándonos a las sombras del autoritarismo en sus múltiples formas.
El artista y activista chino Ai Weiwei también ha sido una figura destacada en la lucha contra la censura y por la libertad de expresión. A través de su arte provocador y sus críticas abiertas al gobierno chino, Ai ha desafiado constantemente las restricciones impuestas a la expresión creativa y política en su país. Su detención en 2011 y posterior arresto domiciliario fueron claros intentos de silenciar su influencia, pero sólo sirvieron para amplificar su mensaje a nivel internacional. Ai utiliza diversas formas artísticas, desde instalaciones a documentales, para denunciar la injusticia y la corrupción, demostrando el poder del arte como herramienta de resistencia y concienciación social.
Otro nombre que surge en este contexto es el del activista saudí Raif Badawi, encarcelado y condenado a flagelación por crear un foro en línea que promovía el debate político y social en Arabia Saudí. Su caso ha desatado la indignación internacional y ha puesto de relieve la dura realidad a la que se enfrentan quienes intentan ejercer la libertad de expresión en regímenes autoritarios. A pesar de las graves represalias, la valentía de Badawi ha inspirado campañas mundiales que abogan por su liberación y por el respeto de los derechos humanos fundamentales en su país y fuera de él.
La historia de Edward Snowden también es significativa en el debate sobre la libertad de expresión y el derecho a la información. Como antiguo contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Snowden sacó a la luz en 2013 programas de vigilancia masiva del gobierno que violaban la privacidad de millones de personas en todo el mundo. Al revelar esta información, Snowden desencadenó un debate mundial sobre la privacidad, la seguridad y los límites del poder estatal. Muchos lo consideran un héroe que arriesgó su libertad para sacar a la luz prácticas gubernamentales clandestinas y promover la transparencia y la rendición de cuentas.
Estos ejemplos contemporáneos demuestran que la lucha por la libertad de expresión es una constante en la experiencia humana, que se adapta y manifiesta de distintas formas según el contexto histórico y cultural. Ya sea mediante discursos inspiradores, arte desafiante, activismo digital o la revelación de verdades incómodas, estas personas han afrontado y siguen afrontando enormes riesgos para defender el derecho fundamental a expresar y compartir ideas libremente.
La conexión entre estos casos históricos y actuales es clara: la censura es una herramienta utilizada por quienes temen el poder transformador de las ideas y pretenden mantener el control silenciando las voces discrepantes. Sin embargo, como demuestran estas historias, la verdad tiene una forma de encontrar su camino, incluso frente a la represión más severa. La valentía y persistencia de estas todos nosotros sirven de inspiración y recuerdan que la defensa de la libertad de expresión requiere vigilancia y acción constantes.
En el contexto de situaciones actuales como la suspensión de la red social X en Brasil, es esencial recordar y aprender de estos ejemplos. La historia nos enseña que ceder a la censura limita la libertad individual, y socava los cimientos de sociedades justas y democráticas. Debemos honrar el legado de quienes han luchado y, en muchos casos, sacrificado tanto por este derecho, garantizando que las generaciones futuras puedan vivir en un mundo donde las ideas y las palabras puedan fluir libremente, impulsando el progreso y el entendimiento mutuo.
Aumento del Control Estatal bajo el Pretexto de la Seguridad Nacional
En la última década hemos asistido a un alarmante aumento del uso de la «seguridad nacional» como justificación del control estatal sobre las comunicaciones y, por tanto, de la censura. La suspensión de la red social X en Brasil por orden del juez Alexandre de Moraes es un nuevo ejemplo significativo de cómo, incluso en democracias consolidadas, los gobiernos pueden ejercer un control excesivo sobre la información que circula en las plataformas digitales.
El argumento de Moraes, centrado en la necesidad de combatir la desinformación y proteger el orden público, refleja un patrón recurrente en el que la seguridad nacional se convierte en la excusa perfecta para la aplicación de medidas represivas. Por elllo su enfoque, puede ser fraudulento porque, aunque intente dar la apariencia legítimo en la superficie, abre la puerta a un tipo de censura que se asocia más comúnmente con los regímenes autoritarios. En países como Rusia y China, el control de la información y la censura son herramientas fundamentales para mantener el poder. La prohibición de la X en Brasil es un indicio de que estas prácticas se están infiltrando en las democracias, erosionando lentamente las libertades civiles bajo el pretexto de proteger el bien común
.
El peligro de este tipo de censura estatal reside en su capacidad para sofocar el debate público, limitar la transparencia y, en última instancia, consolidar el poder en manos de unos pocos. Cuando se silencian las voces discrepantes en nombre de la seguridad, la sociedad pierde su capacidad de cuestionar y exigir responsabilidades a sus dirigentes, creando un entorno en el que la injusticia puede florecer sin trabas.
El Papel de las Grandes Corporaciones Tecnológicas
No podemos hablar de control y censura de las comunicaciones sin abordar el papel fundamental que desempeñan las grandes corporaciones tecnológicas. En el caso de X (antes Twitter), su posición en Brasil se ha visto amenazada por la intervención estatal, y por la responsabilidad que tienen estas empresas en la moderación de contenidos. Bajo la presión de los gobiernos y actores poderosos, estas plataformas se ven obligadas a implementar políticas que limitan la libertad de expresión, ya sea eliminando cuentas, canales, censurando publicaciones o, como en este caso, enfrentando la posibilidad de un cierre total.
La colaboración entre los Estados y las grandes tecnológicas ha creado un entorno en el que las empresas se convierten en policías, agentes de censura, ya sea voluntaria o forzada, que recuerda a los tiempos de las dictaduras. Esta dinámica socava la autonomía de las plataformas, y hace que las corporaciones sean cómplices de la represión. En lugar de ser espacios abiertos para el debate y la libre expresión, las redes sociales se están transformando en herramientas de control social, donde la información que contradice la narrativa oficial puede ser rápidamente suprimida.
Este poder concentrado en las manos de unas pocas compañías también plantea serias preocupaciones sobre la concentración del poder en el ámbito digital. Al actuar como guardianes de la información, estas empresas tecnológicas tienen la capacidad de moldear la opinión pública, determinar qué temas se discuten y cuáles son relegados al silencio. Esta situación es especialmente peligrosa en contextos políticos polarizados, donde la neutralidad de las plataformas es esencial para mantener un espacio equitativo para todas las voces.
Resistencia y Estrategias de los Médicos y Científicos Disidentes
En medio de este ambiente de creciente represión, hay quienes nos hemos negado a que nos callen. “Médicos por la Verdad”, un colectivo de médicos presente en más de 25 países, surgimos como voz disidente frente a las políticas sanitarias oficiales, ejemplificando la resistencia frente a la censura en tiempos de crisis. Somos médicos y científicos, a menudo arriesgando nuestro bienestar personal y profesional, hemos desafiado las narrativas oficiales sobre la Covid, cuestionando la ética y legalidad de determinadas medidas impuestas por los gobiernos. Hemos actuado como auténticos alertadores, sacando a la luz prácticas potencialmente peligrosas, ilegales o poco éticas en la gestión de la salud pública. Denunciamos públicamente la reforma de salud pública de la Ley de Salud de Galicia, convocamos manifestaciones contra esta reforma en Santiago de COmpostela, Barcelona y Santiago, porque la Ley establecía la vacunación obligatoria. Desde Médicos por la Verdad denuciamos en las manifestaciones y con escritos a los parlamentarios que era ilegal y despues de ser aprobada y publicada, fue declarada inconstitucional. Denunciamos los estados de alarma, yo personalmente alcé mi voz públicamente contra el estado de alarma el 15 de marzo de 2020, a través de un audio que se viralizó en todo el mundo hispanohablante, y el estado de alarma finalmente fue declarado inconstitucional. Nuestras denuncias no sólo buscan corregir lo que consideramos graves fallos en las políticas sanitarias, sino que también pretendemos proteger los derechos y libertades fundamentales que consideramos amenazados por las medidas gubernamentales.
La resistencia de los Médicos y Científicos que formamos parte de “Médicos por la Verdad” no se limita a la denuncia pública; también hemos creado redes de apoyo internacionales que permiten la protección y el apoyo mutuo. La plataforma “Médicos por la Verdad” cuenta con un grupo de asistencia médica 24 horas los 365 días del año, el teléfono de contacto es el +34 680 58 30 89. Las llamadas desde fuera de España deben realizarse a través de WhatsApp a este mismo número. Hemos atendido a más de 5.000 pacientes con efectos adversos de las vacunas, todos ellos resueltos satisfactoriamente. Hemos atendido a más de 15.000 familiares de pacientes por diversas dolencias.
Nuestras redes, además del teléfono de contacto mencionado anteriormente, se pueden encontrar ahora mismo, substack, mi página web; Nataliaprego.com, mi canal X, que espero que ningún juez decida eliminar: @Doctoraprego en X. La web de médicos por la verdad: Médicosporlaverdad.com o MXLV.es, los canales de telegram: t.me/DraNataliaPrego o t.me/medicosporlaverdadESP, u otros canales de Médicos por la Verdad en Telegram como el de Argentina y muchos otros. Estas redes funcionan como un escudo contra la censura, brindando plataformas alternativas donde nuestras voces pueden ser escuchadas y nuestros mensajes difundidos sin las restricciones que imponen los canales oficiales. Además, estas redes sirven para coordinar estrategias legales y de comunicación, que nos permiten continuar con nuestra labor educativa e informativa sin ser silenciados por amenazas de sanciones o persecución.
La creación de estas redes es una respuesta directa al creciente control estatal y corporativo sobre la información. Al apoyarnos unos a otros y usar tecnologías de encriptación, plataformas descentralizadas y medios de comunicación alternativos, los médicos y científicos de la resistencia hemos logrado mantener viva una discusión crítica que de otra manera habría sido sofocada por la censura. Este tipo de resistencia es esencial en tiempos de crisis, donde la tentación de sacrificar la libertad por una falsa sensación de seguridad es más fuerte que nunca. La lucha de estos profesionales de la salud por preservar la libertad de expresión y cuestionar las decisiones gubernamentales es un recordatorio de que la verdad y la ética deben prevalecer sobre la conveniencia política, y que el silencio nunca es una opción cuando están en juego derechos fundamentales.
La defensa de la libertad de expresión es, en última instancia, la defensa de la dignidad humana y la búsqueda de la verdad. Es un compromiso que trasciende fronteras, culturas y tiempos, uniéndonos en la convicción de que solo a través del libre intercambio de ideas podemos aspirar a construir sociedades más equitativas, pacíficas y prósperas. Cada vez que se silencia una voz, el mundo se vuelve un poco más pobre; pero cada vez que alguien se levanta para hablar a favor de la libertad, renovamos nuestra esperanza en el poder del espíritu humano para vencer la opresión y la injusticia.
En estos tiempos donde la censura parece resurgir bajo nuevos pretextos, es vital recordar las enseñanzas de Milton, Voltaire, Jefferson y Roosevelt. No sólo nos enseñaron a valorar la libertad de expresión, sino a reconocer que sin ella la sociedad corre el riesgo de caer en la tiranía de la monotonía y el silencio impuesto. La historia nos ha demostrado que la libertad de expresión no es sólo un derecho, sino una necesidad para el desarrollo y la justicia social.
En la actualidad, cuando jueces como Alexandre de Moraes intentan silenciar plataformas enteras con el pretexto de proteger el derecho a la libertad, debemos seguir trabajando para proteger el derecho a la libertad.
“Rechazo firmemente a cualquier político, ya sea local, nacional, europeo o internacional, que intente restringir, moderar o suprimir este derecho fundamental. No apoyo a quienes pretenden erigir barreras al flujo del pensamiento, pues en esa represión se esconde la sombra de la tiranía. La censura es el arma de los débiles; la libertad es la fuerza de los justos”.
REFERENCIAS
Q&A: Malala Yousafzai Says World Should Stand by Afghan Women https://www.voanews.com/a/q-a-malala-yousafzai-says-world-should-stand-by-afghan-women-/6930829.html
Constitución de Brasil de 1988 https://www.bcn.cl/procesoconstituyente/comparadordeconstituciones/constitucion/bra
CLIMENT GALLART, Jorge Antonio. Análisis de los orígenes de la libertad de expresión como explicación de su actual configuración como garantía institucional. Rev. Bol. Der. [online]. 2016, n.22 [citado 2024-08-31], pp.236-253. Disponible en: <http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2070-81572016000200011&lng=es&nrm=iso>. ISSN 2070-8157
Analysis of the origins of freedom of expression as an explanation of its current configuration as an institutional guarantee
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?pid=S2070-81572016000200011&script=sci_arttext
Martorell v. Chile, Caso 11.230, Informe No. 11/96, Inter-Am. C.H.R., OEA/Ser.L/V/II.95 Doc. 7 rev. en 234 (1997).
INFORME Nº 11/96 CASO 11.230 CHILE [*] 3 de mayo de 1996
http://hrlibrary.umn.edu/cases/1996/Schile11-96.htm
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros) Vs.Chile
Sentencia de 5 de febrero de 2001 (Fondo, Reparaciones y Costas)
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_73_esp.pdf
Analysis of the judgment of the Case of The Last Temptation of Christ (Olmedo Bustos et al.) vs. Chile of the Inter-American Human Rights Court
https://revistas.uasb.edu.ec/index.php/foro/article/view/860/875
Caso Olmedo Bustos y otros Vs. Chile
https://www.corteidh.or.cr/tablas/reparando-derechos/Caso-Olmedo-Bustos.html
La Corte Suprema de Brasil ordena la suspensión de X por incumplir órdenes judiciales
Brasil comienza a bloquear X mientras se intensifica la disputa de Elon Musk con un juez
https://cnnespanol.cnn.com/2024/08/30/tribunal-supremo-brasil-suspende-x-ap/
La Corte Suprema de Brasil ordena la suspensión de X por incumplir órdenes judiciales
La Corte Suprema de Brasil ordena la suspensión de X por incumplir órdenes judiciales
Brasil cierra la red social X por orden judicial y Elon Musk arremete contra el "régimen represivo" y amenaza con recurrir
Corte Suprema de Brasil ordena la suspensión de X por incumplir órdenes judiciales
El Tribunal Constitucional de Costa Rica prohíbe a los colegios de médicos censurar a médicos disidentes o profesionales de la salud bajo el pretexto de combatir la desinformación
https://nataliaprego.substack.com/p/el-tribunal-constitucional-de-costa
Censura previa
https://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?artID=152&lID=2
https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_de_expresi%C3%B3n
PEREZ FUENTES, Gisela María. Dialéctica entre la libertad de expresión y los derechos de la personalidad en la experiencia española. Cuest. Const. [online]. 2015, n.33 [citado 2024-08-31], pp.212-227. Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-91932015000200009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1405-9193.
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-91932015000200009&script=sci_arttext
Paul Aubert. Del « No pasa nada », al « Todo va bien »: Consecuencias de la práctica de la censura en España (1914-1930
https://journals.openedition.org/argonauta/1324
https://es.wikipedia.org/wiki/Censura_durante_el_franquismo
https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_de_prensa
Germán Rómulo Cardona Álvarez. El delito de prevaricación judicial en la legislación española y boliviana
https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=184292
Libertad de expresión en el Poder Legislativo brasileño:temas y tendencias
https://www.palermo.edu/Archivos_content/2020/cele/diciembre/Observatorio-Brasil.pdf
Delito de Prevaricación Judicial: Qué es y Cómo se comete
https://www.pgsabogadospenalistas.com/blog/delito-prevaricacion-judicial/
Jorge Alberto Diegues (Argentina) ¿Es absoluta la prohibición de censura en el sistema interamericano?
https://www.corteidh.or.cr/tablas/r23490.pdf
TÍTULO II DE LOS DERECHOS Y GARANTÍAS FUNDAMENTALES CAPÍTULO I DE LOS DERECHOS Y DEBERES INDIVIDUALES Y COLECTIVOS
https://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Brazil/tituloII.html
La red social X bloqueada en Brasil por desafío a la justicia de Elon Musk
https://www.muyinteresante.com/actualidad/65909.html
Bloque de X en Brasil. ¿ Qué es? Y ¿Cuándo entra en vigor?
https://www.liderempresarial.com/bloqueo-de-x-en-brasil-que-esta-pasando-y-cuando-entra-en-vigor/
https://www.te.gob.mx/material_academico/media/files/1454622772.pdf
Comunicado de prensa R237/21. La Relatoría advierte sobre los riesgos para el derecho a la libertad de expresión en internet en Brasil frente a la reforma del Marco Civil de Internet
https://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?artID=1210&lID=2
Censura previa
https://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?artID=152&lID=2
De Baets, Antoon, 'Censura e historia desde 1945' , en Axel Schneider y Daniel Woolf (eds) , La historia de Oxford de la escritura histórica: Volumen 5: Escritura histórica desde 1945 , Historia de Oxford de la escritura histórica (Oxford, 2011; edición en línea, Oxford Academic , 18 de enero de 2018 ), https://doi.org/10.1093/oso/9780199225996.003.0004 , consultado el 31 de agosto de 2024.
https://academic.oup.com/book/26006/chapter-abstract/193870361?redirectedFrom=fulltext
Drew Maglio, The Historical Case Against Censorship
https://theimaginativeconservative.org/2022/09/historical-case-against-censorship-drew-maglio.html
Anastaplo, G.. "censura". Enciclopedia Británica , 5 de agosto de 2024. https://www.britannica.com/topic/censorship.
https://www.britannica.com/topic/censorship/History-of-censorship
https://en.wikipedia.org/wiki/Censorship_in_the_United_States
"Notable First Amendment Court Cases", American Library Association, July 24, 2006
https://www.ala.org/advocacy/intfreedom/censorship/courtcases (Accessed August 31, 2024)
Document ID: c0af6726-0344-4ff0-9409-f863576ba133
https://www.ala.org/advocacy/intfreedom/censorship/courtcases
https://en.wikipedia.org/wiki/Prior_restraint
Great Free Speech Moments of the 20th Century
https://firstamendmentmuseum.org/great-free-speech-moments-of-the-20th-century/
Cruel dictador disfrazado de juez”, reacciona Elon Musk a fallo que suspende X en Brasil
https://www.reforma.com/las-batallas-legales-de-elon-musk-y-sus-empresas/ar2821215
https://www.infolibre.es/internacional/juez-brasil-ordena-bloqueo-red-social-x_1_1872058.html