El director general de la OMS pide agresividad contra quienes no estén de acuerdo con él: sin estudios, sin certezas.
Lo que la ciencia aún no ha demostrado sobre la seguridad de estas vacunas.
En un giro alarmante, la OMS parece haber pasado de la salud pública a la agresión contra la oposición, con su director, Tedros Ghebreyesus, pidiendo una estrategia más agresiva contra quienes cuestionan las vacunas. ¿Se trata de ciencia o de coerción? En este escenario, el silenciamiento del debate sobre las vacunas y la eliminación del consentimiento informado están transformando la medicina en un campo de imposición, donde la OMS endurece su postura contra quienes somos críticos, dejando de lado la ética. Cuando la “agresión” reemplaza a la ética, la medicina se convierte en propaganda, y lo que antes era un acto de confianza entre médico y paciente se transforma en una imposición respaldada por los intereses de las grandes farmacéuticas. La prisa por vacunar sin debate y sin transparencia demuestra un desprecio por la bioética y un avance sin precedentes de la censura médica. ¿Estamos viendo el fin del consentimiento informado? Los médicos no deben convertirse en soldados de un dogma de la salud. La OMS y Tedros Ghebreyesus parecen decididos a librar una guerra contra el pensamiento crítico, pero la verdadera salud pública no puede construirse sobre el miedo y la censura. La pregunta que nadie responde: Si son tan seguras, ¿por qué no han hecho los estudios necesarios?
Las declaraciones del Dr. Tedros Ghebreyesus, director general de la OMS, exponen la postura de los organismos internacionales sobre la vacunación, y revelan una tendencia irracional el uso de la "agresividad" como estrategia para imponer narrativas sanitarias.
¿Ciencia o imposición?
El término agresión es clave en las declaraciones de Tedros Ghebreyesus. Durante mi formación como médico especialista, adquirí conocimientos en psiquiatría para abordar problemas de conducta y de relación, aspectos fundamentales de un abordaje biopsicosocial integrador. Esta perspectiva no sólo permite comprender al paciente como un todo, sino que garantiza una atención médica integral, donde la salud mental es un componente esencial e inseparable de la práctica clínica. Pues bien, desde la psiquiatría y la psicología sabemos que la agresividad, lejos de ser un rasgo de liderazgo positivo, es un patrón de conducta destructivo. Es un rasgo común en personas con trastornos límite de la personalidad y, en el contexto de la salud pública, puede traducirse en imposiciones autoritarias que ignoran el derecho fundamental al consentimiento informado.
Cuando el Dr. Ghebreyesus sugiere que se debe ser "más agresivo" contra quienes cuestionan las vacunas, ¿qué significa esto en la práctica? ¿Se trata de censurar, de castigar, de presionar mediante el miedo y la coerción? Estas preguntas no son triviales, porque la historia nos ha enseñado que la medicina y la salud pública deben basarse en la ética, el respeto por la autonomía del paciente y la transparencia en la información.
Eliminación del consentimiento informado: un atentado contra la ética médica
El consentimiento informado es un principio básico en medicina. Significa que todo paciente tiene derecho a conocer los beneficios, riesgos y alternativas de cualquier tratamiento antes de aceptarlo. Sin embargo, cuando las campañas de vacunación se implementan formalmente “a la carrera”, sin estudios adecuados a largo plazo y con un lenguaje agresivo hacia quienes lo cuestionan, se está violando este derecho fundamental.
Las vacunas covid fueron aprobadas bajo procesos de emergencia sin el rigor tradicional de las fases clínicas completas. Agencias como la agencia reguladora de alimentos y medicamentos de EEUU (FDA) y la Agencia europea del medicamento (EMA) otorgaron autorizaciones condicionales, dando a entender que los datos de seguridad a largo plazo aún estaban en evaluación. Ante esto, ¿es irracional que médicos, científicos y ciudadanos exijamos más transparencia y prudencia?
La respuesta de la OMS es alarmante: en lugar de abrir el debate y ofrecer más información, buscan “ser más agresivos” contra quienes seamos críticos. ¿Desde cuándo la agresión es una estrategia legítima en la ciencia?
La urgencia de un debate abierto y sin censura
La salud pública no puede basarse en estrategias de miedo o agresión. Líderes como Robert F. Kennedy Jr. nuevo ministro de salud de Estados Unidos, han insistido en la necesidad de un debate abierto sobre las vacunas, donde se expongan tanto los beneficios como los posibles riesgos sin censura ni represalias.
Si la OMS y sus aliados realmente quisieran realmente generar confianza en la vacunación, deberían empezar por abandonar la agresión y adoptar la transparencia. La población merece respuestas claras, estudios independientes y, sobre todo, el derecho a elegir sin ser tratados como enemigos de la ciencia.
La verdadera medicina no se impone por la fuerza. Se basa en la ética, la autonomía y la confianza. Y esa es una lección que la OMS prefiere olvidar.
La falacia de la seguridad absoluta
La industria farmacéutica ha construido su reputación sobre la premisa de que sus productos son seguros y eficaces, en palabras de Tedros Ghebreyesus; funcionan. Y yo me preguntan funcionan, pero en qué sentido, ¿económicamente o en qué sentido funcionan? Porque la vida misma demuestra que los intereses económicos a menudo durante toda la era covid han eclipsado las preocupaciones legítimas de seguridad. Con las vacunas de ARNm covid, las interrogantes sobre el ADN residual han sido minimizadas o ignoradas, a pesar de la creciente evidencia que señala su posible impacto inmunológico y genómico.
El ADN residual en vacunas de arnm: riesgos inmunológicos y dudas sobre su seguridad
Desde la aparición de las vacunas de ARNm, el discurso predominante ha sido el de una tecnología revolucionaria, eficaz y segura. Sin embargo, detrás de la retórica optimista de las grandes farmacéuticas surgen cuestiones científicas y bioéticas que han sido minimizadas o descartadas como "desinformación". Uno de los aspectos más preocupantes es la presencia de ADN residual en las formulaciones de ARNm, un elemento con potencial inmunogénico que podría estar detrás de ciertos efectos adversos graves.
Lejos de ser un problema meramente teórico, los fragmentos de ADN residual pueden actuar como Patrones Moleculares Asociados a Patógenos (PAMPs), activando el sistema inmunitario de manera imprevista y con consecuencias que aún no se comprenden completamente. Cómo este ADN puede desencadenar respuestas inmunológicas no deseadas, los riesgos de su integración en el genoma humano y las limitaciones técnicas que impiden su eliminación total en los procesos de producción.
El ADN residual y su reconocimiento por el sistema inmunitario
En biología molecular, el sistema inmunitario innato tiene la capacidad de distinguir entre lo propio y lo extraño mediante la detección de patrones moleculares conservados. En este caso, el ADN residual presente en las vacunas de ARNm puede ser identificado por sensores celulares diseñados para reconocer secuencias de ADN de patógenos, desencadenando una cascada inflamatoria potencialmente perjudicial.
El papel de los Toll-like Receptors (TLRs) y la señalización inmunitaria
Los TLRs (Receptores Tipo Toll) son proteínas clave del sistema inmunitario innato que reconocen PAMPs y otros patrones asociados a daño (DAMPs). Entre ellos, el TLR9 es particularmente relevante en este contexto, ya que se especializa en la detección de secuencias de ADN con dinucleótidos CpG no metilados, una característica distintiva del ADN bacteriano y viral. Cuando el TLR9 se activa:
Señalización intracelular: Se activa la vía de señalización de MyD88, una proteína adaptadora clave en la respuesta inflamatoria.
Producción de citoquinas proinflamatorias: Se generan moléculas como Interleucina-6 (IL-6), Factor de Necrosis Tumoral Alfa (TNF-α) e interferones tipo I, que pueden contribuir a inflamaciones localizadas o sistémicas.
Respuesta exacerbada en algunos individuos: En ciertos casos, la activación incontrolada de TLR9 puede inducir efectos adversos graves, como miocarditis, reacciones autoinmunes o inflamación multisistémica.
Dado que los fragmentos de ADN residual en las vacunas pueden tener estas características inmunoestimulantes, surge una pregunta ineludible: ¿Por qué no se ha evaluado exhaustivamente este riesgo en los ensayos clínicos?
Las nanopartículas lipídicas y la facilitación de la entrada del ADN residual
Uno de los argumentos utilizados para defender la seguridad de las vacunas de ARNm es que el ADN residual presente está en cantidades "mínimas" y que no podría ingresar fácilmente a las células humanas. Sin embargo, esta afirmación ignora un factor clave: las nanopartículas lipídicas (LNPs).
Cómo las LNPs facilitan la internalización del ADN residual
Las LNP son vehículos diseñados para proteger y transportar el ARNm al interior de las células. Sin embargo, si el ADN residual también se encapsula en estas partículas, se facilita su entrada intracelular, permitiendo su interacción con sensores como TLR9. Esto aumenta exponencialmente la posibilidad de que:
Se desencadene una respuesta inmunitaria no deseada.
Se activen vías inflamatorias en células que normalmente no estarían expuestas a ADN extraño.
Se produzcan efectos adversos severos en personas con predisposición inmunológica.
Las compañías farmacéuticas han asegurado que el ADN residual se encuentra por debajo de los "límites aceptables", los fact checkers se han doblegado a estas afirmaciones, pero la cruda realidad es que no existen estudios longitudinales que descarten efectos a largo plazo. La falta de una vigilancia post-comercialización rigurosa en este aspecto es, como mínimo, preocupante.
El riesgo de integración del ADN en el genoma humano: un debate evitado
Uno de los aspectos más alarmantes de la presencia de ADN residual en las vacunas de ARNm es la posibilidad de que se integre en el genoma humano. Aunque tradicionalmente se ha argumentado que el ADN exógeno no tiene capacidad para insertarse en el genoma de las células humanas, estudios recientes han puesto en duda esta afirmación.
Evidencia experimental sobre la capacidad de replicación del ADN residual
Recientes investigaciones han utilizado una técnica de biología molecular para evaluar si el ADN presente en las vacunas de ARNm puede replicarse en condiciones de laboratorio:
Extracción del ADN de las vacunas y su ligación en forma circular, simulando un plásmido.
Transformación de bacterias E. coli con este ADN, mediante electroporación o choque térmico.
Selección en medios con antibióticos: Si el ADN posee un origen de replicación funcional, las bacterias pueden reproducirse en presencia del antibiótico.
Resultados: En estudios con vacunas de Pfizer y Moderna, se detectaron fragmentos de ADN capaces de replicarse en bacterias, lo que sugiere que el ADN residual podría ser más estable de lo que se había asumido.
Este hallazgo, aunque preliminar, abre la puerta a la posibilidad de que ciertos fragmentos de ADN puedan integrarse en células humanas, especialmente en células de rápido recambio o con mecanismos de reparación del ADN activos. Si bien este escenario requeriría más estudios, la negligencia de la industria farmacéutica en abordar este riesgo es difícil de justificar.
Limitaciones técnicas de los fsbricantes de vacunas en la eliminación del ADN residual
Uno de los argumentos más utilizados para restar importancia a la presencia de ADN en las llamadas vacunas de ARNm es que los métodos de purificación eliminan casi por completo estos contaminantes. Sin embargo, en la práctica existen limitaciones técnicas que impiden una eliminación total:
Tamaño molecular similar: El ADN residual puede compartir características físicas con el ARNm, lo que dificulta su separación mediante filtración o centrifugación.
Ineficiencia de la DNasa: Se utilizan enzimas como la DNasa para degradar el ADN sobrante, pero el proceso no es 100% efectivo, dejando fragmentos pequeños que han podido no ser detectables en controles rutinarios.
La falta de estándares estrictos en la eliminación de ADN residual en las vacunas de ARNm representa un vacío de seguridad regulatoria que no ha sido adecuadamente abordado.
Urge una evaluación transparente y científica
El debate sobre la seguridad de las vacunas de ARNm no debería ser reducido a una cuestión de "antivacunas vs. pro-ciencia". La ciencia genuina se basa en el cuestionamiento constante y la reevaluación de los datos. La presencia de ADN residual en estas vacunas plantea interrogantes legítimas que aún no han sido respondidas con suficiente rigor:
Se han subestimado los efectos inflamatorios del ADN residual
No se ha evaluado con suficiente profundidad la posibilidad de integración en el genoma humano.
Las farmacéuticas han minimizado estos riesgos por razones comerciales
El silencio de la industria y la censura del debate que propone la OMS solo alimentan la desconfianza. La ciencia avanza cuando se cuestiona a sí misma, no cuando se somete a los intereses de una Organización Internacional financiada en gran parte por grandes farmacéuticas que sirven al beneficio económico de sus accionistas.
David Speicher, virólogo molecular, lideró un estudio que encontró fragmentos de ADN residual en viales de vacunas de ARNm contra la COVID-19. Su investigación midió las copias de ADN de los genes potenciadores Spike, Ori y SV40, encontrando hasta 186 mil millones de copias por dosis en las vacunas de Pfizer
El Dr. Phillip Buckhaults experto en genómica del cáncer y profesor de la Universidad de Carolina del Sur, se presentó como un experto en genómica del cáncer con experiencia en la detección de ADN extraño presentó hallazgos ante el Comité Especial de Asuntos Médicos del Senado de Carolina del Sur. Afirmó haber detectado miles de millones de diminutos fragmentos de ADN en la vacuna de ARNm de Pfizer. Explicó que su laboratorio tiene habilidades para identificar secuencias de ADN desconocidas, lo que fue útil durante la era covid. Señalóque se tomaron atajos en el desarrollo de la vacuna debido a la emergencia, lo que debería servir de lección para el futuro. Buckhaults descubrió que la vacuna de Pfizer está contaminada con ADN plasmídico, lo cual le preocupa debido a las posibles consecuencias para la salud humana y a las prácticas regulatorias que lo permitieron. Dijo que este ADN podría integrarse en el genoma de las células, lo que podría causar efectos secundarios graves, como problemas cardíacos, autoinmunidad o incluso cáncer en el futuro.
Sus experimentos de secuenciación muestran fragmentos de ADN en la vacuna, de alrededor de 100-120 pares de bases. Estima que hay aproximadamente 2 mil millones de copias de un fragmento específico de ADN en cada dosis de la vacuna y alrededor de 200 mil millones de copias de otros fragmentos de ADN plasmídico. Estos fragmentos incrementan la probabilidad de alterar células en personas vacunadas.
2 mil millones de copias de un fragmento específico de ADN: En el minuto 13:19 del video (enlace debajo) Buckhaults menciona que un colega del MIT desarrolló una prueba PCR para cuantificar fragmentos de ADN y que estiman aproximadamente "dos mil millones de copias del único fragmento que estamos buscando en cada dosis" ( "two billion copies of the one piece that we're looking for in every dose").
200 mil millones de copias de otros fragmentos de ADN plasmídico: En el minuto 13:57, después de mencionar los 2 mil millones de copias del fragmento específico, Buckhaults añade: "Pero si ves dos mil millones de copias de esto, hay aproximadamente 200 mil millones de todo lo demás" ("but if you see two billion copies of this there's about 200 billion of everything else"). Por lo tanto, esta cifra se refiere a la estimación total de todos los demás fragmentos de ADN plasmídico.
Buckhaults recomienda que se verifique si el ADN plasmídico se está integrando en los genomas de las células madre de las personas vacunadas. Insiste en que la FDA obligue a Pfizer a eliminar el ADN de los refuerzos y futuras versiones de esta vacuna.
Kevin McKernan, científico que trabajó anteriormente en el Proyecto Genoma Humano, realizó investigaciones sobre la contaminación por ADN plasmídico en las vacunas bivalentes contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna. Sus hallazgos sugirieron niveles que superaban los límites de seguridad establecidos por la FDA.
El estudio, de la Universidad de Yale, publicado el 20 de febrero de 2025, encontró que la proteína Spike de las vacunas contra COVID-19 puede persistir en el cuerpo durante al menos 709 días después de la vacunación. EL estudio se titula "Immunological and Antigenic Signatures Associated with Chronic Illnesses after COVID-19 Vaccination", reveló que los participantes con SPV tenían niveles significativamente más altos de proteína Spike circulante en comparación con el grupo de control. Los investigadores confirmaron que la presencia de S1 (un fragmento de la proteína Spike) refleja la presencia de la proteína Spike completa de la vacuna). Este hallazgo fue parte del estudio LISTEN, que inicialmente se diseñó para hacer seguimiento a personas con lesiones post-Covid, pero se amplió para examinar el "síndrome postvacunal"
El hallazgo de proteína Spike circulante hasta 709 días después de la vacunación es sorprendente y sugiere un mecanismo más allá de la simple estabilidad de la proteína en el torrente sanguíneo. Esto podría deberse a una transcripción persistente de material genético (ARNm o ADN plasmídico) en lugar de una degradación lenta de la proteína Spike.
Persistencia anómala de la proteína Spike en circulación
En modelos previos de vacunas basadas en ARNm, se esperaba que el ARNm se degradara en cuestión de horas o días, con una duración máxima de la proteína Spike en circulación de pocas semanas. La persistencia de más de 700 días sugiere:
Producción continua de Spike, lo que podría deberse a la presencia prolongada de ARNm o a la integración o replicación de material genético (como ADN plasmídico).
Liberación tardía desde tejidos, si células específicas producen Spike a largo plazo y la liberan de manera intermitente.
Estabilidad inusual de la proteína en plasma.
¿Transcripción persistente de ARNm o ADN plasmídico?
Dado que en las vacunas de ARNm se ha encontrado ADN de forma inesperada, en forma de trazas de ADN plasmídico en algunos lotes, cabe considerar si:
El ADN plasmídico pudiera haber persistido y transcribirse a largo plazo, un fenómeno reportado en algunos estudios con otros tipos de ADN plasmídico in vivo. Aunque el ADN plasmídico generalmente no debería integrarse en el genoma humano de manera eficiente, pero no se estudió previamente su comenrcialización la genotoxicidad como mencioné en mi substack anterior, podría permanecer en células transfectadas y seguir produciendo la proteína Spike durante períodos prolongados.
El ARNm hubiera evitado su degradación normal, lo cual es menos probable, ya que el ARNm desnudo tiene una vida media corta. Sin embargo, modificaciones en la estabilización del ARNm o su encapsulación en exosomas podrían prolongar su actividad.
Ciertas células podrían haber retenido y seguido expresando Spike, especialmente si el ADN o ARNm ha llegado a tipos celulares con baja tasa de recambio, como células madre o células del sistema inmunológico (macrófagos, células dendríticas).
Comparación con otras proteínas virales de persistencia prolongada
Algunas proteínas virales pueden persistir por largos períodos en el cuerpo, pero generalmente dentro de las células, no en circulación. Ejemplos incluyen:
Hepatitis B (HBsAg): Puede permanecer en hepatocitos y en el plasma debido a la integración del ADN viral en el genoma del huésped. Sin embargo, este mecanismo implica la presencia de una transcriptasa reversa, lo que no ocurre con el ARNm de vacunas.
VIH (Gp120, p24): Persisten intracelularmente en reservorios virales, pero no suelen circular libremente por años.
Proteínas priónicas: Se acumulan en el sistema nervioso central y en algunos tejidos, pero rara vez en el torrente sanguíneo de manera prolongada.
Si la proteína Spike sigue produciéndose durante casi dos años, esto podría tener implicaciones importantes:
Activación inmunológica prolongada: La exposición continua a Spike podría contribuir a inflamación crónica o autoinmunidad.
Riesgo de tolerancia inmunológica: En algunos casos, una exposición prolongada a un antígeno conlleva una respuesta inmunitaria disminuida con el tiempo.
Potenciales efectos secundarios tardíos: Si ciertas células actúan como “fábricas persistentes de Spike”, pueden estar contribuyendo a eventos adversos poco comprendidos.
La persistencia de la proteína Spike podría estar relacionada con al menos dos años de supresión inmunológica crónica y autoinmunidad, correlacionándose directamente con la presencia de enfermedades crónicas en algunos individuos vacunados
Así la persistencia prolongada de Spike en circulación sugiere un mecanismo de producción sostenida, ya sea por ARNm de vida prolongada, ADN plasmídico activo o células con expresión persistente.
Por lo tanto, es necesario investigar más como está planteado el ministro de Sanidad de EEUU, Robert F. Kennedy Jr. para determinar las causas y sus implicaciones inmunológicas.
PALABRAS CLAVE/ KEYWORDS: Microbiología Ciencias de la vida Medicina y Ciencias de la Salud Enfermedades Enfermedades del tracto respiratorio Virología aminoglucósidos BNT162b2 Contaminación del ADN ARNm-1273 Plásmido PCR cuantitativa Secuenciación de ARN Secuenciación de ARNasa SV40 Vacuna.
REFERENCIAS
Speicher, David J., Jessica Rose, L. M. Gutschi, David M. Wiseman, PhD, and Kevin McKernan. 2023. “DNA Fragments Detected in Monovalent and Bivalent Pfizer/biontech and Moderna Modrna COVID-19 Vaccines from Ontario, Canada: Exploratory Dose Response Relationship with Serious Adverse Events.” OSF Preprints. October 19. doi:10.31219/osf.io/mjc97.
https://osf.io/preprints/osf/mjc97_v1
USC Professor Dr. Phillip Buckhaults, SC Senate Hearing, September 12, 2023
La secuenciación de las vacunas bivalentes de ARNm de Moderna y Pfizer revela cantidades de nanogramos a microgramos de dsADN del vector de expresión por dosis
https://osf.io/preprints/osf/b9t7m_v1
Scientists Describe Rare Syndrome Following Covid Vaccinations: https://www.nytimes.com/2025/02/19/health/covid-post-vaccination-syndrome.html
Científicos identifican un síndrome raro tras la vacunación contra el covid-19
https://www.prensalibre.com/vida/salud-y-familia/cientificos-identifican-un-sindrome-raro-tras-la-vacunacion-contra-el-covid-19/
Detectan la proteina pico de la inyección covid que es tóxica luego 709 días después de la inyección.
https://cienciaysaludnatural.com/detectan-proteina-pico-inyeccion-covid-709-dias-despues-de-la-inyeccion/
Estamos trabajando para crear la Fundación Médicos por la Verdad
Si puede apoye:
Excelente, detallada y exhaustiva explicación, como siempre. Gracias, Doctora Natalia. A pesar de que se nos PRIVÓ del CONSENTIMIENTO INFORMADO, recurrir a su espacio y leer todo lo que usted expone es una manera de acceder a toda esa información que se nos ha negado durante el quinquenio 2020/2024. En mi caso, que no soy lega en la materia, me ayudó mucho para ABRIR MIS OJOS observar, con DOLOR e IMPOTENCIA, los INOCULTABLES EFECTOS SECUNDARIOS ADVERSOS e INMEDIATOS de la vacunación compulsiva. Y aún hoy, en 2025, sigo observando los EFECTOS MEDIATOS o a LARGO PLAZO en vecinos, parientes y amigos que se inocularon y han quedado GRAVEMENTE enfermos o ya han fallecido después de un cáncer agresivo, de un infarto fatal, de un derrame cerebral o de una trombosis incurable. Sin hablar de los que han quedado con temblores permanentes, con cataratas, con confusión mental permanente y hasta con depresión súbita e inesperada. Es tan NEFASTO todo lo que se sigue viendo en las personas que se inocularon que, quienes lo exresamos, parecemos venidos de un plano PERVERSO que nos ha atrapado en una ABYECTA DISTOPÍA. Pero, lo quieran ver o no: los HECHOS son CONTUNDENTES: los inoculados han quedado SERIAMENTE AFECTADOS o, lisa y llanamente: HAN FALLECIDO. Desde Mendoza, Argentina: gracias, admirada Doctora, por seguir generando CONCIENCIA. Un saludo cordial y respetuoso desde mi tierra.
Desde Perú: completamente de acuerdo.Gracias por seguir informando!